Nadia Comaneci, la perfección del diez.

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Maira Alejandra Rueda Fuentes

Gimnasia

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Nadia Comaneci, la perfección del diez.

Para nadie interesado en el estudio de la cultura física, recreación  y el deporte en especialidad de la Gimnasia se le ha pasado por alto la gran película “NADIA”, donde se puede observar la vida de la ex gimnasta Rumana Nadia Elena Comaneci; ¿nació siendo una campeona o se convirtió en ello?, desde muy temprana edad se le notó a esta gran deportista sus habilidades especiales en la gimnasia y su continua lucha con sus padres en especial con su papá Gheorghe que creía que lo mejor para ella era el estudio y no la vida deportiva, desde el inicio de su etapa como gimnasta mantuvo su ideal de ser una campeona de alcanzar la cima y jamás rendirse pero quien más para colaborar en la realización de sus sueños Béla Károlyi un ejemplo de entrenador al realizar su trabajo con entrega, compromiso total, pasión, disciplina, este siempre estaba pendiente de sus deportistas de que se sintieran bien, que el apoyo de la federación deportiva Rumana cumpliera sus deberes y les respetaran sus derechos, que las niñas se creyeran que iban hacer unas grandes atletas en especial unas campeonas; él se vuelve un gran amigo de Nadia, su confidente, su principal apoyo moral y el que siempre supo y creyó en las habilidades de Nadia en el deporte.

A pesar de que tuvo ciertos inconvenientes en su carrera uno de ellos la adaptación a la comida Nadia nunca dejó de entrenar, cada vez lo hacía con mayor sacrificio y su tiempo lo invertía en repeticiones de los ejercicios que más se le dificultaban. ¿Los pasos de una campeona? Todo el tiempo que su entrenador y ella le invertían al entrenamiento duro y sin límites se iba a ver reflejado en una competencia internacional llevada a cabo en Paris que a pesar de no haber sido inscrita Béla hace hasta lo imposible porque participe y se muestre al público, quedando claro que no era simplemente un capricho ni que querían jugar un momento, por lo contrario demostrándole a todos el crecimiento de una excelente atleta y de una gran campeona a futuro que no tenía problema de mostrar sus talentos siendo solo una niña.

Llegó el momento más ansiado por ella, su familia y sus entrenadores, los juegos olímpicos de Montreal 1976 donde a su corta edad (14 años) explota todo su potencial y se convierte en la gimnasta perfecta obteniendo un 10 como calificación en las barras asimétricas y cumpliendo su sueño dorado que siempre lo quiso siendo tan solo una niña y se cumplía en el abrir y cerrar de sus ojos.

Luego de este momento Nadia obtiene varios inconvenientes “En 1977 Comaneci fue separada de sus entrenadores de toda la vida Béla Károlyi y Márta Károlyi. Este hecho sumado al divorcio de sus padres significó una baja en su nivel. En el mundial de 1978 logró una medalla de oro y una de plata, pero cayó en las barras asimétricas. Luego de que se le permitió volver con los entrenadores que la volvieron campeona olímpica, volvió a brillar en los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú, donde obtuvo dos medallas de oro y dos de plata. Se retiró en 1981 y en 1984 tuvo una ceremonia en Bucarest para oficializar su salida de la alta competencia” ^[1].

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