Yoga Para La Sanación Del Alma

Actualmente vivimos insertos en una sociedad que diariamente está bajo el poder del estrés. Muchas veces no nos damos un tiempo de relajo donde podamos estar en contacto con nosotros mismos. Es común que por ese motivo los especialistas nos recomienden practicar alguna actividad que nos libere del estrés y que nos proporcione un equilibrio interior, y el yoga es una buena alternativa para mejorar nuestro estado de ánimo y para llevar un cuerpo sano que represente nuestro equilibrio interior.

El yoga es una tradicional disciplina física y mental que se originó en la India. Esta incluye prácticas de meditación en el hinduismo, el budismo y el jainismo. Las escuelas de yoga consideran que el cuerpo es el vehículo para desarrollar el espíritu; debido a esto es que siempre se ha recomendado tener conciencia sobre él mismo; cuidándolo y evitando el estrés y la ansiedad de la adaptación sentimental, afectiva y anímica de un individuo a su entorno.

A través de los ejercicios de esta disciplina desarrollamos nuestra flexibilidad, mejorando la calidad de nuestras articulaciones, espina dorsal y masa ósea. Los ejercicios de relajación pueden ayudar a mejorar nuestra circulación sanguínea, especialmente en las manos y pies; Las distintas posturas que realizan producen un mayor transporte de oxígeno a las células, obteniendo una disminución en la incidencia de ataques al corazón e infartos y aumentando el número de hormonas sexuales.

La fuerza de nuestro cuerpo puede ser para el beneficio o daño de otros. Cuando nos enojamos solemos producir energías negativas que pueden repercutir en los demás. Es común estando molestos que maldigamos y pasemos a herir a otras personas; muchas veces a quienes apreciamos. Esto es un ejemplo del mal uso que le damos a nuestras energías internas y demuestra poco dominio emocional. No es beneficioso dejarse llevar por emociones como la rabia, ya que fácilmente puede transformarse en ira, pudiendo dejar un desastroso resultado. Por otro lado están las emociones positivas que pueden forjar un camino muy beneficioso para los demás y también para nosotros mismos. Cuando sentimos amor universal, amamos todo lo que nos rodea, este sentimiento que se genera nos impulsa a realizar acciones de beneficencia y altruismo. Y es ahí donde comienza nuestro proceso de sanación espiritual. Cuando sentimos amor toda nuestra energía humana se proyecta para mejorarnos a nosotros mismos y también para mejorar la calidad de vida de todo lo que nos rodea. En el yoga se trabaja desde ese sentimiento, el amor es la base para gestar un bienestar general dentro de nuestra vida. El yoga produce una motivación trascendental para cambiar malos hábitos tales como: mala alimentación, consumo de cigarrillos, alcohol, café y drogas ilícitas; Y también mejorar la postura corporal y algunos trastornos del sueño (insomnio, apnea del sueño, hipersomnia). El yoga también es de gran ayuda para aliviar y tratar dolores musculares, ansiedad, depresión. Además de mejorar la autoestima y el carácter.

Cuando ya llevamos un tiempo mayor practicando esta disciplina, logramos un mayor entendimiento de lo que somos. En ocasiones debemos preguntarnos ¿qué me define? La respuesta puede ser variada, pero determinante para el autoconocimiento. Puede que respondamos a esa pregunta que lo que nos define es la ropa que usamos, como hablamos, nuestras acciones, nuestra personalidad, con quienes nos juntamos, etc. La verdad es que esa respuesta solo está en nosotros mismos, pero la ignorancia es la barrera principal para responder esta interrogante. El ignorar nuestra identidad personal produce gran sufrimiento en las personas. “La ignorancia consiste en confundir el efecto con la causa, es decir, en atribuir las cualidades del ser al mundo tratándolo como el origen de la experiencia e ignorancia al ser como la causa fundamental (Frager & Fadiman, 2001). Para revertir esta situación existencial, el yoga propone ejercicios mentales, donde se llega a estados elevados de conciencia, pudiendo acceder a una paz que no experimentamos comúnmente. Esto se debe a la vida agitada que llevamos hoy en día, llena de quehaceres y responsabilidades, así difícilmente podemos obtener un momento de intimidad con nosotros mismos, pero sí podemos hacerlo posible organizándonos y atreviéndonos a adentrarnos en este hermoso viaje de experimentación de la conciencia; conciencia de nuestro cuerpo, de nuestros pensamientos, de nuestra riqueza interior y más importante aún, conciencia de quién soy y de lo que hay dentro de este envase llamado cuerpo.

Como decía anteriormente las responsabilidades muchas veces son un obstáculo para obtener tiempo personal, pero son parte de el rol

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