Virtud

“Hábito racional que hace vivir rectamente y del que nadie hace mal uso, cuyo efecto es hacer buena la obra y bueno al que la realiza” (García Hoz, Diccionario de Pedagogía, Labor, Madrid).

Los Valores se muestran en hechos y se concretan en Virtudes.

Los hechos que muestran nuestros Valores no son acciones ocasionales o pasajeras, sino hábitos, que implican actitudes duraderas, concretados en esfuerzos habitualizados.

La madurez humana de cada individuo es el resultado de un desarrollo armónico de hábitos operativos que forjan su carácter

Entendemos por Virtudes los hábitos operativos buenos, en cosas tales como la humildad, la constancia, la prudencia.

Hábitos Virtuosos, significan la disposición constante de la persona a obrar bien y evitar el mal, por lo mismo son un modo de ser permanente, una disposición continua.

Son hábitos que perfeccionan las facultades espirituales de la Inteligencia para obtener la Verdad, y de la Voluntad para alcanzar el Bien.

Tres son las virtudes básicas: Humildad, Constancia, Prudencia.

Se trata de actitudes básicas que afectan a todos los contenidos valiosos por igual

Supuesto que ya somos humildes en el sentido antes indicado, y que excluye obviamente las caricaturas tan frecuentes del falso humilde, además hemos de ser constantes.

No bastan las buenas intenciones, ni es suficiente la buena voluntad.

Hay que ponerse manos a la obra. La realización de los valores requiere normalmente esfuerzo, y aún más trabajosa es la perseverancia durante toda la vida en esa tarea por ser mejores.

la decisión de la voluntad, querer ser buenos es justamente lo que entendemos aquí por virtud formal de la constancia

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