Y La Radio ¿todavía Tiene Futuro?

Y la radio ¿todavía tiene futuro?

Desde mi perspectiva (y fácil la de muchos otros jóvenes del siglo XXI), la radio en el Perú atraviesa un período de estancamiento en un momento en el que la tecnología digital está ya en manos de los usuarios, sobre todo, desde la digitalización de la televisión. La era digital irrumpe la nueva cultura multimedia, en la que convergen texto, video, audio, imágenes y fotos lo que crea un nuevo marco mediático que no solo abre nuevas posibilidades expresivas y conquista públicos habituales de los medios tradicionales, sino que trastoca de forma irreversible el papel pasivo del receptor otorgándole un protagonismo hasta ahora impensable (Pousa 2009). Las nuevas tecnologías digitales han dinamitado este esquema tradicional, dando paso a un nuevo escenario en el que la audiencia también quiere participar en el juego comunicativo y romper la unidireccionalidad de los mensajes interviniendo sobre los contenidos. En este sentido, las nuevas tecnologías esbozan nuevas perspectivas para un medio arraigado, pero ciertamente envejecido, como es la radio, el “primer medio de masas que hace ochenta años permitió hablar de comunicación” (Pousa 2009).

La radio es un medio de comunicación que ya se ha ganado un espacio en la vida diaria. No ha desaparecido ni frente a la televisión y no tendría por qué desaparecer; más bien, como todo en la vida, se tiene que adaptar. Cuando la televisión apareció, la radio se reacomodó y, cambió de espectáculo familiar a compañía individual. Se convirtió en el medio que acompaña la soledad y se convierte en compañía (López 2004: 13). Además, es un medio de comunicación que, desde sus inicios, se ha caracterizado por crear una relación de cercanía entre quien habla (locutor) y el oyente. Un ejemplo de ello, son los enlaces telefónicos. El teléfono ha instalado la participación ciudadana como parte indisoluble de la producción radiofónica. La participación del público no se agota (López 2004: 297). En este sentido, se podría decir que es un medio muy personalizado y que tiende mucho a la retroalimentación entre emisor-receptor. Es dentro esta lógica que las nuevas tecnologías han avivado el concepto de “participación” a uno de “interactividad”: En este sentido, cada oyente podrá tomar la iniciativa para armar su propia programación a través de una computadora casera. En el futuro próximo, como explica Negroponte, “todos los medios de comunicación que se trasladarán a la Red: el soporte de todos los mensajes mediáticos será digital (por la red). El emisor enviará una corriente de bits y el receptor podrá decidir si prefiere leer, escuchar o ver dicho mensaje” (López 2004: 299).

En la red conviven productos que se parecen a los soportes de origen. Es decir, existen periódicos electrónicos semejantes a los del quiosco; programaciones de televisión y emisoras de radio muy similares a sus matrices inalámbricas. Mientras tanto, existen en la red más de miles de emisoras de radio que están revolucionando el medio: No necesitan licencia para emitir; rompen con la territorialidad siempre limitada de la radio inalámbrica; ofrecen productos muy especializados para oyentes muy parecidos entre sí y, lo que es más importante, cuentan con la audiencia y le dan cabida a sus opiniones (Pousa 2009).

Pero qué es lo que ofrece la radio digital. Además de la información en audio, que es la radio en estado puro (palabra, música, efectos y silencio, los cuatro pies del lenguaje radiofónico), la radio digital permite información visual. Esta información adicional mediante el envío de imágenes que serán especialmente útiles en todo lo relativo

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