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Ejemplo de un Sistema educativo guatemalteco


Enviado por   •  5 de Agosto de 2017  •  Ensayo  •  7.211 Palabras (29 Páginas)  •  318 Visitas

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El Sistema Educativo Nacional de Guatemala es el conjunto ordenado e interrelacionado de elementos, procesos y sujetos a través de los cuales se desarrolla la acción educativa, de acuerdo con las características, necesidades e intereses de la realidad histórica, económica y cultural guatemalteca, según su definición en el artículo 3 de la Ley Nacional de Educación, Decreto No. 12-91 del Congreso de la República.1​ Las características con que cuenta este sistema es que debe ser participativo, regionalizado, descentralizado y desconcentrado, según el artículo 4 de la ley respectiva. El órgano estatal rector del sistema educativo es el Ministerio de Educación. Según el estado de Guatemala que podrán encontrar más información ahí. Índice  [ocultar]  1 Historia de la educación en Guatemala 1.1 Educación en la colonia 1.2 Gobierno liberal de Mariano Gálvez 1.3 Régimen de los 30 años 1.4 Perspectiva liberal de la educación conservadora 1.5 Reforma Liberal 1.6 Gobierno de Estrada Cabrera 1.6.1 Escuelas prácticas 1.6.2 Fiestas Minervalias 1.7 Gobiernos de José María Orellana y Lázaro Chacón 1.7.1 Teosofismo durante el gobierno de Lázaro Chacón 1.7.2 Cambios iniciados en su gobierno 1.8 Gobierno de Jorge Ubico 1.9 Gobiernos revolucionarios 1.10 Tras la Liberación Nacional 1.10.1 Resurgimiento de la educación eclesiástica 1.10.2 Descuido sistemático de la educación pública 1.11 Educación universitaria 1.12 Universidad popular 2 Estructura e integración 2.1 Ministerio de Educación 2.2 Comunidades educativas 2.3 Centros educativos 2.4 Subsistema de Educación Escolar 2.4.1 Educación pre-primaria 2.4.2 Educación primaria 2.4.2.1 Educación básica 2.4.2.2 Ciclo diversificado 2.5 Subsistema de Educación Extra-escolar o Paralela 3 Función fundamental 4 Otros estudios 5 Educación universitaria 6 Establecimientos educativos 7 Véase también 8 Notas y referencias 8.1 Referencias 8.2 Bibliografía 9 Bibliografía adicional Historia de la educación en Guatemala[editar] Educación en la colonia[editar] Véase también: Colegio y Seminario Tridentino de Nuestra Señora de la Asunción La educación durante la época colonial en Guatemala estuvo a cargo de la Iglesia Católica y favorecía casi exclusivamente a los hijos de los españoles y criollos. En 1597, el anciano obispo Gómez Fernández de Córdoba y Santillán autorizó la fundación del primer centro educativo en Guatemala: el Colegio y Seminario Tridentino de Guatemala. Para entonces otras instituciones similiares -llamadas seminarios tridentinos o seminarios conciliares- habían tenido muchas dificultades para establecerse: por ejemplo, el colegio tridentino de Quito había pasado a manos de la Compañía de Jesús y ya no formaba curas seculares menos de treinta años después de su fundación; el de Santa Fe, que fue fundado en 1586, pasó también a los jesuitas en 1605, y el de Lima, que seguía abierto a pesar de la oposición del cabildo y las órdenes religiosas. En Guatemala, la fundación del Seminario de Nuestra Señora de la Asunción fue rápido y relativamente fácil: pronto contó con rentas estables, alojó estudiantes internos en el edificio propio e impartió cátedras. Durante el período virreinal nunca fue forzado a cerrar ni a pasar a manos de los jesuitas. Esta situación favorable se debió a que el seminario guatemalteco surgió después de los otros ya mencionados, y sus fundadores utilizaron las experiencias de dichos seminarios, además de legislación que se había aprobado para favorecer a las instituciones de este tipo: para 1598, aparte de las directivas canónicas del Concilio de Trento existían también reales cédulas que especificaban claramente y restringían la jurisdicción de los virreyes y Audiencias reales y de los obispos en el manejo de los colegios. Además, también existían leyes que obligaban a los cabildos catedralicios y a las órdenes religiosas a sufragar los gastos de funcionamiento del seminario. De esta cuenta, el Colegio y Seminario de Nuestra Señora de la Asunción gozó de una gran autonomía desde su fundación.2​ El seminario de Nuestra Señora de la Asunción fue una obra del cabildo de la ciudad de Santiago de los Caballeros, de la Audiencia real y de un grupo de eclesiásticos y pobladores de la ciudad, que se vio favorecido por las intenciones del extinto obispo Francisco Marroquín de solicitar a la Corona que se instituyera un centro educativo en Guatemala.3​ Exterior del antiguo Colegio de la Compañía de Jesús en 2010. Arzobispo Cayetano Francos y Monroy. Llegó a Guatemala en 1779 e impulsó la educación de la Capitanía General de Guatemala. Es el fundador del Colegio San José de los Infantes.4​ El Colegio de la Compañía de Jesús fue creado a través de Real Cédula del 9 de agosto de 1561. Esta manzana jesuítica, donada en parte por el cronista Bernal Díaz del Castillo, comprendía tres claustros y un templo, y llegaron a vivir hasta doce jesuitas. Funcionó como Colegio de San Lucas de la Compañía de Jesús desde 1608 hasta la expulsión de la orden en 1767: «El Colegio adquirió gran fama y no tenía rival en cuanto a la enseñanza de primeras letras y gramática. A él acudía lo más florido de la sociedad de Santiago, tales como Francisco Antonio Fuentes y Guzmán, el cronista Francisco Vázquez, Pedro de Betancourt y Rafael Landívar.»5​ Cayetano Francos y Monroy llegó a Guatemala como arzobispo en 1779 con la misión de retomar el control del clero guatemalteco y destituir al arzobispo Pedro Cortés y Larraz quien se aferraba al puesto.6​ Francos y Monroy estaba