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David Zambrano Y Ana Garat


Enviado por   •  13 de Agosto de 2019  •  Resumen  •  1.204 Palabras (5 Páginas)  •  593 Visitas

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DAVID ZAMBRANO:

David Zambrano es un Bailarin y Coreografo nacido en Venezuela en 1960. Sus primeros pasos en las artes del movimiento fueron bailando pop en las discos y salones de baile de su país mientras estudiaba ciencias de la computación. Este dato no es menor ya que años después, luego de su entrenamiento profesional en danza, confesaría que aquellos saberes matemáticos le permitieron encontrar lo que para él es el secreto de la improvisación: la posibilidad de actuar y medir, en el mismo instante, la cantidad de tiempo y el espacio necesarios para la creación continua.

Pasó 15 años en Nueva York, y ahora vive entre Amsterdam y Bruselas y continúa actuando y enseñando en todo el mundo. También fundó el Festival de Danza Postmoderna en Venezuela en 1989 y fue su director hasta 1993.

Los métodos de Zambrano en improvisación están influenciados por el entrenamiento que enseña en todo el mundo. El método más notable es su técnica Flying Low que examina la relación del bailarín con el suelo; y Passing through, una composicion grupal, que ejercita la práctica de infinitas posibilidades de moverse juntos dentro de un ambiente definido de espacio-tiempo.

FLYING LOW

En 1981, a los veintiún años, Zambrano comenzó a entrenar a tiempo completo, tenía mucha resistencia pero su cuerpo no estaba acostumbrado a tanta actividad física y terminó rompiéndose los ligamentos del arco del pie. Por seis meses debió caminar solo con muletas. Pero sus ganas de seguir moviéndose no menguaron y, en cambio, siguió yendo a entrenar y se dedicó a hacer lo único que podía hacer en ese estado: rolar de un lado para el otro, ida y vuelta. El bailarín cuenta que, de este modo, comenzó a encontrar posibilidades de moverse sin la necesidad de estar parado. Reconoce que ni él mismo sabía de qué se trataba todo eso, “yo solo rodaba de un lado para el otro”, hasta que se puso a hacerlo con mayor atención y a intentar transmitirlo. Así, con el tiempo y a partir de las preguntas de sus colegas y de las dudas propias, se fueron estableciendo ciertos principios de movimiento y este modo de hacer, poco a poco, se fue codificando cada vez más hasta convertirse en lo que hoy se denomina flying low. Nombre que no fue ocurrencia de su creador, sino de algunos amigos que lo observaban bailar y comentaban que parecía estar volando bajo.

Esta técnica se centra en la relación del bailarín con el piso. Se utiliza la respiración, la velocidad y la descarga de energía a través del cuerpo para poner en contacto el centro con las articulaciones y, de esta manera, lograr salidas y entradas del suelo más eficientes a partir de encontrar un centro estable. Posee ejercicios de autopercepción en donde se pone atención a la relación del bailarín con el espacio que lo rodea y con los demás participantes de la clase, generando una fuerte interconexión con el entorno. La idea que descansa detrás es la de que cuando el bailarín está parado, toda la sala está parada con él y, cuando se está moviendo, toda la sala se mueve también.

IMPROVISATION ON STAGE

A través de los innumerables talleres que ha dado alrededor del mundo, Zambrano comenzó a delinear y transmitir un modo de pensar la composición en danza, que llama improvisation on stage (improvisación en escena), que tiene mucho más que ver con la espontaneidad que con la acumulación de movimientos pensados de antemano. Para este bailarín, el arte de la danza consiste en la improvisación y la coreografía es solo un vehículo para desarrollar la próxima improvisación. En una entrevista explica que es como en la vida misma, uno no tiene respuestas exactas a preguntas específicas. Se posee una cantidad de conocimientos acumulados, que se van aprendiendo y fijando a través del tiempo, y que se guardan para luego usarlos cuando sea necesario. Las decisiones de cuándo y cómo usar esos saberes dependen del momento y las circunstancias en que uno se encuentre. Lo mismo ocurre en la danza: se acumulan herramientas y experiencias a través de las diferentes técnicas de movimiento (Zambrano piensa a las coreografías como pequeñas estructuras que quedan a mano para utilizar luego) y, en el momento de la interpretación, esas competencias se ponen en juego según la percepción que tenga el bailarín de lo que sucede en el instante escénico. Porque tanto en la vida como en la danza no hay modo de tener todo bajo control, “siempre va a aparecer algo inesperado, dentro o fuera del cuerpo.”

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