Urbanismo en las sociedades utópicas

Urbanismo en las sociedades utópicas

Socialismo utópico

El término socialismo utópico ha sido acuñado para denominar a un conjunto diverso de pensadores y activistas que vivieron entre los siglos XVIII y XIX, configurando un prematuro adelantamiento al socialismo moderno, una especie de línea divisoria entre el socialismo primitivo y éste. Más concretamente, el término es acuñado por Federico Engels y Karl Marx para distinguirlo de una corriente que considera más madurada, el socialismo científico, en un momento histórico en el que las condiciones materiales del sistema capitalista eran las adecuadas para una correcta comprensión del funcionamiento de la lucha de clases.

Principales Representantes

• Saint-Simon (1760-1825) vuelve a proponer el racionalismo y el utilitarismo de los enciclopedistas.
• Charles Fourier (1772-1837) parece haber recogido la difícil herencia de Rousseau.
• Robert Owen (1771-1851) hace gala de una fe sin reservas en la perfectibilidad humana y en el vínculo “natural” entre ambiente y sociedad.

Utopías urbanas del siglo XIX

El principal fermento de las ideas socialistas durante el siglo XIX se sitúa en los países más industrializados del momento; es de este manera que sobre todo se pueden destacar los owenianos en Inglaterra y los fourieristas y saintsimonianos en Francia.

Esta tipología utópica es una contestación a los efectos de la revolución industrial sobre Europa: concentraciones obreras en las fábricas, salarios bajísimos, crecimiento de la mortalidad, delincuencia, prostitución y la marginalidad de la clase obrera entre muchos otros aspectos.

El punto de partida de todos estos pensadores es el mismo: la convicción de que el bienestar humano es inconciliable con la lucha social por la conquista de los medios de subsistencia y de que el principio del interés colectivo, sustituyendo al individualismo, debe ser el punto de apoyo para conseguir la transformación del mundo.

En este contexto, la ciudad experimentará un crecimiento desordenado que va a producir la ruptura con los modelos de ciudades del pasado en una nueva búsqueda de soluciones formales a partir del presupuesto de identificación de los términos ciudad y sociedad, con la pretensión de evitar nuevas injurias sociales que se estaban generando. Es por ello que se realizan demoliciones de murallas o la especificación de barrios por funciones y clases sociales.

En las ciudades el orden que se pretendía plasmar en los edificios era aislado, con una planificación desordenada en las ampliaciones requeridas por la necesidad de dar cabida a la población rural emigrada a la ciudad que constituirá la mano de obra de las industrias incipientes; de esta manera aparecen 2 presupuestos de planteamientos urbanísticos claramente diferenciados: por una parte las propuestas utópicas y por la otra la tratadística histórico-metodológica. En ellas se tiene el común denominador de la industrialización, la cual recibió actitudes de rechazo y de admiración que hicieron conectar 2 ambientes: el campo y la ciudad.

En las diferentes propuestas de las nuevas ciudades utópicas sería fundamental la importancia d la distribución espacial, íntimamente relacionada con las descompensaciones de la industrialización, por eso se trataba siempre de buscar un equilibrio neutralizador unido a la liberalización de las relaciones con los medios de producción, lo que se conseguirá mediante el reparto y la racionalización del trabajo en aras del beneficio de la comunidad. Se tratan de utopías que se salen del círculo productivo de la sociedad real, pero que apuestan por un compromiso directo de cara a una pretendida transformación de la misma.

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