muy involucrado con las corrientes liberales de los filósofos ingleses y de Juan Jacobo Rousseau que proporcionaron nuevos lineamientos en la pedagogía y la formación intelectual de las nuevas generaciones.4​ Francos y Monroy inició en la Nueva Guatemala de la Asunción una reforma educativa, pues a su llegada solamente estaba la escuela de Belén, la que era incapaz de atender a todos los escolares, pues la población ascendía a veinte mil habitantes.4​ Las escuelas no funcionaban porque los jesuitas habían sido expulsados en 1767 y el resto de entidades civiles y religiosas estaban trabajando arduamente en construir sus nuevos edificios tras el traslado desde la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1776.4​ Francos y Monroy fundó dos escuelas de primeras letras, la de San José de Calasanz y la de San Casiano, fundó un nuevo colegio que llamó «San José de los Infantes» y contribuyó económicamente para finalizar la construcción del Colegio Tridentino, y otros establecimientos.4​ La nueva orientación pedagógica de Francos y Monroy tenías tres objetivos: ciencias, costumbres y religión. De esta forma, se dio conocimiento a los niños adecuado a su edad y se les proporcionaron principios que poco a poco fueron desarrollando ciudadanos con mentalidad distinta a la acostumbrada y quienes en años posteriores serían protagonistas de los movimientos independentistas.4​ Gobierno liberal de Mariano Gálvez[editar] El Dr. Mariano Gálvez se preocupó por readecuar el sistema educativo de Guatemala y convertirlo en un sistema laico. En 1835 se principió a ensayar el famoso sistema lancasteriano, que por aquella época era tenido como el óptimo, y que es bien conocido por el auxilio que el maestro se hacía dar por sus discípulos aventajados, que recibían el nombre de "monitores". También se dieron las becas de Guadalupe costeadas por el Estado y que eran para niños procedentes de los departamentos, siendo condición expresa que cinco de las becas favorecieran a niños indígenas. También se ordenó la creación de una escuela de mineralogía, la creación del Museo Nacional, la de una escuela de niñas -en las que se enseñaba a leer, escribir, contar y los principios básicos de las labores de una mujer de la época- y la de la primera Escuela Normal de Profesores. Finalmente, se fundó la Academia Nacional de Ciencias, la cual vino a llenar que el vacío educativo que existía cuando fue cerrada la Real y Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo tras la expulsión de las órdenes del clero regular luego de la derrota del partido conservador.a​ [cita requerida] Régimen de los 30 años[editar] Artículos principales: Gobierno conservador de los 30 años y Ley de Pavón. Véanse también: Manuel Francisco Pavón Aycinena, Rafael Carrera y Clan Aycinena. Artículo 2 del Concordato de 1854 en que se otorgaba la educación a la Iglesia Católica.7​ En 1840, se formó nuevamente la Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo con las facultades que hasta entonces formaban la Academia de Ciencias laica que había fundado el Dr. Mariano Gálvez. El primer rector de la Universidad fue el Dr. y sacerdote Juan José de Aycinena y Piñol -quien ya había sido rector de la misma entre 1825 y 1829- quien además fungía como Ministro de Asuntos Eclesiásticos del gobierno. Aycinena también convenció a Carrera de permitir de nuevo el acceso de la Compañía de Jesús para encargarse de la educación en Guatemala. Manuel Francisco Pavón Aycinena, uno de los líderes del Clan Aycinena y consejero del presidente Rafael Carrera fue responsable del sistema educativo durante el régimen de los 30 años;8​ tanto así que los historiadores liberales que surgieron a partir de 1871 lo acusaron de ser el responsable del movimiento pedagógico retrógado que se vivió en Guatemala durante ese tiempo.8​ Las ideas de Pavón entregaron la enseñanza a la tutela de la Iglesia Católica por medio de la Ley de Pavón, que se promulgó el 16 de septiembre de 1852; de acuerdo a los liberales, este instrumetno legal significó un retroceso en la educación guatemalteca ya que otros pueblos seguían las ideas de la Ilustración que se inició a finales del siglo xviii.8​ La ley no indicaba de manera precisa el sistema gradual de la enseñanza primaria, pretendía que el poder era de origen divino y por ello los niños debían absoluto respeto a sus superiores, y no contenía los principios necesarios para aprender de ciencias naturales ni sociales.8​ Además no enseñaba Economía, Historia ni Geografía y no contemplaba una educación gratuita, obligatoria ni laica; era pues, un retorno a la educación contemplada en las antiguas leyes de España en cuestiones de Instrucción Pública.8​ La Ley de Pavón enfatizaba que el fundamento de una sólida enseñanza consistía en el aprendizaje de la doctrina de la religión y la moral inculcándole a la juventud desde sus primeros años, así como inculcar el respeto que deben observar para con sus mayores, a los funcionarios y a las autoridades. La ley fue revisada por el Consejo de Ministros y aprobada por el arzobispo metropolitano.9​ La ley establecía en cada parroquia por lo menos dos escuelas de primeras letras, una para niños y otra para niñas, tenían el nombre de la parroquia que las albergaba y eran inspeccionadas por una comisión compuesta del cura párroco, de una persona nombrada por el Ayuntamiento y un vecino del lugar electo por el cura párroco y por el miembro nombrado por el Ayuntamiento.9​ La comisión era la encargada de nombrar a los maestros quienes debían luego ser aprobados por el gobierno, previo consentimiento del corregidor, de la dirección de las escuelas y de la administración de fondos; también le correspondía a la comisión vigilar el buen funcionamiento