Ventajas De Ser Madre Joven
Enviado por danybobany • 15 de Octubre de 2012 • 1.449 Palabras (6 Páginas) • 1.264 Visitas
¿Ser madre joven es realmente una desventaja?
Daniela Muñiz, Sofía Merino
Universidad Autónoma de Baja California Sur
danielamuniznieto@hotmail.com
PALABRAS CLAVE
maternidad temprana, ventajas, embarazo de alto riesgo, madre madura
Hoy en día es cada vez más común ver que algunas mujeres decidan postergar la maternidad. Los cambios en la percepción de la maternidad han sido el resultado de diversos procesos como la incorporación de la mujer al trabajo remunerado, difusión de la anticoncepción moderna y la mayor diversificación de los papeles femeninos que en cierto modo compiten con el papel maternal.
En Norteamérica casi se duplicó la cantidad de mujeres que daban a luz a su primogénito después los 35 años en la última década. La relación observada refleja que cuan más alto es el nivel de instrucción y los ingresos de una mujer, existen más posibilidades de que tenga a su primer hijo después de los 30 años. Según la autora canadiense Danielle Crittenden, que publica en The Globe & Mail Toronto, comenta que aunque cada una de esas mujeres dan una explicación diferente sobre su decisión de retrasar su maternidad, en todas ha influido la idea de que sólo cuando una mujer está bien asentada en su trabajo podrá añadir la maternidad a su plan de vida.
Se hizo una recopilación de argumentos que respalda la postura de que ser madre joven no es más descabellado que tener hijos a los 38 o 40 años y que podría ser incluso mucho más recomendable. Lo anterior sustentado en la opinión de médicos y puntos de vista tomados de entrevistas personales.
Como es sabido, los riesgos a los que se enfrenta una mujer durante el embarazo aumentan con la edad. Estudios realizados por Yale Medicine School, han mostrado que existe una mayor probabilidad de sufrir un aborto espontáneo, defectos congénitos, embarazo gemelar, diabetes gestacional, así como tener un trabajo de parto difícil. Todo lo anterior en las madres maduras.
Los resultados de la investigación de Yale indican que las probabilidades de tener un hijo con anormalidades cromosómicas, como lo es el Síndrome de Down, se elevan significativamente conforme aumenta la edad de la madre, ya que antes de los 24 años esta probabilidad es de tan sólo 1/1300, en cambio después de los 40 años crece a un caso de cada 100 y uno de cada 63 en tener cualquier otro tipo de anomalía cromosómica.
Las consecuencias de posponer la maternidad pueden afectar también el ámbito social o psicológico, es muy probable que una madre mayor de 40 años se encuentre con la noción de que su propia infancia quedó muy atrás. Tal vez psicológicamente sea más madura, pero sin duda le resultará más difícil compenetrarse con su hijo, habrá perdido esa experiencia viva de lo que es ser joven y físicamente su cuerpo ya está en decadencia. En cambio, unos padres jóvenes se adaptarán de una forma más natural a la llegada de un niño; este no nacerá en un matrimonio con un régimen de vida ya muy establecido, ni después de varios años de infertilidad, lo que frecuentemente ocasiona que el niño sea recibido por su madre como un falso mesías ya que deposita en él expectativas en exceso. Por otra parte las probabilidades de ser hijo único viniendo de una madre joven son menores y el hijo único de una madre madura tendría que cargar pronto con unos padres mayores.
Es mucho más común que un hijo de padres jóvenes conozca a sus abuelos, convivirá con ellos y disfrutará de su presencia durante su infancia y si tiene surte podrá darles bisnietos. El hijo de una madre mayor de 40 años no tendrá más que unas figuras lejanas de las historias familiares y si tiene la fortuna de conocerlos, sin duda no tendrán la misma capacidad de disfrutar a sus abuelos.
La Dra. Miriam Stoppard menciona que las mujeres mayores suelen estar acostumbradas a tener el control de su vida por lo que algunas pretenden controlar a sus hijos. Psicológicamente el sentimiento de culpa por no pasar tiempo con sus hijos las lleva en ocasiones a dejar trabajos bien remunerados por estar más tiempo a su lado. Afrontan la maternidad de un modo racionalista y están siempre acudiendo a especialistas o a la literatura para padres primerizos, a menudo es necesario que su médico o pediatra les pida que se tranquilicen.
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