Una Sociedad De Mercado Y La Desigualdad En El Chile Contemporáneo.
Enviado por Lorenzo.alarcong • 16 de Marzo de 2014 • 1.651 Palabras (7 Páginas) • 426 Visitas
Para la gran mayoría de nuestra sociedad los acontecimientos que se vienen arrastrando desde hace un tiempo no son para nada ajenos. El Chile actual está marcado por el cuestionamiento al lucro y a su padre fundador: la sociedad de mercado. No es menos cierta la idea de que estos sucesos son producto de una larga cadena de cambios que fue creciendo en el transcurso de nuestra historia, y que en muchas ocasiones la sociedad no es más que una víctima del modelo. Las instituciones sociales en ese sentido tienen un rol preponderante y hegemónico ya que lo que busca es una percepción casi perfecta o al menos bien encaminada del país. Durante un par de años eso fue así, la gente esperanzada por el retorno de una república democrática, que en su esencia lo que haría sería seguir con el modelo instaurado durante el régimen militar, y más aún, afianzarlo y trabajarlo en conjunto con la sociedad, transformándola así en un cómplice más y generando en la sociedad un fenómeno desigual. Pero, ¿Es inherente al sistema crear una sociedad de consumo y desigual?
Durante los últimos años hablar de “modelo económico” sonaba a comentario de izquierdista trasnochado, dicha abstracción se fue considerando cada vez menos relevante y se le acusaba de ser un mero invento de los anti sistémicos. Economistas decían que culpar al modelo era tan absurdo como culpar a Dios de las catástrofes que ocurrían en la tierra, y sentido tiene hasta cierto punto. Dejaremos de llamarle “modelo” y pasaremos a denominarlo como economía social de mercado. En un sistema altamente competitivo en donde las buenas gestiones empresariales y estatales fundamentan la economía nacional y en donde el verbo “producir” es preponderante, no es extraño que se produzca un hecho llamativos, la desigualdad. Pero esto no es un mero invento del modelo sino de Chile. Es habitual que nuestro país se mueve dentro de los 20 países del mundo con mayor desigualdad económica del mundo, esta cifra se ha tornado normal luego de su constante denuncia y con esa normalidad se ha ganado espacio de tolerancia para ella. Para graficar este acontecer se requiere de un marco conceptual un tanto elaborado. La desigualdad en Chile se puede apreciar de variadas maneras: en la Prueba de Selección Universitaria estudiantes más ricos superan en promedio 160 puntos a los estudiantes mas pobres, las comunas más pobres en días de extrema contaminación triplican los niveles con respecto a comunas del sector oriente de la capital, la esperanza de vida entre las comunas más ricas supera por 8 años a las comunas pobres, los metros cuadrados de áreas verdes de las comunas más ricas sextuplican a las comunas pobres, la mortalidad infantil en sectores de menos ingreso es el doble que en las comunas ricas. Así suma y sigue, la desigualdad es un rio que fluye con total normalidad y el sentido común nacional establece que hay algunos que tiene mucho y otros que tienen poco y la visión caritativa hace hincapié que aquellos que tienen mucho deben sentir el llamado de ayudar aquellos que tienen poco, lo cual injustamente no ocurre. En un país en donde el crecimiento económico anual bordea el 40%, el concepto de pobreza se escapa de toda lógica pero el de desigualdad no. En una economía capitalista de corte neoliberal se establece que el empresario o “los privados” producen y el estado organiza, distribuye y fiscaliza. Así es en teoría, pero en la práctica podemos apreciar la fraudulencia del estado con el solo índice cuantitativo de la desigualdad económica en nuestro país, no hace falta nada más para demostrar la ineficiencia gubernamental o la gran fraternidad que hay entre empresario y gobierno.
En algún momento Chile comenzó a poner a cierta parte de la sociedad, que es la dimensión económica, contra la sociedad, suena paradójico pero en la práctica no lo es. Durante el siglo XIX las instituciones políticas estaban compuestas casi en su totalidad por oligarcas o viejos aristócratas, los que mantenían el poder económico y político del país, de esta forma se fue gestando la historia teniendo a la ciudadanía en calidad de sometidos y alejados de la actividad políticas por ser “inmadura e ignorante”, hecho que solo hace unas pocas décadas dejo de ser verídico. El hecho de que hoy nuestra sociedad esté basada en el consumo y en los bienes capitales no es más que un devenir histórico. Todos los hechos y/o fenómenos sociales se pueden explicar con la historia y lo siguiente es solo un ejercicio para explicar de cierta forma cómo se formó la sociedad actual específicamente la clase media. En las primeras décadas del siglo XX existieron los llamados “siúticos”, no eran más que la mesocracia (clase media) chilena que tenía como característica el querer aparentar y parecerse a la oligarquía. De esta forma trataban de vestir sus mismas prendas, hablar como ellos y tener sus mismas costumbres para de esta forma insertarse en una “cultura” que se veía
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