de las escuelas.9​ La ley especificaba que los maestros debían ser ejemplo para los alumnos y recomendaba que los escogidos fueron de reconocida religiosidad, buenas costumbres, instrucción suficiente, carécter moderado y trato cortés;10​ y por otro lado, no especificaba el nivel de preparación pedagógica que debían tener los maestros.10​ Es más, la Ley de Pavón no contempló la formación de maestros en ningún tipo de escuela específica para su preparación lo que generó un estancamiento educativo que solamente los autodidactas lograron traspasar con éxito.10​ La ley contemplaba un sistema de celadores que controlaba la disciplina, la asistencia y las cuestiones de salud; en caso de inasistencia, los celadores averiguaban la razón de la misma e incluso visitaban la residencia de los niños para informase mejor al respecto. Estos celadores aseguraban la regularidad de los cursos y ayudaban a mantener la disciplina, la puntualidad y la salud de las escuelas, manteniendo a la vez un lazo de unión entre las familias y las escuelas.9​ En cuento a los fondos, estos provenían del corregidor departamental, de las municipalidades y de un impuesto mensual que recibía la comisión de cada parroquia de los vecinos pudientes;10​ estos fondos no eran fijos y dejaban a las escuelas en precarias condiciones económicas. Los efectos de la ley fueron beneficiosos para el gobierno conservador, pues alcanzó un efectivo adoctrinamiento que prácticamente cayó en un fanatismo católico que obstaculizó el desarrollo de nuevas ideas.10​ En 1854 se estableció el Concordato entre el presidente de la República de Guatemala - capitán general Rafael Carrera- y la Santa Sede, el cual fue suscrito en 1853 y ratificado por ambas partes en 1854. Por medio de éste, Guatemala otorgaba la educación del pueblo guatemalteco a las órdenes regulares de la Iglesia Católica definitivamente, se comprometía a respetar las propiedades y los monaterios eclesiásticos, autorizaba el diezmo obligatorio y permitía que los obispos censuraran lo que se publicaba en el país; a cambio de ello, Guatemala recibía gracias para los miembros del ejército, permitía que quienes hubiesen adquirido las propiedades que los liberales habían expropiado a la Iglesia en 1829 las conservaran, percibía impuestos por lo generado por las propiedades de la Iglesia, y tenía el derecho de juzgar con las leyes guatemaltecas a los eclesiásticos que perpetraran crímenes. El concordato mantenía la relación estrecha entre Iglesia y Estado y estuvo vigente hasta la caída del gobierno conservador del mariscal Vicente Cerna y Cerna.11​ En 1869, siendo aún estudiante de la Pontificia Universidad de San Carlos el hondureño Marco Aurelio Soto, siendo secretario de la Sociedad Económica de Amigos de Guatemala, promovió el ingreso al país de educación primaria y secundaria de caráter positivista.12​ Perspectiva liberal de la educación conservadora[editar] El escritor liberal Ramón A. Salazar describió la aplicación de la Ley de Pavón, ya que él fue un estudiante durante esos años; en la ciudad de Guatemala existían por entonces tres escuelas, bajo la advocación de «San Casiano» y la de «San José Calazáns» las dos primeras, que fueron fundadas por el arzobispo Cayetano de Francos y Monroy y la otra de Betlén por el Hermano Pedro de San José de Betancur.13​ Dichas escuelas eran costeadas con fondos municipales, y a los maestros que las regentaban tenían un sueldo de $16. Los maestros tenían ingresos extras exigiendo á los alumnos una candela de sebo los jueves, y un cuartillo de real los sábados.14​ La ley de Pavón prescribía como únicas materias de enseñanza primaria la lectura, la escritiura y las cuatro primeras reglas de la aritmética, aprendidas maquinalmente, sin ejemplos ni explicaciones. Por otra parte, había también ejercicios de doctrina de considerable dificultad.15​ El bolzón de cuero que colgaba de uno de los hombros de los estudiantes guardaba el material completo de enseñanza que era costeado por los padres de familia y consistía de: la cartilla de San Juan, que contenía la efigie del Evangelista, grabado sobre madera el catón cristiano la moral de José de Urcullú el catecismo del padre Ripalda plumas de avestruz una navaja para tajarlas cuadernillos de papel en blanco una barra de plomo con qué rayar el papel15​ Lo único que proporcionaba la escuela eran las pautas, tablas de madera á las cuales estaban encolados unos hilos, y las que puestas bajo el papel y con ayuda del plomo susodicho rayaban la hoja en que debía el escolar escribir su plana. Se comenzaba por los palotes, se seguía con los perfiles, se pasaba á primera y así sucesivamente hasta llegar a ser experto de letra española.15​ Al llegar á la puerta de la escuela acostumbraban los alumnos santiguarse.15​ Hecho esto se encaminaba el niño, en llegando al Salón, hacia la imagen del Santo patrono de la escuela, y allí, de rodillas, invocaba su auxilio para que le iluminase el entendimiento.16​ Y entonces comenzaban las tareas. Había hasta doscientos alumnos, para los cuales no había más que un sólo maestro; de allí que éste tuviese que valer- se de los niños mayores de la escuela, quienes en la nomenclatura de la época se denominaban monitores; esos muchachos eran más crueles aun que el mismo maestro.16​ Duraba la clase cuatro horas seguidas por la mañana y tres por la tarde, sin descanso; el estudio se hacía en voz alta, y de ese modo se daba la lección.16​ Dar la lección era repetir de memoria textualmente un trozo del libro al Monitor; había que saberla de corrido. Al medio día, los Monitores daban cuenta de sus tareas; a esa hora, a los alumnos desaplicados les daban de azotes con calzón bajo, dados á los niños, cargados sobre las espaldas de sus