Ffffffffffff hola pene holllaaaa

Cabeza pequeña, pero no vacía

Cabe mencionar inicialemente sobretodas las cosas que yo no tengo relación alguna con los miembros de la familia a la cual le ocurrieron los hechos y rarezas que en un momento voy a contar…

Una mañana de 1871 el sol como acostumbraba a salir siempre, cálido y brillante no mostró rastro alguno de algo inusual en su llegada, y con esto quiero decir que aquellos hechos que le ocurrieron a la familia Lacomb no estuvieron relacionados con ningun factor de la madre naturaleza, ya que todo salió y se escondió como se acostumbraba. Jean Pier Lacomb era un joven muy particular, nació originalmente  con el nombre de Arthur Joan Felix Pier Lacomb, que luego el mismo optó por acortar debido a las constantes burlas que recibía de parte de sus compañeros.

Pasados los cantos de los gallos Jean Pier se despertó, poniéndose sus botas de obrero, y su boina para evitar que el sol le quemara su frente y su frágil cara, seguidamente continuó a ordeñar las vacas como siempre acostumbrara. En el momento que estaba ordeñando a Eneida notó que su trabajo fue interrumpido por constantes patadas y sonidos de molestia de parte del animal, en toda su vida nunca había tenido problemas para ordeñar a sus animales. Continuando su labor se dirigió hacia Odisea para ordeñarla tambien y notó el mismo desacato departe del animal.

Luego de acabar de ordeñar a las demás vacas se extraño, debido que presentaron un comportamiento fuera de lo habitual, mas no le sorprendio tanto ya que él mismo se justificaba que hace pocos dias a las vacas las habían marcado con el propósito de distinguirlas y que eso les estaría provocando dolor y molestias. Se dirigió a su casa a preguntar por que su padre no lo había acompañado a ordeñar a los animales, y notó al entrar que las hermanas no estaban, como lo hacian siempre, desayunando el omelet que su madre, la cual tampoco se encontraba, les preparaba.

Subió hacia su dormitorio y se asusto debido a que escuchó unos sonidos provenientes de los dormitorios de sus familiares, en seguida fue a ver que pasaba y abrió la puerta de la habitación de sus hermanas y las vió en la cama acostadas emitiendo sonidos similares a los de una vaca, pero siempre notándose sus penudas y agudas voces humanas. –Papá!!, mamá!!- gritando y dirigiéndose al cuarto de sus padres abrió la puerta y alcanzó a ver el mismo comportamiento de sus hermanas.

Jean Pier se tomo un vaso de leche para tranquilizarse y luego se encerró en su cuarto, buscando escrupulosamente explicación alguna para lo que estaba viviendo, se mostraba tembloroso y pálido, cuando iba a poner el vaso en la mesa de noche se le resbaló debido a el temblor de sus manos. Se agachó a recoger los vidrios y alcanzo a ver una hoja arrugada debajo de la cama, no dudo en ver que decia, sin embargo en su cabeza no dejaba de pensar que era un papel obsoleto. De inmediato vio que había una clase de escritos un poco borrosos, pero finalmente los leyó:

“Desearía hablar con las chicas (refieriendosé a las vacas) ellas si me escuchan,

en algún momentos ellas podrán vestirse con nuestras prendas, y podran comportarse como nosotros. Mis padres son tacaños, testarudos y cerrados, ellos no deberían tener el privilegio de hablar, así como Elle y Berta,(Hermanas) no hacen mas que molestar y llorar hasta tener la atención de mis padres, los cuales me culpan por todo lo que les sucede a mis hermanas’’.

En ese instante notó que esta era una carta muy vieja que él escribió a sus 8 o 9 años debido a sus constantes regaños y molestias que sus padres y hermanas le producian.

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