Valores juveniles
Enviado por An Bocanegra • 10 de Septiembre de 2023 • Documentos de Investigación • 1.519 Palabras (7 Páginas) • 50 Visitas
7.- VALORES JUVENILES.
7.1.- Los jóvenes en el mundo.
De la investigación en este continente se concluyó que los jóvenes son conservadores, inteligentes, enfrentan grandes desafíos, están interesados en la tecnología y conectados unos con otros como nunca antes. Son influyentes, conscientes de su imagen, su mundo gira alrededor de la música y tienen una gran presión por ser aceptados y respetados.
Estrés y éxito: Los jóvenes enfrentan una presión intensa por cuestiones morales y por sus expectativas sobre el futuro, haciendo que ellos sean completamente responsables por sus éxitos o fracasos.
Principales temores: Los temores de los jóvenes son acerca del crimen, secuestros, el trabajo, la educación y poseen un sentido de desconfianza por el gobierno y la policía. Pero es sorprendente averiguar que lo que realmente quieren para Navidad es un buen trabajo.
Sexo: Los jóvenes son expuestos prematuramente a todo lo referente al sexo por medio de Internet. La mayoría de jóvenes de 12 años de edad ha visto más material explícito en la Web que lo visto por una generación mayor en toda una vida.
Las marcas: La gente joven ha ido evolucionando, de ser espectadores comprensivos del mercado a ser participantes activos del mismo. Los jóvenes están expuestos más que nunca al mundo actual.
Una explosión de comunicación: La tecnología ha logrado que los jóvenes tengan más amistades gracias a la constante conectividad vía e-mail, IM, celulares y SMS. Esta comunicación digital complementa pero no sustituye la televisión, ya que la televisión todavía es parte de las conversaciones digitales de los jóvenes.
7.3.- Reflexiones sobre el ocio.
La palabra “ocio” viene del griego y significaba en un principio: “tiempo y espacio para el estudio y la reflexión”. Los antiguos griegos enviaban a sus hijos a estudiar con los maestros filósofos y consideraban el ocio como muy fructífero, de hecho el estar ocioso significaba que eran personas ricas y que tenían tiempo para el estudio. Era gente culta que se dedicaba a pensar de manera sistemática y que resolvía problemas del momento. Más tarde se desvirtuó ese término con lo que ahora conocemos como ocio.
La sabiduría popular ha creado una serie de aforismos en torno al Ocio y los vicios:
El hombre ocioso es vicioso: Al hombre parado, lo tienta el pecado. Al ocio no hay vicio que no le acompañe. Del ocio nace el feo negocio. Hombre ocioso, hombre peligroso. La ociosidad es madre de todos los vicios. Ociosos mozos y ociosas mozas no aumentan hacienda y causan deshonra. Ocioso, vicioso. Persona ociosa, no puede ser virtuosa. ¿Cómo quieres ver segado, lo que no fue sembrado? El ocio no queda impune: quien no trabaje que ayune. El ocio hace poltrones: Poltrones son personas que viven despreocupados de todo y permanecen descansando mucho tiempo.
El Diccionario de la Real Academia define la laboriosidad como: "aplicación o inclinación al trabajo". Entiende por ocio: "cesación del trabajo, inacción o total omisión de la actividad".
Cuando la existencia se torna monótona, mecánica, y sin sentido, el ahogo de nuestro espíritu impide que podamos imprimir a la vida un tinte mas dinámico y vital. Caemos en el ocio, en la Inercia, lo que invariablemente conduce al desorden, a la entropía, al caos, a la destrucción.
El ocio en sí genera vicios definidos como actos repetitivos e inconscientes que atentan contra nuestra voluntad; son en sí mismos el impedimento a una vida consiente y superior. Por otra parte, la fuerza del vicio radica en el conformismo. Se entiende por tal, a la actitud pasiva de darse por vencido ante las adversidades; de aceptar la naturaleza viciosa como una condición necesaria para aliviar las tensiones que provoca el continuo sentimiento de culpa y derrota. Así se provoca un ciclo que no tiene fin.
7.4.- Escala juvenil de valores.
La identidad se plasma, en la consideración de aquellos
aspectos que se “consideran importantes para la vida”, es decir en los valores.
Entendemos por valor: “unidades complejas de motivación” es decir, las
fuerzas prevalentemente afectivas (subjetividad), junto con la atracción
racional y espiritual (objetividad) de lo que se ve como bueno en sí mismo
para la persona que mueven a la toma de decisiones y ejecución de acciones
vitales, constructoras de la persona misma en dirección al bien deseable y no
poseído. De otra manera podemos definir los valores como “horizontes de
sentido” “un bien hacia el que tiende la acción” lo que se ve (percibe) como
útil, bueno, valioso; como aquello por lo que vale la pena actuar, moverse y proponérselo como punto de llegada.
Ahora bien, cuando hablamos de valores, debemos ser cuidadosos: no
siempre coincide lo que a uno le gustaría tener como valor, y lo que vive
realmente. Además, recordemos que si integramos el componente afectivo de
los valores (“sentirme motivado a actuar”) entonces no tienen estos por qué ser universalmente admitidos. Hoy, es difícil hablar de valores universales eternos
e inmutables (no que no existan, pero la niebla postmoderna los oculta,
especialmente a los niños y jóvenes). En la cultura post-moderna, hablar de
absoluto, meta-relatos o explicaciones globales de la realidad son vistos inmediatamente al menos como sospechosos de falsedad.
Notamos una creciente liberalización de los valores, no sólo en el mundo de
los jóvenes sino en la sociedad en general de la que, los jóvenes
son el reflejo. No hace mucho en el DF. se aprobó legalmente la unión entre
homosexuales, como en Madrid. Acaba de ser gran noticia la aprobación de la
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