compañeros más fuertes; entonces era el momento de los palmetazos, que hacían brotar sangre de las manos y que causaban el desmayo de muchos.17​ Se exponía á los desaplicados en las puertas ó las ventanas que daban á la calle, coronados con unas largas orejas de burro; se les hincaba en medio de sus compa- ñeros, con los brazos en cruz y dos pesadas piedras en las manos y granos de maíz en las rodillas por horas enteras; se les obligaba á detenerse en un pie por largo tiempo y se empleaban otros medios parecidos; los pellizcos y los tirones de orejas y estrujones se propinaban con tanta frecuencia que casi ya no se contaban en el número de los castigos. A los alumnos más aventajados se les daba el honor de servir de acólitos en la Catedral Metropolitana.17​ Reforma Liberal[editar] General Justo Rufino Barrios, presidente de Guatemala de 1873 a 1885. Los gobiernos liberales, especialmente el de Justo Rufino Barrios, emprendieron un vasto programa de reformas que abarcaron, entre otros aspectos, a la Iglesia, la economía y la educación. Los siguientes fueron los postulados liberales del gobierno de Barrios:18​19​ Separación definitiva de la Iglesia y del Estado Supresión de diezmos y primicias obligatorios, a fin de restarle poder económico al clero secular, el cual dependía de los diezmos y no había sido expulsado del país. Extinción de las cofradías Instauración del matrimonio civil Secularización de cementerios Creación del registro civil Instauración de la enseñanza laica en todos los colegios de la república Instauración de la escuela primaria gratuita y obligatoria Reorganización de la universidad, para eliminar los cursos de teología.18​ Sobre la base de estos preceptos, se expropiaron numerosos bienes a las órdenes del clero regular de la Iglesia Católica, ya que ésta era uno de los principales terratenientes y encomenderos conservadores; de esta forma, se eliminaba el poder del clero regular con la expulsión de las órdenes monásticas, se restringía el poder del clero secular y los arzobispos con la eliminación del diezmo obligatorio y los bienes se traspasaban a los líderes liberales.20​ Los gobiernos liberales expropiaron los siguientes monasterios a las órdenes del clero regular, luego de derogar el Concordato de 1854 en el que el Estado guatemalteco se había comprometido a resguardar la propiedad privada de la Iglesia Católica:21​22​ Colegio y Seminario Tridentino de Nuestra Señora de la Asunción: convertido en el Instituto Nacional Central para Varones Colegio Mayor de los Paulinos: convertido en la Escuela Normal Central para Varones y posteriormente en la Escuela Facultativa de Medicina del Centro Convento de Belén: convertido en el Sección Normal del Colegio de Niñas Convento de la Recolección: convertido en la Escuela Politécnica Convento de Santa Teresa: convertido en cárcel de mujeres23​ Convento de San Francisco: convertido en cárcel para hombres y cuartel de policía23​ Convento de Santo Domingo: convertido en el Conservatorio Nacional de Música24​ y luego en la Dirección General de Rentas Internas25​ Escuela eclesiástica de primeras letras «San José de Calazans»: Colegio «El Progreso» y luego la Escuela Nacional de Música y Declamación.26​ En enero de 1875 se fundó el Instituto Nacional Central para Varonesb​ con las asignaturas de gramática y literatura, aritmética, trigonometría y topografía, dibujo lineal, teneduría de libros, física, mecánica, agricultura, historia natural, anatomía, fisiología e higiene, anatomía y fisiología comparadas, filosofía y pedagogía, latín, francés e inglés, derechos y deberes del ciudadano y calistenia; un programa positivista completo.27​28​ El movimiento del positivismo afectó a toda la población culta porque estaba dirigido tanto a la escuela primaria como a la secundaria, y la ley disponía que la primera fuese obligatoria, laica y gratuita. En la Escuela Politécnica se establecieron carreras de topógrafo, ingeniero de minas, ingeniero de montes, agrimensor, arquitecto, telegrafista y tenedor de libros.29​ El movimiento educativo positivista se completó con la publicación y traducción de importantes obras de texto y con la publicación de periódicos como La educación del pueblo y El Instituto Nacional.29​ Marco Aurelio Soto Ramón Rosa El despacho de Educación estuvo en manos de los intelectuales hondureños Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, quienes alternaban sus funciones entre éste y el despacho de Relaciones Exteriores.30​ El pensamiento de ambos intelectuales liberales, fuertemente anticlerical, quedó reflejado en las reformas liberales en educación y religión en Guatemala, y se resume en estas líneas escritas por Rosa en 1882: «En América, en donde la instrucción popular se difunde con la celeridad de la luz, y en donde no existen, como en Europa, muy arraigados y tradicionales intereses religiosos, que dan poder y privilegios a numerosas clases sociales; en nuestra América, en donde la libertad de conciencia es ya una conquista definitiva: todas, todas las religiones positivas tienen que desaparecer, en no remoto día, con sus artificiosos y contradictorios dogmas, con sus litúrgicos aparatos teatrales, con sus sangrientas historias, con sus egoístas y mal disfrazados intereses mundanos, con sus hipócritas santidades, con sus privilegiadas y ensoberbecidas castas, y con sus execrables tiranías [...]».31​32​ En 1876, ambos serían instalados por Barrios en Honduras como Presidente y Secretario General de Gobierno, respectivamente, y gobernaron hasta 1883 cuando el mismo Barrios atacó a Honduras.18​ En julio de 1875 Barrios extinguió la Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo y en su lugar creó la Universidad Nacional de Guatemala, con las Facultades