¿Y si solo fuésemos tú y yo?
Enviado por ivangg76 • 28 de Agosto de 2023 • Resumen • 1.811 Palabras (8 Páginas) • 54 Visitas
¿Y si solo fuésemos tú y yo?
Te lo prometo, el amor verdadero existe, pero es más difícil de encontrar que la cría de un animal extinto, además la tecnología ha empezado a alejarnos de lo que queremos y nos ha hecho estúpidos, carcasas sin alma, que no conocen más brillo que el de su dispositivo móvil, a este ritmo el amor se habrá extinto muy pronto y solo quedará el deseo gobernando, aventuras de una noche seguidas de muchos días de soledad y asco, es triste pero ya nadie se ama como antes, pero te lo repito, si, te lo prometo, el amor verdadero existe, ¿Qué como lo sé? No tengo idea, yo nunca he tenido una experiencia como esa, probablemente tu tampoco, pero se de alguien que si, como lo envidio, daría lo que fuera por tener lo que él tuvo en su momento, el me contó su historia, ahora yo te la contaré, creo que es preciso que mas historias como estas lleguen a saberse, mi padre me enseño mucho, ahora deja que te enseñe a ti.
Por mucho tiempo mi padre y mi madre se amaron, aunque yo era muy pequeño podía observar que su amor era puro, inocente y los dos eran incapaces de hacerse daño, eran felices, pero mi madre enfermó, de una enfermedad extraña, que la debilitaba, mi padre la cuidó todos los días, y siempre le repetía al oído que la amaba, la enfermedad pudo más que ella, así que murió, yo apenas tenía 10 años, pero recuerdo el dolor y el sufrimiento como si hubiese sido hoy, recuerdo que fui incapaz de acercarme a su féretro, no podía, caminaba hacia allá, pero algo me detenía antes de llegar allí, recuerdo a mi padre sentado al lado de la urna, mirando hacia la caja fría, observando el rostro de mi madre que yacía tendida allí, no decía nada, solo la miraba y lloraba, ningún niño debería pasar por esa experiencia, ningún ser humano debería pasar por esa experiencia, todavía hoy me siento un cobarde por no haberla visto por última vez, aunque tuviese sus ojos cerrados y no pudiera contestarme, lo que sí quedó grabado en mi memoria a fuego fue que mi padre, cuando iban a cerrar el ataúd, para despedirse de ella le preguntó: ¿y si solo fuésemos tu y yo?
Así, poco a poco fue pasando el tiempo y aunque es cierto que las heridas no cerraron y el dolor tampoco cesó, la vida debía continuar y así paso, mi padre siguió trabajando como de costumbre, pero algunas cosas en su vida jamás cambiaron, nunca borró los mensajes de mi madre de su teléfono celular, nunca se quitó su anillo, nunca movió la almohada de mi madre, nunca arregló su lado de la cama y la foto de ella la llevaba a cualquier lado que iba para que le hiciera compañía, a veces lo escuchaba hablando con ella, preguntándole cosas sin importancia y riéndose, como si hubiese obtenido alguna respuesta, cabe destacar que mi padre nunca volvió a interesarse por alguien más, por lo menos durante treinta años así fue, pero las cosas cambiaron de un momento a otro.
Al cumplir 60 mi padre empezó a sentirse un poco solo, notaba que solía frecuentar una pequeña librería que quedaba cerca de casa, al volver de ella lo hacía cantando una extraña canción, su coro decía: ¿y si solo fuésemos tu y yo, adonde me llevarías?, no importa el destino amor, contigo hasta el fin del mundo iría, creo que era algo así lo que decía la canción, yo estaba feliz por él, pensé que simplemente estaba superando lo de mi madre, pero luego me contó lo que jamás hubiese esperado de él, me sentó y me dijo: hijo, he estado solo por un largo tiempo y jamás podré olvidar a tu madre, pero he empezado a sentir soledad en mi corazón, ya estoy cansado de conversar con un espacio de la cama vacío, y de reírme como un loco en la soledad y el frío de mi habitación, tú debes entenderlo, por eso hijo debo confesarte algo, estoy enamorado, de una hermosa mujer, se llama Elena, tiene 20 años, pero creo que es muy madura para su edad, la conocí en la librería y está dispuesta a venir a conocerte, por mi mente pasaron muchas cosas, ¿cómo podía hacerle eso a mama? además con una jovencita de 20 años, yo le doblaba la edad, ¿acaso había perdido el juicio? Con todo, intenté ser tolerante, y a la vez ejecutar un plan que acabara con ese amor prematuro que no llevaría a nada, o eso pensaba yo.
Por fin la noche llegó, mi padre estaba muy emocionado, me dijo que iría a buscar a Elena y eso fue lo que hizo, al cabo de un rato volvió y supe que era el momento de conocer a la mujer que quería usurpar el lugar de mi madre, iba con toda la intención de insultarla, pero al abrir la puerta todo dio un giro inesperado, lo que vi fue… bueno en realidad lo que vi, todo fue tan extraño, por alguna razón ya no quería gritar, solo quería pasar un rato agradable con mi padre y su invitada, todo el odio que había guardado, el rencor que había alimentado , la furia que había acumulado, se esfumó al ver el gran amor que mi padre sentía, la noche pasó volando entre la conversación, mi padre conto muchas historia de ella, llevaba poco tiempo de conocerla, pero parecía que se conocían de toda la vida, le pregunte como fue que ella se fijo en él, el me dijo, yo solo le pregunté ¿y si solo fuésemos tu y yo?, ella no hablaba mucho, recuerdo yo, era muy tímida, prácticamente era como si papa y yo hubiésemos conversado toda la noche, pero ese día me llevó a darme cuenta de algo, papá había escogido bien, por lo que contaba de ella se veía que era la mujer perfecta para él, la que podía mitigar el dolor y sellar la herida que había dejado mi madre al morir, al final terminé aceptando la relación y deseando que la mujer que algún día conociera fuese como ella, no quiero sonar indecente, pero era cómo si me hubiese enamorado un poco de aquella mujer de la que mi padre se enamoró, pero calma, no fue así.
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