Unasur
Enviado por milfernandez • 30 de Junio de 2013 • Tesis • 5.051 Palabras (21 Páginas) • 334 Visitas
Introducción
Uno de los grandes esfuerzos que han hecho las naciones suramericanas en lograr una integración para volver la región más competitiva y sólida a nivel mundial ya está dando resultados.
Durante la Reunión Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno realizada en Brasilia en mayo de 2008 se fundó la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que tiene como principal objetivo el desarrollo regional en la parte política, social, cultural, económica, ambiental y de infraestructura.
Los países que conforman esta unión son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Surinam y Venezuela.
Esta unión, tiene como base las experiencias de la Unión Europea (UE), La Comunidad Andina de Naciones (CAN) y del Mercado Común del Sur (MERCOSUR); como países observadores se encuentran México y Panamá.
Las demás naciones de Latinoamérica tendrán un plazo de cinco años para adherirse al nuevo sistema de integración. Dada la importancia que tiene esta noticia para el fomento de las relaciones internacionales de los países suramericanos
Los países que conforman la Unasur tienen ventajas para el mercado internacional por su tamaño poblacional, pues posee una población de 383 millones de habitantes, en Brasil se concentra 51 por ciento del total, le sigue Colombia con un 12 por ciento y Argentina con 10 por ciento; tiene 79 millones de habitantes más que Estados Unidos.
Además, dentro de los potenciales que presenta la región con una extensión de 17,6 millones de kilómetros cuadrados, posee una diversidad de ecosistemas, como la Amazonía, la Cordillera de los Andes, el Caribe, la Pampa y las regiones heladas del sur.
La Unión de las Naciones Suramericana es un organismo regional que tiene como objetivo construir, de manera participativa y consensual, un espacio de articulación en el ámbito cultural, social, económico y político entre sus pueblos. Formada por los doce Estados del subcontinente, con 400 millones de habitantes, tuvo su tratado constitutivo firmado en Brasilia en 2008 durante la Reunión Extraordinaria del Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno y entró en plena vigencia a partir de marzo de 2011, cuando Uruguay se convirtió en el noveno país a ratificarlo y depositarlo en la Secretaría General, cuya sede está ubicada en Quito, en Ecuador. En octubre del mismo año, el bloque ha ganado el puesto de observador en la asamblea General de las Naciones Unidas.
Sus prioridades son el diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, la financiación y el medio ambiente, entre otros, con el objetivo de crear la paz y la seguridad, eliminar la desigualdad socioeconómica, alcanzar la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados.
Historia
A lo largo de la historia, cuando se hablaba en integración regional, la demarcación de estas regiones ora se restringía a un pequeño grupo de países, como aquellos del Cono Sur, los Andinos o los de la Región Amazónica, ora extrapolaba a toda América Latina, incluyendo el Caribe.
Desde la década de 1960 varias iniciativas buscaron distintos modelos de integración regional, como la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
Se empieza a elaborar Suramérica como región política el año 2000, con la I Reunión de Presidentes de Suramérica ocurrida en Brasilia. De acuerdo con el Comunicado emitido por las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, “su realización resultó de la convicción de que la contigüidad geográfica y la comunidad de valores llevan a la necesidad de una agenda común de oportunidades y desafíos específicos, en complementación a su tratamiento en otros foros regionales e internacionales”.
El proceso ganó ímpetu en 2004, en la III Reunión realizada en Cuzco, en Perú, donde los doce presidentes allá reunidos decidieron formar la Comunidad de Naciones Suramericanas (CASA), que se transformó en la Unasur en la Reunión Extraordinaria del Consejo de Jefas y Jefes de 2008, en Brasilia. De acuerdo con el Tratado Constitutivo, así se afirmaba la “determinación de construir una identidad y ciudadanía suramericana y desarrollar un espacio regional integrado para contribuir al fortalecimiento de la unidad de América Latina y Caribe”.
Es importante notar que la iniciativa subcontinental no se da en detrimento de América Latina ni de los esfuerzos de integración ya existentes en Suramérica, como el Mercosur y CAN. Los compromisos de estas instancias son distintos en contenido y densidad, lo que no impide que, en el futuro, aquellos de la Unasur se adensen y produzcan una convergencia con los de la CAN y del Mercosur.
Unasur se está revelando como un instrumento para la solución pacífica de controversias regionales y para el fortalecimiento de la protección de la democracia en Suramérica. Poco después de su creación, la organización desempeñó importante papel mediador en la solución de la crisis separatista de Pando, en Bolivia, en 2008.
En 2009, en la llamada Decisión de Bariloche, los líderes del continente se comprometen a “establecer un mecanismo de confianza mutua en materia de defensa y seguridad”, a abstenerse del uso de la fuerza y elaborar una estrategia suramericana de lucha contra el tráfico ilícito de drogas, entre otras. Mucho ya se avanzó en este campo, como la reciente institución del Registro Suramericano de los Gastos en Defensa y la inauguración del Centro de Estudios Estratégicos en Defensa (CEED) en Buenos Aires.
En 2010, una crisis institucional en Ecuador y un golpe de Estado en Honduras generaron una reflexión sobre el mantenimiento de la normalidad democrática. La respuesta de la Unasur fue rápida: en el mismo año, los Jefes de Estado del bloque decidieron incorporar el Protocolo Adicional al Tratado Constitutivo Sobre el Compromiso con la Democracia, en el cual se establecieron medidas concretas a adoptarse por los Estados Miembros de la Unasur en situaciones de ruptura del orden constitucional. Se adoptó el Protocolo en la Cumbre de Georgetown en la Guyana, en noviembre de 2010.
También una prioridad del grupo, la cooperación y la solidaridad continental se materializaron sobre todo después del terremoto que devastó Haití en febrero de 2010,
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