Violencia Contra La Mujer
Enviado por mayvidu • 11 de Octubre de 2012 • 487 Palabras (2 Páginas) • 334 Visitas
El incremento de la actividad del crimen organizado (narcotráfico, contrabando, robo de vehículos, secuestro, lavado y tráfico de madera y de armas) y la acción creciente de la delincuencia común, son el reflejo de la descomposición social que nos ahoga y asfixia.
Inequívocamente, la única puerta de salida al desempleo y subempleo es la constante emigración de guatemaltecos hacia mercados de trabajo más amplios y redituables, como el estadounidense, lo que, de alguna manera, también alivia nuestra situación macroeconómica a través de las remesas familiares, que se han convertido en uno de los principales generadores de divisas para Guatemala.
En todo caso, la emigración, aunque lo ha aliviado, no ha atajado el problema del desempleo y subempleo, el cual es mayúsculo, sobre todo si consideramos las grandes cantidades de jóvenes guatemaltecos que anualmente se incorporan al mercado de trabajo, y que hoy por hoy les es sumamente difícil conseguir empleo. Ya no digamos los que pierden sus empleos por recortes o cierre de empresas.
La única solución viable es que, a través de un gran consenso nacional, liderado por el Gobierno, se devuelva la confianza y la certeza a los agentes económicos, para que la economía nacional se reactive. De lo contrario, lo más probable es que las cosas empeoren y que la desesperanza nos avasalle.
En Guatemala, el registro del desempleo abierto presenta serias deficiencias, como corresponde a una economía poco formalizada. Es difícil creer que durante una crisis económica como la de los años ochenta, las tasas de desempleo hayan oscilado en torno al 3% (2,2% en 1980, 3,5% en 1987 y 2,0% en 1989). Ahora bien, aunque éste no sea un indicador correcto de la dimensión de las dificultades para obtener empleo (especialmente entre la población indígena), sí puede tomarse en cuenta para seguir las variaciones del problema, así como para examinar su composición interna.
El subregistro del desempleo es más agudo en las mujeres porque éstas tienden a declararse como amas de casa (inactivas) cuando quedan desempleadas. Sin embargo, las cifras señalan que sufren regularmente de un mayor desempleo que los varones. Durante los ochenta, sus tasas fueron casi el doble de las de ellos, lo que significaba que llegaban a ser un 40% del total de desempleados.
El desempleo afecta más duramente a la población joven, y en su interior, las jóvenes sufren más el problema que sus coetáneos varones. Estas diferencias son aún más grandes cuando se trata de obtener el primer empleo: en 1987, sólo un tercio de los varones desempleados entre 15 y 30 años eran nuevos entrantes al mercado de trabajo, mientras entre las jóvenes desempleadas la mitad de ellas no había conseguido su primera ocupación.
La composición del desempleo abierto por ramas de actividad muestra
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