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Titulo: Testamento de Alejandro Gallo Almeida y como la Universidad Central llegó a ser dueña de haciendas.


Enviado por   •  17 de Abril de 2017  •  Ensayo  •  628 Palabras (3 Páginas)  •  555 Visitas

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Avalúos y Catastros. Abril 5, 2017

Titulo: Testamento de Alejandro Gallo Almeida y como la Universidad Central llegó a ser dueña de haciendas.

Introducción

El terrateniente Alejandro Gallo Almeida asignó en su testamento del 11 de febrero de 1929 sus bienes, entre los que destaca un complejo de propiedades en Cotopaxi compuesto por las haciendas Salamálag Grande, Yanaurco, Chalua, Salamalag Chico o Guangaje y La Provincia, para la fundación de una “Escuela de Agricultura” en Quito. El 14 de mayo de 1930 murió Alejando Gallo y dos meses más tarde se fundó la Junta “Gallo Almeida” para la administración de sus bienes. El 20 de diciembre de 1935 un decreto presidencial de Federico Páez disolvió la Junta y declaró que sus bienes eran del Estado y que la Universidad Central tenía la misión de administrarlos con todos los derechos.

Desarrollo

En su testamento Alejandro Gallo Almeida ordenaba que esta “Escuela Agrícola” esté bajo la dirección y administración de una Junta compuesta por cuatro autoridades, entre ellos el Rector de la Universidad Central. Las haciendas en Saquisilí estuvieron desde 1784 en posesión de Gregorio Mateu y Villamayor, el Marqués de Miraflores, y siguieron por herencia hasta finales del siglo XIX en manos de la familia Ascásubi-Matheu. En 1886 Rosalino Gallo compró la hacienda Salamalag y, en 1894, Yanaurco y Atápulo, convirtiéndose prácticamente en el dueño de las tierras altas de Saquisilí. La Universidad Central administró sus haciendas a través de arrendatarios que firmaban un contrato de arriendo con el Rector, previa aprobación en el Consejo Universitario, órgano superior de la Universidad Central.

Además del arriendo, la Universidad Central solía pedir a los arrendatarios ciertas mejoras que se describían detalladamente en las cláusulas del contrato. En el año 1952, los ingresos de la Escuela de Agronomía sumaron 530.870 sucres. La contribución de las haciendas en la parte alta de Cotopaxi fue de 201.000 sucres, mientras la de otras haciendas fue de 220.500 sucres. A eso se suma la venta de árboles de las haciendas (51.000 sucres) y una cuota (de cuatro en total) de la comunidad indígena de Maca Grande, de 17.000 sucres para la compra de terreno. Al parecer, en un primer momento, la Universidad Central arrendó las haciendas sin mayores problemas, pero diez años después de adquirirlas se produjo una gran discusión interna sobre cómo administrarlas y arrendarlas.

En noviembre de 1946, el ingeniero Galo Granda elaboró un informe para el arrendamiento de la hacienda, donde propone dividirla en varias secciones. El 4 de febrero de 1947 el Consejo Universitario sigue las recomendaciones de dicho informe y decide dividirla en tres partes: Salamalag Grande, Santa Inés y Atápulo; Chalua y Yanahurco; y La Provincia y Guangaje. En septiembre de 1969, el fin de la aventura gamonal de la Universidad Central: “se comprendió que la Universidad no tenía la función de administrar haciendas. Desde entonces hubo una intensa discusión interna sobre cómo enajenar las haciendas. La decisión final sobre el destino de las haciendas se tomó a raíz del Informe de la Comisión de Haciendas del 10 de marzo de 1970: “En consideración al informe presentado por la Comisión de Haciendas, el H. Consejo Universitario resuelve entregar a los campesinos las haciendas de propiedad de la Universidad Central, con excepción de Rumipamba y La Tola.

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