Sabino Guisu

Originario del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, Sabino Guisu es un artista fascinado por la naturaleza. Procedente de una familia dedicada a la alfarería, Sabino adquirió este gusto por el arte desde muy temprana edad. En sus obras se manifiestan inquietudes que le han brotado desde que era niño.

La combinación de las técnicas que utiliza resultan muy interesantes, pues no se basan en un tipo de arte. Las alas de las palabras toman raíces en la mente de Sabino

Cuéntame de tu experiencia.

Yo soy de Oaxaca, pero del Istmo, que es una de muchas regiones, que está pasando la costa, casi en la frontera con Chiapas. Es el Istmo de Tehuantepec, de una ciudad que se llama Heroica Ciudad de Juchitán. De hecho, hace poco tuvo la tragedia de los terremotos. Ahí nací. Mis bisabuelos y abuelos tenían una tradición alfarera; quizás mi primer acercamiento con el arte fue a través de mi papá y el mundo en el que se rodeaba como artista.

La combinación de las técnicas que utilizas me parece muy interesante, porque no es un sólo tipo de arte. Sino que siempre estás creando conceptos, ¿cómo surge la inspiración antes de algo nuevo?, ¿a dónde vas para encontrar ideas nuevas?

Desde niño he tenido fascinación por las cosas naturales, como el fuego, por insectos, la miel. Cuando eres niño tienes muchas inquietudes; yo venía de una tradición de gente que se dedicaba a la alfarería, y de alguna manera, esto es una fuente, no sólo de inspiración, sino quizás heredé un poco ese talento de poder crear cosas con las manos. Quizás de la alfarería utilitaria. Después, tuve la oportunidad de estar cerca de mi padre y su trabajo con los libros.

Lo que hago con mi trabajo es una combinación de mi infancia, las inquietudes que tenía, y de todo lo que me documento para nutrir mis ideas. Trabajé en una biblioteca, que es la biblioteca del maestro Toledo, que se llama Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca. Yo estudié música y después Artes Gráficas, y a la par complementaba mi formación escolar y documentación artística con los libros de la biblioteca, que es una de las bibliotecas más importantes especializadas en arte: arquitectura, diseño gráfico, filosofía, literatura, etc.

Yo tenía una idea del arte y mis inquietudes, pero llegar a este recinto fue una especie de laboratorio. Yo entré como una rata de laboratorio y fue una experimentación. Empecé a tener más conocimiento, y las ideas que tenía eran apenas germinados de ideas, con las que, quizás, si me hubiera aventado al ruedo para intentar ser artista, no lo hubiera logrado y no hubiera tenido esa fuerza que afortunadamente tiene mi trabajo para seguir de pie. Quizás hubiera caído si no tuviera todos esos elementos que me dio esta biblioteca como artista. Me dio las bases para fraguar mis ideas y cimentarlas, tener buenos fundamentos, justificaciones y contextos para poder conceptualizar mi obra y poder vivir de esto.

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