Usos y costumbres en la hechura de las políticas públicas en México. Límites de las policy sciences en contextos cultural y políticamente diferentes

Usos y costumbres en la hechura de las políticas públicas en México. Límites de las policy sciences en contextos cultural y políticamente diferentes

El planteamiento del artículo se circunscribe a definir y establecer las distancias de algunos conceptos y categorías básicas del policy sciences, insertados en un entorno diferente al qué le dio origen a esta corriente de pensamiento. Este estudio se realiza tomando como base la comparación del modelo estadounidense del cual surge la escuela de políticas públicas, y el modelo de tradición autoritaria en proceso de transición democrática que es el mexicano.

Las policy sciences asumen una responsabilidad de valores elementales en el sentido liberal-libertario de la política y la democracia. Esta disciplina al configurarse como un componente impulsor de la democracia, parte del supuesto que el gobierno actúa en función de regímenes tendientes a prácticas democráticas sobre una base institucional. El rasgo público que define a las políticas propone conceptos e ideas más allá del orden jurídico proveniente del Estado, y tiene que ver más con un significado de racionalidad estatal con voluntad social. El referente de gobernabilidad yace en el ámbito de pluralidad, expresado en amplio sentido, en el cual lo público es el punto medio. Por ende, se presenta un marco en el cual las estructuras de gobierno están influenciadas por la voluntad ciudadana. Lo público es el lugar de todos los habitantes, el Estado como órgano complejo, el gobierno como organizador de las actividades y la sociedad como agente ciudadano organizado.

Las políticas públicas demandan ajustes derivados de las diferencias sociales, de los distintos grupos de interés e incluso de las predilecciones personales. Asimismo, se concibe  a las políticas públicas como decisiones emanadas exclusivamente por el Estado, quien en este caso es el agente dominante en las determinaciones  de la agenda pública por encima de los demás agentes participantes. Este enfoque sustenta corrientes de estudio como el neocorporativismo, que se refiere a la presencia de estructuras que determinan casi el total de la intermediación y de la representación de la sociedad frente al Estado. La parte contraria tiene una perspectiva de diálogo entre sociedad y gobierno que  está implícita en un modelo pluralista.  

Al situarnos en un escenario en el cual se observan políticas diseñadas, conceptualizadas implementadas y verificadas exclusivamente por el gobierno, estamos ante un caso de políticas gubernamentales más que públicas. Este enfoque se observa en los países de transición democrática como es el caso de México, provenientes de regímenes autoritarios que sostienen administraciones centralistas de subordinación basados en viejos esquemas de control y mediación. Cuando estos regímenes inician procesos de transición es muy difícil llegar a consolidar acuerdos entre los actores y agentes involucrados, propiciando ambientes de ingobernabilidad. De igual forma, brotan esquemas de fragmentación política dando origen a lo que el autor llama democracia centrífuga y frágil, además de seguir permitiendo al gobierno en turno imponer sus intereses.

Lo descrito en el párrafo anterior pone obstáculos al traslado del modelo original de políticas públicas a otros países, principalmente porque parten del hecho que dicho modelo se implementa en un ámbito de democracia consolidada y estable. Estas evoluciones democráticas vienen con  una tendencia conocida como centrípeta.

Observando el proceso de las políticas públicas dentro de un sistema abierto y plural, se presenta un alto grado de influencia de los diversos agentes en la conducción y toma de decisiones que definen la agenda pública. En este caso la influencia proviene de la opinión pública, de las demandas ciudadanas y organizaciones no gubernamentales, congresistas, ciudadanos, medios de comunicación, cuyas posturas y opinión llevan un peso específico en el desarrollo de las políticas. Este mecanismo en su funcionamiento interno establece relaciones intergubernamentales entre los diversos niveles de gobierno, e intragubernamentales entre los tres poderes, de tal forma, que estas dinámicas fomentan una forma horizontal tendiente a lograr acuerdos y convenios, sin que se presenten esquemas de imposición.

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