Un México con hambre

Un México con Hambre

“La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos.” Platón.

La pobreza es la penuria de cualquier necesidad fundamental del ser humano como el alimento, la salud, la vivienda, el vestido, la protección, entre otras. En la actualidad, México se enfrenta este grave e importante problema. Lamentablemente, más de la mitad de la población mexicana se encuentra en estado de penuria. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en el año 2014 el 79.5% de la población mexicana sufría de pobreza, de los cuales 9.5% pertenecía a pobreza extrema, 36.6% a pobreza moderada, 26.3% endeble por carencias sociales y 7.1% vulnerable por ingresos. Sólo el 20.5% de la población se encuentra en condiciones favorables.

     En nuestro país existen estados con más carencias que otros. En un ranking realizado por el periódico El Financiero podemos saber que “En Morelos, la población en situación de pobreza pasó de 843 mil a 993 mil, un alza de 17.81 por ciento, mientras que en el Estado de México aumentó 12.8 por ciento y en Veracruz creció 11.9 por ciento. En cuarto lugar está Coahuila, con un crecimiento de 10.8 por ciento, seguido de Michoacán, con 10.7 por ciento, y Sinaloa, con 10.6 por ciento.”  En gran parte de estos estados, las actividades ilegales son abundantes. Muchas veces las personas se encuentran excluidas e inhabilitadas de obtener ciertos servicios tales como alimentación, salud, vivienda, agua potable, vestimenta y servicios básicos.

     También es importante conocer acerca de cómo vive la gente indígena o las personas de lugares rurales. Actualmente, estas personas se encuentran en situaciones que incluso llegan a ser más graves que las de una ciudad. Un claro ejemplo de esto es la Sierra Tarahumara. En este lugar el clima es extremo, es decir, un día puede ser muy caliente y otro demasiado frío. Por lo mismo, las cosechas no pueden producirse y los costos de los alimentos aumentan considerablemente. Un factor de gran peso en este problema es la dificultad de poder llegar a estas poblaciones.

     Es importante tomar en cuenta 2 puntos para entender el porqué de este dilema. El punto número uno es la economía del país. El salario mínimo en México se divide por dos zonas: zona A y zona B, en la A el salario establecido es de 70.10 pesos por día y en la B nos encontramos con 68.28 pesos (Secretaría de Hacienda y Crédito Público). Estas cantidades son  realmente absurdas. Una persona no puede vivir, ni siquiera sobrevivir, con tan poco dinero. Un kilo de frijol cuesta aproximadamente 16 pesos y un litro de agua desde 8 hasta 20 pesos. Ninguna persona puede satisfacer sus necesidades básicas con tan poco dinero y mucho menos una familia completa. El segundo punto a tomar en cuenta es la indiferencia de las personas. No importa si trabajan en el gobierno, en el hospital, en una oficina o simplemente limpiando baños, una alta fracción de las personas no se preocupa por los problemas de los demás. Dejan que las terribles noticias se resbalen de su mente y las olvidan por completo sin siquiera intentar de ayudar de cualquier manera. Es cotidiano que la gente diga “¿Para qué ayudo si yo estoy bien? ¿Por qué voy a buscar una solución si trabaje muy duro para obtener lo que tengo?”. Esta actitud de indiferencia debe eliminarse por completo para así lograr mejoras y un cambio verdadero.

     Afortunadamente, aún hay tiempo para lograr este cambio tan deseado y necesitado. Los jóvenes pueden ayudar a eliminar la pobreza por medio de incontables actividades. Por ejemplo, Leandro Viotto Romano es un gran líder. Él se dedica a dar conferencias y animar a los jóvenes a combatir la Pobreza. Leandro tiene una fundación llamada Fundación Internacional de Jóvenes Líderes por la cual transmite sus ideas a todo los que estén dispuestos a escucharlas. Pero no necesariamente se necesita tener una fundación o ser mundialmente famosos para luchar contra este problema. Es posible ayudar donando dinero, comida, agua o cualquier cosa a fundaciones o colectas destinadas a esta causa, lo menos pensado o que puede parecer muy poco es una gran ayuda. También posible realizar participación social y otros labores.

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