UNIDAD I, Lucha no armada

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Defensa

Universidad Nacional Experimental Politécnica

De la Fuerza Armada Nacional Bolivariana

Ingeniería de Sistemas - Octavo Semestre

Núcleo Sucre - Extensión Carúpano

UNIDAD I: Lucha no armada.

Carúpano, mayo de 2021

INFORME:

Una nación es un territorio habitado por un grupo de personas que comparte historia, cultura e instituciones, por lo que es necesario que cada individuo de dicho grupo tenga conocimientos básicos con respecto a la misma. Es en este caso que nace la defensa integral de la nación, como complemento de la formación y educación en todos los grados académicos, ya que se compone de conocimientos generales e integrales con respecto a la defensa de la nación en todos sus ámbitos, que pueden ir desde las ciencias sociales y humanistas, hasta las artes militares. Todo eso teniendo como base formar ciudadanos responsables, respetuosos y comprometidos con el desarrollo del país en el que residen.

Militarmente hablando, defender la nación es asegurar la integridad de cada indivíduo que habite en ella, sus derechos y pertenencias, así como también proteger los diferentes espacios que conforman a la misma. Más intríncecamente, el cuerpo militar de una nación debe estar preparado para luchar en cualquier momento en el que se vean vulnerados los puntos que anteriormente se mencionaron. No obstante, actualmente se puden librar tipos de batallas, en las que no se necesita de fuerza física o armamento bélico.

Podría generalizarse como lucha no armada, que se puede ver más claramente en las guerras psicológicas, bilógicas, económicas, mediáticas, químicas, entre otras.

Un punto de vital importancia en estos escenarios es el Estado y su competencia en cuanto a la toma de desiciones que afecten directa o indirectamente a sí mismo y sus habitantes. Ya que de eso depende el resultado obtenido en los escenarios descritos.

Un Estado que no pueda manejar las situaciones que se le presentan se llama "Estado Fallido", del que nace la teoría contemporánea del Estado Fallido o Gobierno Incompetente, originalmente empleada por los internacionalistas Herman y Rartner en los años noventas, la cual argumenta que un Estado es fallido de acuerdo a cómo responde ante las problemáticas que se le presentan, sus deficiencias y sus imposibilidades ante las demandas de sus ciudadanos. Sin embargo, con el pasar de los años, este término se ha distorcionado tanto que su utilización depende objetivamente de la entidad que lo aplique. Más claramente, un determinar que un Estado ha fallado o está fallando depende del enfoque desde el que se analice.

El Estado debe gerenciar los recursos de una nación de acuerdo a sus objetivos, que deben ser los de sus ciudadanos. Una forma en la que un Gobierno respada sus desiciones, si es que posee credibilidad y aceptación, es mediante sus relaciones con otros paises, y es cuando entra en juego el "Poder Blando", que se refiere a la capacidad que tiene el mismo de convencer y/o persuadir a sus aliados para obtener su apoyo y lograr sus objetivos. Esto se da, mayormente, gracias a la diplomasia y las alianzas.

Paralelamente hablando, el poder blando es un término más del arsenal de herramientas militares en las luchas no armadas, no obstante, podría decirse que se refiere a alianzas y hermandad y no a diplomasia coercitiva.

Una nación que emplee parte de sus recursos en asistir y apoyar a otras en momentos de necesidad, está practicando el poder blando indirectamente, ya que de esa manera obtiene la gratitud que más adelante podría traducirse en acciones de lucro por parte de los paises que tomaron dicha asistencia. No obstante, todo esto sin que parezca coerción, pudiendo usar el término 'alianza'.

Sin embargo, el poder que anteriormente se menciona ha generado un sentimiento de hermandad que se presenta incluso cuando una nación está atravesando una situación crítica, bien sea en una lucha armada o no armada. Es en esos casos que nace el término 'Eje del mal' que responde a la "Teoría del eje del mal o estados villanos", como respuesta a esas naciones que promueven con sus influencias las acciones terroristas en contra de otros estados.

Este término fue originalmente concevido en 2002 por el expresidente estadounidense George W. Bush, refiriéndose a los estados que promovian el terrorismo en ese entonces, los cuales eran Irak, Irán y Corea del Norte, a los que se le sumaron Libia, Siria y Cuba, y más adelante Bielorrusia, Birmania y Zimbabue.

El eje del mal resulta una contradicción a lo que sería el poder blando, ya que no se busca el apoyo mutuo y la solidaridad internacional, si no más bien la resolución de problemas a través del terrorismo. Es entonces que se destaca el término "Poder duro" el cual es una doctrina militar que se refiere a sus fuerzas armadas, capacidad bélica, agencias de inteligencia y capacidad económica. Así mismo, se refiere a la capacidad que tiene una nación de proyectar todo esto al exterior y de su impacto en las demás naciones.

El poder duro depende del nivel de proyección de un país, ya que si no se poryecta el nivel de poder que se tiene, entonces de nada sirve. Del mismo modo, el poder duro pudiera definirse como una diplomacia coercitiva que usa como base la fuerza de dicha nación y con lo que se busca intimidar, sobornar y (en caso de poseer algún control predefinido) sancionar a la nación objetivo con el propósito de cambiar su comportamiento a conveniencia de quien aplica esas medidas.

Asimismo, cuando una nación está siendo objeto de coerción o intimidación, o cualquier otro tipo de ataque que amenace la integridad de sus habitantes es cuando un Estado tiene la "Responsabilidad de proteger". Se refiere entonces a la responsabilidad del Estado de proteger a su población del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad. Dicha responsabilidad conlleva también a la prevención de dichos crímenes, incluida la incitación a su comisión, mediante la adopción de las medidas apropiadas y necesarias.

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