MADRE TERESA DE CALCUTA

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Madre Teresa de Calcuta: Un Referente del Siglo XXI

Velia Avila Avilés

Universidad de Guayaquil, Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación

NO-05

Ing. Angela Loor Bruno

1 de enero de 2021

A continuación, vamos a recordar uno de los personajes más destacados y trascendentes del siglo XX, tanto para la historia contemporánea como para la de la Iglesia. Fue y sigue siendo indiscutiblemente una figura que atrae e influye en el mundo moderno; se trata de la Madre Teresa de Calcuta; sin embargo, su vida se vio envuelta de críticas y controversias las cuales el Vaticano nunca se pronunció

¿Pero acaso los integrantes de la generación del siglo XXI tienen interés de conocer a la Madre Teresa?  Definitivamente sí, a pesar del acelerado, caótico e intolerante mundo en el cual vivimos cientos de personas y quizás miles se aferran a la fe y vida cristiana que esta admirable mujer profesaba y llevaba como estandarte por todos los lugares que frecuentó haciendo eco de las palabras que Jesús (1960, pág. 1058) mencionó: “Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

Agnes Gonxha Bojaxhiu, nació el 26 de agosto de 1910 en Uskup, la actual Skopje –

Macedonia. hija de Nikollë Bojaxhiu y Dranafile Bernai, un matrimonio acomodado. Briceño (2005, pág. 7) recoge en su libro una de las frases expuestas por Madre Teresa:” Por sangre y origen soy albanesa. Por mi vocación pertenezco al mundo entero pero mi corazón pertenece por completo a Jesús”.

Quedó huérfana cuando apenas tenía ocho años. Su madre al verse viuda se aferró a la fe católica, por lo que se presume que de ahí nace su fervor hacia Cristo. Cursó los estudios primarios en la escuela estatal. Durante esos años, participó activamente en la comunidad religiosa. Fue solista del coro de su parroquia y perteneció a la congregación Sodalicio de Nuestra Señora, al parecer es en este lugar donde nace su interés  por las  historias de los misioneros jesuitas de Yugoslavia, sintiendo un arduo deseo de trabajar al igual que ellos en la India. Agnes descubrió su vocación desde temprana edad, y para 1928 ya había decidido que estaba destinada a la vida religiosa

Luego de haber cumplido 18 años, acude a la Abadía de Loreto, perteneciente a la congregación católica Instituto de la Bienaventurada Virgen María, en Irlanda. A partir de ese momento, nunca más volvió a ver a su madre ni a su hermana. Después de un año de haber sido admitida fue trasladada hacia Calcuta como misionera, donde permanecería el resto de su vida. Es el 24 de mayo de 1931 día en que Agnes Gonxha Bojaxhiu, realiza sus votos de pobreza, castidad y obediencia, adoptando el nombre de Teresa. Ese mismo día fue trasladada al St. Mary’s High School de Calcuta, donde dio clases de Geografía e Historia, alrededor de 20 años, convirtiéndose luego en la directora de dicho plantel.

El día 11 de septiembre de 1946, mientras se dirigía al convento de Loreto en tren, rumbo a su retiro anual, la monja de estatura pequeña, pero con una fe inquebrantable, señaló haber escuchado el llamado de Dios, en el cual le pedía que dedique su vida a los menos privilegiados, en forma de orden. De acuerdo con lo escrito por la autora Spink en su libro, la Madre Teresa habría descrito este llamado en su diario de la siguiente manera:

“Nuestro Señor quiere que sea una monja libre cubierta con la pobreza de la cruz. Hoy aprendí una buena lección. La pobreza de esta gente debe ser algo muy difícil para ellos. Mientras buscaba por un hogar caminé y caminé hasta que mis brazos y piernas me dolieron. Pensé entonces qué tanto debía dolerles a ellos en su cuerpo y alma, buscando por un hogar, por comida y por tener salud. Entonces la comodidad de Loreto [su antigua orden] me sedujo. 'Solo tienes que decir una palabra y todo será tuyo de nuevo', me insistía el tentador ... Por mi propia elección, mi Dios, y porque te amo, deseo permanecer y hacer lo que sea que tu Santa voluntad me pida. No dejé que una sola lágrima rodara” [por su rostro] (Spink, 1997, pág. 37)

 Desde aquel instante y de una manera inexplicable, la sed de amor y por las almas se apoderó de su corazón; convirtiéndose este hecho en la fuerza motriz de toda su vida.

En 1948 fundó una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad. El 17 de agosto de 1948, vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul.

Cada día lo iniciaba celebrando la Eucaristía, salía de casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús en “los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se ocupaba”. Poco a poco se fueron uniendo a su equipo de trabajo antiguas alumnas.

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