de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales, y Medicina y Farmacia; la ley orgánica y reglamentaria de instrucción pública decretaba que, en esta última, el estudio de la fisiología debía efectuarse de una manera filosófica, con todas las teorías modernas sobre la ciencia y, en cuanto fuese posible, de modo experimental.29​ En 1877 el gobierno fundó la Universidad de Occidente, la cual contaba con la Escuela Facultativa de Derecho y Notario de Occidente.33​34​ En 1879 fundó la Biblioteca Nacional de Guatemala35​36​ y las facultades de Ingeniería, Filosofía y Literatura.c​ Uno de los mayores expositores de la filosofía positivista del régimen liberal fue el profesor español Valero Pujol, quien en 1885 publicó su Compendio de la historia de la filosofía, por encargo del gobierno y constituyó el primer resumen global de filosofía positivista.37​ Niños en la escuela de San Antonio Palopó en 1895. Los niños asistían a clases por tres horas diarias, ataviados igual que sus padres, a pesar de que no hablaban español ni el maestro ladino hablaba su lengua indígena. Fotografía de Alfred Percival Maudslay.38​ Durante el gobierno de del general José María Reyna Barrios Guatemala había alcanzado algunos progresos en el orden intelectual, sobre todo en ideas escritas. Un gran número de periódicos se publicaban en la capital y en numerosas poblaciones de la república, aún en algunas predominantemente indígenas y que apenas eran algo más que aldeas. En los comienzos de su gobierno, le dio un impulso poderoso a la enseñanza. Las escuelas normales fueron objeto de sus atenciones y su trabajo, aunque no tuvo tiempo de culminar esta obra. Al final de su primer año de gobierno, el presidente hizo una visita de pueblos (visitas que los presidentes de guatemaltecos realizaban con cierta frecuencia hasta 1944) y recogió muchos muchachos de las escuelas públicas de los pueblos y a los mejores les dio becas para la Escuela Normal de la Antigua. Esta escuela funcionó en los conventos de San Sebastián y luego en el de la Compañía de Jesús.39​ El 21 de marzo de 1893 el decreto legislativo 193 dispuso que las juntas directivas de las facultades de la Universidad Nacional serían nombramientos del ejecutivo lo mismo que los catedráticos de las escuelas facultativas. Las facultades no procederían a elegir sus juntas directivas, y no podían sacar cátedras a oposición.40​ Ese mismo año se creó el Instituto Agrícola de Indígenas que se estableció originalmente en la finca Aceituno en 1894 bajo la dirección de Adolfo Vendrell.41​ En esa escuela se impartía tecnología agrícola y también gramática castellana e instrucción en el Sistema Métrico; luego, en abril de 1896, la escuela fue trasladada a su nuevo edificio, construido en los campos de La Reforma en donde estuvo a cargo del director José María Fuentes.41​ Por esa época visitaron Guatemala el arqueólo Alfred Percival Maudslay y su esposa Anne Maudslay, quienes describen así la educación guatemalteca en su libro A glimpse at Guatemala (español: Un vistazo a Guatemala): «El maestro ladino nos relató que las clases consistían en que los niños indígenas [de San Antonio Palopó, departamento de Sololá] llegaran a clase y luego de pasar lista estuvieran con la cara cubierta por sus libros de trabajo durante tres horas; luego nos confesó que era el mejor método, ya que ni él sabía la lengua de los niños, ni ellos sabían nada de idioma español. A pesar de los esfuerzos hechos por el gobierno guatemalteco, esta era una situación común en el país; incluso supimos de un caso en el que el Jefe Político descubrió que el maestro de una localidad era analfabeto y amenazó con destituirlo en el acto, pero los padres de los niños le rogaron que no lo hiciera, porque así los niños estaban ocupados y tranquilos por las mañanas, mientras sus madres podían dedicarse tranquilamente a hacer las tortillas para las comidas.»42​ A principios de 1897, la revista cultural La Ilustración Guatemalteca empezó a publicar artículos sobre los estudiantes más aventajados de los colegios e institutos del país. En la edición del primero de enero de ese año, hicieron un reconocmiento a tres estudiantes del Instituto Agrícola: Victoriano Abac, Evaristo Manuel T. y Pedro Bertrán, de quienes publicaron escritos autobiográficos en castellano y su fotografía. La introducción que se hizo a dichos escritos, es representativa de lo que se pensaba de los indígenas en Guatemala en ese tiempo: Los indios que se redimen Estudiantes aventajados del Instituto Agrícola de Indígenas. Ellos son: Victoriano Abac, Evaristo Manuel T. y Pedro Bertrán.43​ En nuestra galería de los alumnos más aprovechados durante el año de 1896 en los establecimientos de enseñanza, ocupan simpático lugar tres indios, como representantes de la raza desventurada durante tres siglos de colonia y setenticinco años de república, hasta que el actual gobernanete guatemalteco fundó un Instituto especial para redimirla con las luces del siglo. Tres años lleva apenas de existencia aquel colegio, y ya los 205 inditos que allí se educan, entre otras ventajas obtienen la inapreciable de habler y escribir el idioma nacional. Como muestra de que en tan poco tiempo logran adelantos, y para que el lector patriota goce con la ingenua expresión de nuestros aborígenes que se regeneran con la enseñanza, publicamos las autobiografías de los que figuran en nuestro grabado. No les hemos hecho la más leve corrección; van como han salido de aquellos cerebros donde un claro de luz comienza a borrar atavismos y a dar energías que, en no lejano tiempo, harán de ellos fuerzas útiles a la patria. —La Ilustración Guatemalteca, 1 de enero de 1897.43​ Sacerdote Ignacio Prado. Vicario general de la