"Ética y Autorregulación Periodísticas en México" Ensayo

Ética y Autorregulación Periodísticas en México, de Omar Raúl Martínez Sánchez. Una reivindicación del periodismo en México.[pic 1]

Aún con el rigor científico y metodológico que exigen los trabajos acdemicos, más aún cuando estos están previstos para ser publicados, son pocos los textos que se toman realmente en serio a sí mismos, y que se atreven a cometer una acción titánica que debería pensarse como la obligación de todo científico, y no como un error de método que debe evitarse a toda costa: me refiero a tocar todas las posibles ramificaciones que se desprenden de un sólo corpus temático.

Con esto en mente, podemos decir que Ética y Autorregulación Periodísticas en México, de Omar Raúl Martínez Sánchez, es un trabajo que se toma en serio a sí mismo. Y no lo es porque se empeñe (entonces sí) erróneamente en tratar de hablar de todo lo referente al periodismo en México, aunque cabe señalar que sí hace un acercamiento sustancial en este aspecto; ni tampoco lo es porque en él se encuentren grandes verdades universales sobre el ser y el deber ser del periodismo.

Lo es porque se concentra en un aspecto concreto del periodismo: la ética a través de la que puede operar un periodismo responsable, conciente y profesional, y la autorregulación como una práctica hacia la que debe encaminarse el periodismo moderno para enfrentarse a una realidad cada día más compleja, en la que los acontecimientos sociales, políticos, culturales y económicos alcanzan al trabajo de los periodistas, y lo impulsa a un ejercicio más profesional y con mayor control por parte de sí mismo.

Y de estos dos aspectos concretos y definidos del periodismo, Martínez Sánchez desarrolla toda una exploración de la existencia y significado que han tenido estos términos en nuestro país, a través de sus implicaciones conceptuales, históricas, y de los desafíos que aún tienen por superar en el contexto nacional e internacional.

En el apartado de la conceptualización, Martínez Sánchez define a la ética y la autorregulación en un sentido periodístico general al describir y explicar los conceptos que encierran, los cuales son necesarios para entender el sentido de hablar de ética y autorregulación en el periodismo, y posteriormente, de ambas e el periodismo mexicano.

Sin duda, uno de los primeros aciertos del texto (en cuanto a desarrollo, pues en contenido el texto posee muchos otros) es entender a la ética y al periodismo como algo que va de la mano, y que es inequívocamente inseparable. Es un acierto porque entender a ambos componentes sociales de forma paralela, los coloca en una relación mutua, de derechos y obligaciones, de acciones y responsabilidades que generan situaciones de causa-efecto en ambas direcciones.

No es secreta la gran cantidad de periodistas, e incluso actores de la sociedad civil, que aprovechan cada espacio de expresión posible (manifestaciones, trabajos académicos, artículos periodísticos, entrevistas, etc.) para hablar sobre la responsabilidad que tiene el Estado y las instituciones gubernamentales para garantizar el cumplimiento completo de la libertad de expresión y prensa, con el argumento de que el incumpliendo de este principio fundamental atenta contra la existencia de una verdadera democracia, justa y transparente.

Y es cierto, es responsabilidad de las autoridades mexicanas salvaguardar el trabajo que realizan los periodistas para investigar, ordenar y explicar la realidad con el objetivo de que las personas estén enteradas de su entorno y lo comprendan, para tomar decisiones políticas que caracterizan a una democracia.

Este punto es ampliamente abordado en el texto, hablando en primer lugar del recorrido histórico que han realizado los medios de comunicación en México, los cuales siempre han trabajado bajo un sistema presidencialista y oficialista, en el que se ha impuesto un alto grado de autoritarismo incluso en el principal instrumento de contrapeso con el que cuenta la sociedad para hacer frente a las decisiones y acciones del Estado: el periodismo.

Ante este panorama histórico, es comprensible (aunque no por eso justificable) la falta de atención que se le dió durante casi todo el siglo X al tema de la ética y la responsabilidad social con la que debe trabajar el periodista, pues en medio de un contexto pragmático en el que se trabajaba bajo mandato antes de vocación, no existían las condiciones para pensar en las ideas de ética y autorregulación, mucho menos era posible que estás ideas se llevarán a cabo.

Sin embargo, Martínez Sánchez no responsabiliza de esta situación únicamente a las instancias gubernamentales de México, sino que igualmente realiza la crítica a los medios de comunicación mismos. Con realismo, señala la naturaleza de los medios en México como negocios sujetos a empresas e iniciativas privadas, que como tal, superponen su interés por las retribuciones que recibe a través de publicaciones fácilmente consumibles, y dejan de lado propuestas informativas que sirvan para fortalecer la democracia de la que también son responsables.

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