Villa Saboya. Comentario
Enviado por katherinega2 • 14 de Octubre de 2014 • 2.155 Palabras (9 Páginas) • 303 Visitas
Villa Saboya
Descripción formal de los elementos
Estamos ante una arquitectura, ubicada en un espacio abierto, lo que facilita la construcción exenta. Es una casa unifamiliar, situada en una zona ajardinada. Además, su forma de cajón y el color blanco de sus paredes, resalta y contribuye a su aislamiento.
El edificio está sostenido por columnas, pilotes, que se encuentra en la planta baja. En la planta superior predominan los muros horizontales, de color blanco, que son recorridos de extremo a extremo por unos vanos cubiertos por cristaleras, que permiten pasar la luz al espacio interior. Sobre la planta-vivienda encontramos un espacio curvo, de color blanco. La casa está cubierta por una azotea plana, adintelada. Se contrapone de una manera clara la línea reta y la línea curva.
Los materiales de construcción son el hormigón armado, el hierro y el vidrio. El uso de materiales industrializados permite una gran fluidez plástica, y facilita la construcción en esqueleto, ofreciendo nuevas posibilidades en la contraposición carga/soporte.
La composición y organización espacial. La vivienda presenta en su conjunto una planta cuadrada, que se asemeja a una caja, elevada del suelo mediante una serie de pilones, más bien pilares cilíndricos sin decoración. Con cuatro fachadas iguales, orientadas a los cuatro puntos cardinales. Las fachadas abiertas, con ventanas correderas dejan pasar la luz a toda la casa y posibilitan la contemplación del paisaje, y la integra con la naturaleza.
La villa se organiza verticalmente en tres alturas. La planta baja -en forma de U- de pared curva, tiene el garaje y las habitaciones del servicio y un vestíbulo desde donde arranca la escalera y la rampa que vertebra y comunica todo el edificio. El primer piso, alberga la residencia familiar. En ella se encuentra el comedor, sala de estar, dormitorios, cocina, baño y una terraza jardín. Con grande vanos apaisados abiertos al exterior. Finalmente, en la tercera planta la terraza con un solárium y con algunas superficies ajardinadas, concebido como continuación del jardín de la planta anterior. Las paredes redondeadas de la azotea contrastan con las formas rectilíneas de la vivienda. La comunicación entre los distintos niveles de la villa se efectúa mediante una escalera de forma helicoidal y una rampa, que comunican todo el edificio.
La villa recoge los puntos básicos que Le Corbusier presenta, en 1926, como una manera nueva de hacer arquitectura. Los elementos que definen su arquitectura racional - funcionalista:
El empleo de pilotes, separa la vivienda del suelo dejándola suspendida en el aire.
Cubierta plana sobre la que se sitúa una terraza-jardín.
La planta libre o planta abierta, los pilotes y la ausencia de los muros de carga permiten modular el espacio interior a voluntad.
Ventanas apaisadas, la disposición horizontal de las ventanas, de banda a banda, aumenta la visibilidad de la casa.
Fachada libre: El empleo del hormigón armado permitió la fachada libre, independizándose el edificio. Al concebirse la construcción exenta, la fachada única, fachada principal desaparece para convertirse en continua, abierta a los cuatro horizontes.
Los materiales utilizados son el acero, el vidrio y el cemento.
Lenguaje estilístico al que puede adscribirse la obra indicando sus características propias
Es una obra funcionalista o racionalista. Se caracteriza por la simplicidad de las formas, el uso de volúmenes elementales, cubo, cilindro, cono y esfera. Se resalta la estructura constructiva antes que la ornamental. Esta corriente se desarrolla entre las dos guerra mundiales, tiene su origen en las construcciones que se llevaban a cabo en América del Norte y en Europa, en las cuales la función y la razón priman sobre el ornato. El funcionalismo nace con la idea de que cualquier forma arquitectónica debe reflejar las funciones para lo que fue creada. Los elementos constructivos, viga, pilares, etc. deben poderse contemplar tanto desde el interior como desde el exterior. El funcionalismo es un movimiento racional unido a las ideas de progreso, a los avances industriales, en las primeras décadas del siglo XX.
La Villa Saboya, parte de la arquitectura mediterránea, donde la geometría y el cálculo de proporciones están muy bien estudiados. Se juega con la línea recta y la línea curva, se varía los materiales, sus ritmos, sus proporciones, sus dimensiones, buscando un acuerdo con el marco. Se asocia el mundo moderno con las necesidades del hombre en cada momento.
En el primer tercio del siglo XX, la arquitectura rompió con el modernismo, de formas exageradas y exuberantes. Conscientes de las posibilidades de los nuevos materiales (hierro, cemento, acero, cristales,…), los arquitectos defendieron un estilo sencillo y funcional.
La primera corriente innovadora del siglo XX fue el racionalismo o funcionalismo, que se desarrolla plenamente en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Este estilo se basa en la creación de formas geométricas puras, sencillas y desprovistas de decoración. Su principal interés fue la fusión de arte y técnica para expresar la construcción arquitectónica como una fábrica útil y bella al mismo tiempo.
El desarrollo de esta nueva arquitectura estuvo íntimamente unido a la Bauhaus, una escuela fundada en Alemania pro Walter Gropius y que tuvo en Mies Van der Rohe uno de los miembros más destacados. Constructor del pabellón alemán para la Exposición Internacional de Barcelona (1929). Esta concepción arquitectónica queda también reflejada en la villa Tugendhat, de M. van der Rohe. Otro arquitecto destacado dentro del racionalismo fue Le Corbusier; a la vez que, urbanista y difusor de las nuevas ideas arquitectónicas. En sus proyectos defendía que el objetivo de la arquitectura era generar belleza y que esta debía repercutir en la forma de vida de los moradores de los edificios.
Paralelamente al funcionalismo, en EEUU trabajó Frank Lloyd Wright, que desarrollo una arquitectura organicista en la que los edificios son como organismos ha de adecuarse a los materiales usados e integrarse en el medio natural.
Las últimas tendencias arquitectónicas se caracterizas por la experimentación, la aplicación de nuevas técnicas y la utilización de nuevos materiales constructivos. Entre las primeras experiencias innovadoras destaca los rascacielos de cristales y acero de los años cincuenta en EEUU. En la década de 1960 triunfaron nuevas ideas arquitectónicas –calificadas de manieristas, por sus tendencias subjetivas y antinaturalistas. La obra más destacada de este período es la Ópera de Sídney. El estilo hig-tech se caracteriza
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