Arquidiócesis de Guatemala; reinició las actividades del colegio San José de los Infantes y fundó un nuevo seminario en 1897, luego de que se le permitió regresar a Guatemala junto con el arzobispo Ricardo Casanova y Estrada.44​ Leyendo las biografías de los estudiantes indígenas se obtiene una descripción de la situación de los aborígenes guatemaltecos a finales del siglo xix: en perfecto castellano escriben de donde son originarios y las condiciones en que se encontraba su familia. Victoriano Abac, originario de Momostenango cuenta que fue imposible para su padre ponerlo a la par de los adelantos del siglo porque su triste profesión de tejer y preparar la lana para la fabricación de varias telas no se lo permitía; a los siete años Abac fue a la escuela elemental de niños en el pueblo, pero al cabo de dos años su madre lo sacó del plantel para que ayudara a su padre en trabajos de jornalero que éste tenía que hacer en la costa sur para poder subsistir.43​ En cuanto a Evaristo Manuel T., éste era originaro de la aldea Pichec en el municipio de Rabinal, Baja Verapaz; desde temprana edad ayudó en las tareas del hogar, principalmente pastoreando el ganado y haciendo encomiendas para sus padres. Esta actividad la realizó hasta cumplir los once años de edad, cuando las autoridades de Pichec le exigieron a sus padres que lo llevaran a la escuela de la aldea; allí estuvo hasta que sufrió un accidente y se fracturó un brazo, lo que lo forzó a abandonar la escuela y a regresar con sus padres y ayudarlos en las tareas agrícolas;45​ al año siguiente logró continuar sus estudios en Cobán, a cambio de servir al Inspector de Instrucción Pública como sirviente en su despacho, pero nuevamente tuvo que dejar de estudiar para ayudar a sus padres hasta que, finalmente, obtuvo una beca para estudiar en el Instituto Agrícola en 1894. Por último, escribe Pedro Bertrán, originario de la aldea El Chol, en Baja Verapaz, quien cuenta que logró estudiar porque ya existía la ley del general Justo Rufino Barrios que obligaba a los padres de familia a enviar a sus hijos a las casas de instrucción; a los ocho años de edad empezó a estudiar en la escuela de El Chol; interesado en progresar, quiso solicitar una beca para estudiar en la Ciudad de Guatemala, pero no tenía el material necesario para solicitarlo ya que sus padres no podían proporcionárselo por la pobreza en que se encontraban. Afortundamente para él, el gobierno de Reina Barrios le otorgó una beca para el Instituto Agrícola.46​ En marzo de 1897, el gobierno del general Reina Barrios otorgó una amnistía que permitió a algunos miembros del clero secular -incluyendo al arzobispo Ricardo Casanova- regresar a Guatemala; entre quienes retornaron estuvo el sacerdote Ignacio Prado, quien fue nombrado como vicario general de la Arquidiócesis de Guatemala quien fundó el Colegio San José de los Infantes -llamado también colegio de letras sagradas y profanas- adjunto a la Catedral.44​ En 1897, debido a la crisis económica derivada del embellecimiento de la infraestructura y el fracaso de la Exposición Centroamericana, Reina Barrios se vio forzado a ahorrar en educación, cerrando las escuelas y la Universidad Nacional.47​ La inestabilidad política de Guatemala luego de las revoluciones de Oriente y Occidente tras la extensión forzada del mandato presidencial del general Reina Barrios, la aguda crisis económica derivada del fracaso de la Exposición Centroamericana y de la caída de los precios del café, y el cierre de la Universidad, no fomentaban un ambiente propicio para la educación.48​ Pero tras la muerte de Reina Barrios el 8 de febrero de 1898, el gobierno decretó la apertura de los establecimientos públicos de enseñanza, aduciendo que la instrucción era la base de las instituciones liberales.48​ Gobierno de Estrada Cabrera[editar] Artículo principal: Gobierno de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) Ejercicios de artillería de los alumnos del Hospicio durante las Fiestas Minervalias de 1907. Toda la educación para varones estaba militarizada por el gobienro de Estrada Cabrera.49​ El gobierno de Manuel Estrada Cabrera decretó la apertura de las escuelas públicas, cerradas provisionalmente por Reyna Barrios en tanto que se procedía a reorganizarlas, y convirtió a las Escuelas Normales de Reyna Barrios en Escuelas de Oficios.50​ Mediante el decreto emitido 16 de junio de 1900, Estrada Cabrera militarizó todos los centros educativos. Los estudiantes universitarios recibían instrucción militar durante los primeros seis meses del primer año de su carrera.51​ La educación primaria continuaba dividida en elemental y complementaria; con anterioridad a 1901 solamente existían algunas secciones de Kindergarten anexas a las escuelas primarias, las cuales carecían de orientación moderna que iba tomando la educación parvularia en otras partes del mundo. En 1902 se creó el «Kindergarten Nacional», cuyo objetivo era establecer en la Ciudad de Guatemala una escuela para niños de 4 a 7 años de edad en donde se conglomeren las pequeñas secciones en kindergarten que en existían en los establecimientos nacionales de enseñanza.52​ La cantidad de estudiantes que tenían acceso a las principales entidades educativas era minúscula; por ejemplo, en la memoria de la Secretaría de Instrucción Pública de 1907, el ministro Angel M. Bocanegra reporta que en el Instituto Nacional Central para Varones había ciento ochenta y un estudiantes inscritos en secundaria y setenta y dos en primaria, y que se graduaron diecisiete educandos el año anterior. Por su parte, en el Instituto Nacional Central de Señoritas había setenta y nueva estudiantes de secundaria y trescientas ciencuenta y cinco de primera, con únicamente diez egresadas de