Vitai lapada tradunt

VITAI LAMPADA TRADUNT^[1]

“¿Qué es, pues, el progreso? Acabamos de decirlo. La vida permanente de los pueblos.

Sucede a veces, que la vida momentánea de los individuos opone resistencia a la vida entera del género humano”^[2]

Para efectos de este ensayo, donde me veo en la obligación de advertir que será un ejercicio académico más divertido que ambicioso, tomaré prestado el concepto de “Derechos” como expectativas y capacidades necesarias para la convivencia y la realización tanto del individuo como de la humanidad.

La humanidad pasó de sentir temor al dragón que escupía fuego a domarlo y darle nombres como locomotora, cañón o napalm; de adorar a los astros a postrar sobre estos banderas que “hondeaban” con un clamor de megalomanía, de luchar entre clanes a luchar entre clases, de caminar descalzos sobre la tierra sagrada a caminar sobre las blancas nubes, en fin… Pasamos de sobrevivir a disfrutar. (¿O no?).

Con las redes de la inteligencia, el hombre ha tratado de domar cada monstruo que se le ha enfrentado. Cada época ha traído consigo la lucha que le es posible, y siempre su estandarte ha sido El Progreso.

Por el progreso se buscó el bienestar del que permanecía al lado, el poder alargar la vida, curar la enfermedad e imitar en algo a los dioses. La humanidad, ha estado siempre unida -condenada- al progreso, como forma de navegar y de hacer camino.

Es inevitable no estar tentado a  tratar de definir qué es el progreso, pero como lo dejé claro desde un principio, esta sería una empresa bastante ambiciosa para los fines de este ensayo. Por lo pronto me limitaré a decir que, no poder definir la palabra, sería una  de las consecuencias de su significado.

Siendo un poco condescendientes, se podría afirmar  que el ser humano es uno de los eslabones del progreso, concebido sea desde el azar cuántico o la providencia, y por lo tanto, definir algo que nos excede de tal manera y cambia más rápidamente de lo que logra concebir nuestra propia vista, además de sospechoso, sería imposible.

No sabemos que es, pero los pueblos caminan, y caminando nos hemos dado luces. Hemos dicho^[3] que el progreso es democratizar la propiedad (luego se diría que universalizarla), superar la miseria, que nadie pase hambre, tener una familia de personas felices, superar el PIB del año anterior o poder invertir un poco más en exportar democracia.

Así las cosas, la humanidad se ha valido de instrumentos e instituciones para materializar el progreso y una de esas instituciones ha sido el derecho, y más específicamente, el derecho constitucional.

El  derecho constitucional ha sido el resultado del pensamiento histórico de los pueblos (Occidentales) destilado en la época de la ilustración. A partir de allí y valiéndose  de un discurso orientado desde la razón,  se ha luchado por ver el progreso como la materialización de los derechos del ser humano.

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