Valores En La Escuela
Enviado por anyca • 15 de Noviembre de 2013 • 2.853 Palabras (12 Páginas) • 406 Visitas
INTRODUCCION
El presente ensayo expresa algunas reflexiones de varios autores, acerca de los valores, los cuales dan sentido a nuestra cotidianidad y a nuestra vida. Los valores son construcciones humanas, adquiridos a través del proceso socializador del grupo al que se pertenece (familiar, educativo, religioso, político, laboral, entre otros); pues el viviente humano en su variada vida de relación, los aprende de personas que le son significativas. En este ensayo, se destaca la importancia del proceso educativo, mediador esencial para la difusión de los valores; así cómo y para qué educar en valores, bajo una dirección teleológica, tendente a humanizarnos más como personas, en aras de una humanidad más solidaria.
Finalmente, se invita a una reflexión de conciencia entre los que somos formadores de personas a tomar decisiones que ayuden a rescatar los valores perdidos.
¿PARA QUÉ EDUCAR EN VALORES?
La persona como sujeto social hace valoraciones y al hacerlo crea los valores, y los bienes en los que aquellos se representan. Es decir, los valores son construcciones que subsisten y se realizan en el ser humano, por y para éste. En
consecuencia, las cosas naturales o creadas por el sujeto, sólo adquieren un valor al establecerse la relación entre aquellas y éste, quien las integra a su mundo como cosas humanizadas. Al referirse al ente social “Erich Fromm (1992: 203-209), aborda de manera concreta la forma de vida del hombre actual, comparándola con la forma de vida “primitiva” en cuanto al ser y la identidad del hombre, nos introduce en el papel que tiene el ser humano en la sociedad moderna y de cómo este por propia mano ha modificado su conducta, su moral, su valor, su ser, para convertirse en un consumista interminable del gran monstruo económico y mercantilista en un siglo en el que la fuerza laboral en conjunto y la obediencia nos han hecho perder nuestra propia capacidad de razonar sobre las verdaderas e importantes cosas de nuestra pequeña existencia”.
La crisis económica global, la del cambio climático, la alimentaria, y la energética son producto de la decadencia del capitalismo que amenaza con acabar con la propia existencia de la vida y el planeta. Para evitar este desenlace es necesario
desarrollar un modelo alternativo al sistema capitalista de solidaridad y complementariedad y no de competencia; de armonía con nuestra madre tierra y no de saqueo de los recursos naturales; de diversidad cultural y no de aplastamiento de culturas e imposición de valores culturales y estilos de vida de paz basado en la justicia social y no en políticas y guerras imperialistas;
que recupere la condición humana de nuestras sociedades y pueblos y no los reduzca a ser simples consumidores o mercancías.
Ello determina, según AgnesHeiler (1997: 132-138) que: el papel del individuo frente a la sociedad tiene un momento ideológico, refiriéndose al tiempo que los individuos pertenecientes a una sociedad consideren importante un conjunto de valores y de acuerdo a cada época o evolución social, la moral también sufre modificaciones; así como también tiene un aspecto ideológico, en lo que se encuentra la ética y los códigos morales que tienen una función en la organización de la vida cotidiana.
Un individuo elige un conjunto de valores, en base a la moral que le rodea, aunque por lo regular no se eligen los valores de manera consciente sino que surgen de una alienación y sometimiento a las normas sociales sin importar, pero se debe aclarar que esto no es la moral.
El tema de valores ha despertado gran interés en los últimos años en gran parte como resultado de la crisis de valores que las nuevas generaciones enfrentan.
Joaquín Trincado (1922: 148-168) opina que la educación moral que hay que darle al niño hasta el uso de la razón: éter, astronomía y amor del universo, sin hablarle de dioses, ni religiones, ni de partidos, ni naciones, ni de clases, ni dignidades sino del respeto a los mayores, porque representan la ley raíz de las evoluciones, preparando la inteligencia a leer en las plantas, en las estrellas, en la armonía, en los movimientos de sus miembros y en el desarrollo gradual del individuo y todo en provecho común. Porque todos a todos nos servimos y nos complementarnos; y si sacamos de este concierto a cualquiera de estos individuos, ahí está la raíz del, desequilibrio, y por esto hoy está todo desquiciado, todo desnivelado hasta parecer el mundo una inmensa casa de locos; porque todos os encontráis fuera de la armonía, porque os atacáis mutuamente, gratuitamente uno al otro y hasta gozan los hombres enser tuertos con tal de ver a su vecino ciego.
¿DÓNDE APRENDEMOS LOS VALORES?
Sabemos de antemano que al alumno trae consigo valores ya adquiridos en casa y que en la escuela los retoma o se guía por otros.
Al respectoSusana García y Liliana Vallena (1992: 24-30) nos dicen que la educación en valores para la transformación social y la escuela como espacio institucional de formación y socialización tiene la responsabilidad de responder a la demanda social de transmitir e inculcar los valores, mas no la elección del alumno”.
En México hubo la necesidad de incorporar los estudios de los valores en la educación, planteado desde la perspectiva de un ideario que implica el desarrollo de actitudes y valores en la población, este ideario ha tomado cuerpo en la formación de docentes, en planes y programas de estudio, en libros de texto, etc.
Lamentablemente, la educación en valores en los centros educativos al parecer no está dando los resultados esperados. El incremento de la delincuencia juvenil y la formación de pandillas de adolescentes en los asentamientos humanos y pueblos jóvenes, son una alerta de indicador que algo está fallando en la escuela y en casa. Es decir, la tan ansiada Educación moral de nuestros alumnos no alcanza los suficientes logros que permitan tener una población de niños y adolescentes con sana y adaptabilidad a la sociedad.
La vida de relación con los demás surge originalmente en el grupo familiar y se amplía progresivamente con los demás grupos estructurantes de la sociedad.
Antonia Pascual (1988: 21-30) en su texto nos hace una reflexión hacia como los valores han ido desapareciendo del curriculum, ya que se le ha dado prioridad al desarrollo de habilidades y conocimientos para una formación profesional.
La autora hace referencia a que la transformación social se debe al papel de los valores en las sociedad, también comenta que de “nada sirve un cambio de estructuras si no se ha intentado cambiar si quiera al hombre para poder vivir con responsabilidad, compromiso y solidaridad”, esto es algo muy claro, no podemos transformar nuestro mundo, si primero no cambiamos nosotros mismos.
Para
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