maestras y dos de bachilleres en Ciencias y Letras.53​ Finalmente, la Escuela Normal Central para Varones tenía dieciséis estudiantes normalistas y ciento veinte estudiantes en las escuelas de aplicación y graduó tan sólo a tres maestros.54​ En la educación departamental, el Instituto de Señoritas de Orienta graduó a cinco maestras y el Instituto de Varones de Oriente graduó a un maestro y a ocho bachilleres.53​ Por último se menciona la educación superior, la cual estaba en ese entonces adscrita al ministerio bajo su cargo. Bocanegra, en su reporte, informa que la [[Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Escuela de Derecho y Notariado tenía sesenta y cinco estudiantes, y que graduó a trece; por su parte, la Escuela de Medicina y Farmacia tenía noventa y siete estudiante de medicina y cuarenta y cuatro de farmcia, otorgándo título profesionales a trece médicos y nueve farmacéuticos; el Instituto Dental tenía solamente cuatro estudiantes, y no graduó a ninguno en 1906; la Escuela de Comadronas tenía ocho estudiantes y graduó a dos y, finalmente, la Escuela de Ingeniería tenía catorce estudiantes y graduó a dos en ese año.54​ Escuelas prácticas[editar] Clase práctica de cocina en la Escuela Práctica para Señoritas «Estrada Cabrera» en 1907.55​ El gobierno de Estrada Cabrera creó las escuelas prácticas para señoritas y para varones. En la Escuela Práctica para Señoritas «Estrada Cabrera», se enseñaba a las educandas cocina, costura y otras labores domésticas; por su parte, a los varones se les enseñaba carpintería, tipografía, encuadernación, esgrima, equitación, manejo de lanzas, tiro al blanco, natación, calistenia e incluso béisbol.56​ Fiestas Minervalias[editar] Artículo principal: Fiestas Minervalias Véase también: Rafael Spínola La diosa Atenea muestra a Estrada Cabrera el producto de su labor educativa y le agradece por las Fiestas Minervalias. El 28 de octubre de 1899 se decretó que se destinara el último domingo de octubre de cada año para la celebración de una solemne fiesta popular en toda la república, consagrada a ensalzar la educación de la juventud. Estas fiestas, conocidas como «Fiestas Minervalias» fueron magníficas y se constituyeron en magnas asambleas para glorificar al presidente; como evidencia quedan los lujosos ejemplares de los Álbumes de Minerva.57​ La idea de estas fiestas fue del secretario de Fomento del gobernante, Rafael Spínola.58​ Las «Fiestas Minervalias» se conducían en honor a la «Juventud Estudiosa» del país, y eran la principal asamblea propagandística del presidente. Como parte de estas celebraciones, se erigieron templos a la diosa griega Minerva en todas las cabeceras departamentales del país que corrieron por cuenta de los vecinos de cada localidad. Los templos más impresionantes fueron el de Quetzaltenango -tierra natal del presidente- y el de la Capital de Guatemala, el cual fue construido en 1901 y se encontraba donde actualmente se encuentra el Diamante de Béisbol «Enrique Torrebiarte» y a la par del Mapa en Relieve en la zona 2 de la Ciudad de Guatemala.d​ Templo de Minerva Templo de Minerva de la ciudad de Guatemala en 1905, durante las Fiestas de Minerva de ese año. Vista parcial del Hipódromo del Norte: Avenida Simeón Cañas, Parque de Béisbol y Templo de Minerva en 1905. Medallón conmemorativo al presidente Estrada Cabrera, por el decimoquinto aniversario de las Fiestas de Minerva. Parque de béisbol «Enrique Torrebiarte» (entonces Diamente Minerva) antes de la construcción de la tribuna principal. Templo de Minerva de la ciudad de Quetzaltenango, Guatemala en 2014. Obsérvese el deterioro y que la inscripción del presidente Estrada Cabrera ha sido removida. El Templo de Minerva de la Ciudad de Guatemala fue construido en 1901 en el Hipódromo del Norte de la Ciudad de Guatemala para celebrar las «Fiestas Minervalias». Fue demolido en 1953, durante el Gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán. El resto de templos de las cabeceras departamentales todavía se encuentran en pié, siendo el principal el de la ciudad de Quetzaltenango. Las fiestas minervalias contaban con contribuciones de los mejores poetas y escritores nacionales y extranjeros. En 1902 Jose Santos Chocano escribió un poema llamado «Pro-Minerva» y Ruben Darío otro llamado «Pallas Athenea», ambos dedicados a Estrada Cabrera. Por su parte, el escritor guatemalteco Enrique Gómez Carrillo escribió un artículo celebrando como, mientras otros países celebran fiestas en honor a Marte, en Guatemala se hacían en honor a Minerva y la educación.59​ Además de las fastuosas fiestas Minervalias, las artes fueron promovidas en el régimen de Estrada Cabrera : por ejemplo, en marzo de 1907, el diario oficial El Guatemalteco publicó una nota en la que se autorizaba la contratación de una compañía de ópera Italiana para trabajar en el teatro Colón,60​ aunque, por otra parte, a raíz del atentado de los cadetes en 1908, Estrada Cabrera mandó a llamar a todos los profesores y los reprendió severamente indicándoles que no iba a tolerar que estuvieran «educando a conspiradores». Los maestros tuvieron que asistir obligatoriamente a esta reprimenda, puesto que fueron enviados por el ministro de Instrucción del presidente.61​ Fue tal la fama que adquirieron estas fiestas que vinieron visitantes de otros países para aprender de los progresos de Guatemala en materia de educación. Pero se encontraban con que las fiestas eran únicamente propaganda del Gobierno y que en realidad las escuelas eran de escasa calidad y servían únicamente como «semilleros de aduladores». Al final del gobierno de Estrada Cabrera, el analfabetismo alcanzaba el 93 % de la población, debido principalmente a que los campesinos no podían estudiar ya que estaban obligados a trabajar en las fincas de los terratenientes por el «Reglamento de Jornaleros» instituido por Justo Rufino Barrios.62​20​ Gobiernos de José María Orellana y Lázaro Chacón[editar] El proyecto educativo que inició el gobierno de José María Orellana y que tuvo como base fundamental la «desanalfabetización», es decir, la eliminación del analfabetismo, continuó durante el gobierno de Chacón González.63​ El gobierno, al igual que el de Orellana, realizó varios concursos para elegir a los más aventajados estudiantes que culminaban su carrera como maestros y otorgarles una beca que les permitiera continuar sus estudios en otros países convirtiéndose en profesionales de la pedagogía para que, de vuelta a Guatemala, pudieran encargarse de formar a los nuevos maestros.e​63​ Teosofismo durante el gobierno de Lázaro Chacón[editar] Artículo principal: Alberto Masferrer Una serie de pensadores extranjeros estrechamente vinculados a las redes teosóficas latinoamericanas, tuvieron especial influencia en el proyecto educativo guatemalteco. Tal es el caso del mexicano José Vasconcelos, la chilena Gabriela Mistral, el salvadoreño Alberto Masferrer, entre otros. f​ Alberto Masferrer -pensador salvadoreño que desarrolló un proyecto muy elaborado cuyo objetivo era la transformación de la sociedad- actuó como mediador de la red teosófica en Guatemala, a través de su trabajo intelectual y de sus estrechos lazos familiares que resultaron fundamentales en el gobierno de Chacón, cuando el proyecto tuvo más impulso y un intento serio por ser llevado a la práctica.g​64​ La vinculación de Masferrer con Guatemala, producto del matrimonio de su hermana Teresa y el periodista guatemalteco José A. Miranda, se estrechó cuando se creó la Sociedad Vitalista de Guatemala, al tiempo que fundaba en su país el Partido Vitalista de El Salvador. La sociedad vitalista de Guatemala reunía a un amplio grupo de personas simpatizantes de la doctrina del mínimum vital; su trabajo no era solamente la difusión teórica de sus ideas sino la lucha por su aplicación. Entre sus principales proyectos de labor social incluían el establecimiento de una biblioteca pública, la recaudación de dinero para crear un programa de desayunos escolares, la petición que hicieron ante la Asamblea Nacional Legislativa para regular la renta de las bebidas alcohólicas.64​ Una de las primeras acciones en favor del proyecto educativo fue la reimpresión de dos libros-ensayo en los que Masferrer se adentra en los problemas educativos y sus propuestas de solución: «Leer y escribir» y «La cultura por medio del libro», de los cuales se hicieron cinco mil ejemplares y se distribuyeron de manera gratuita a través de la Universidad Popular. En 1929, Masferrer visitó Guatemala y terminó su visita en Quetzaltenango en donde se imprimió de otro libro suyo: Dinero maldito que en cierta forma completa el programa educativo que inicia en los anteriores y planea la educación desde la perspectiva moral; todo este recibimiento y apoyo oficial se debía a que, en buena medida, el proyecto social y educativo que estaba intentando llevar a cabo el gobierno guatemalteco estaba basado en la doctrina del mínimum vital.64​ Desde su perspectiva, toda transformación social pasa primero por el eje educativo porque la condición primaria para transformar las estructuras sociales es conformar una nación o lo que él llama «pueblo». Ningún grupo social puede conformarse como nación si es ignorante y analfabeta, por lo tanto la alfabetización reside en la base de su proyecto. Para Masferrer, es deber del Estado proveer educación, sin embargo, si los gobiernos invierten dinero y esfuerzos en educación y el pueblo sigue siendo ignorante, si tanto esfuerzo es poco productivo, es porque no hay una intervención social. Educación para los niños comprende, según Masferrer, el acceso a la escuela primaria garantizándoles las instalaciones, los materiales, los maestros y en ciertas áreas incluso el desayuno del que muchos de ellos carecen en sus hogares. Y para los adultos la desanalfabetización y a partir de ella el aumento de su nivel cultural por medio de lecturas apropiadas, conferencias, escuelas para adultos (Universidad Popular), etcétera. Como complemento, la educación cívico-moral dirigida a los niños en sus asignaturas escolares y para los adultos en conferencias, cartillas cívicas y, en buena medida, en la educación para la lucha contra el alcoholismo.64​ En «Dinero maldito» Masferrer concluyó que el dinero que se obtiene de la venta del alcohol está maldito porque está manchado con la sangre de las personas que son presa del vicio del alcoholismo. Los vitalistas pidieron la reducción en el horario de venta de alcohol y en los incentivos publicitarios en los lugares de expendio, pláticas e información escrita sobre los peligros del alcoholismo, clínicas especializadas para tratar el problema y contrarrestar la falta de expendios de alcohol como medios de diversión. Un proyecto educativo no podía prosperar a menos que se atacara el vicio del alcohol.64​ Para fortalecer y apoyar este proyecto fueron invitados otros personajes a dar conferencias sobre el tema educativo, relevante entre ellos nos parece el presidente de la Sociedad teosófica de la época, Curupumulage Jinarajadasa.h​ Los planteamientos de Jinarajadasa hacían una crítica al sistema tradicional, memorista, de herencia medieval, y proponía un nuevo sistema basado en el respeto a los intereses y vocación de los estudiantes. Jinarajadasa dictó sus conferencias, principalmente en logias masónicas, pero también fue invitado por miembros de la Asociación El Derecho a dictar una conferencia en la Universidad Nacional.

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