Tycho Brahe

TYCHO BRAHE

Hasta los primeros años del siglo XVII no había otra forma de miras las estrellas que a simple vista, aun así la cantidad de información que se puede obtener es inmensa y la prueba es Tycho Brahe.

Tycho Brahe era un vasallo del rey de Dinamarca, quien le tenía mucho afecto y le regalo incluso un lugar conocido como Uraniburg, en honor a la diosa de la astronomía Urania, el cual se situaba un poco más allá de Copenhague.

Tycho era un hombre de estatura robusta, barriga prodigiosa y una nariz postiza de plata, su nariz la perdió en un duelo de honor por defender un asunto matemático, esta le hizo acreedor al título “el científico con nariz de plata”.

Nació en una familia numerosa, sin embargo se crio solo, cuando era pequeño su tio materno, un noble acaudalado y sin descendencia, pensó que la familia Brahe tenía suficiente con sus otros 10 hijos y decidió llevarse a Tycho, el segundo de la familia.

Se inició en leyes en la Universidad de Copenhague pero su acercamiento a la astronomía sucedió el 21 de agosto de 1560, al observar un eclipse total de Sol que ya lo predecían con mucho tiempo de antelación unas tablas astronómicas.

Dudo sobre contarle a su tío sobre su nueva afición, así que por el día estudiaba leyes y por las noches observaba el cielo nocturno, justo el día que se decidió por contarle a su tío recibió la noticia de su fallecimiento.

Tycho no tenía otra forma de basar sus observaciones más que con las tablas de Tolomeo. Una noche sucedió un acontecimiento que no lo predecían las tablas de Tolomeo, esto hizo que se diera a la tarea de hacer las propias, lo logro de una manera perfecta e impecable. A lo largo de sus 55 años, identifico 777 estrellas, entre ellas una supernova en las proximidades de Casiopea.

Un poco antes de morir, conoció a Kepler, un hombre miope pero de cualidades excepcionales, y lo contrato como su ayudante, en su lecho de muerte le entrego sus tablas astronómicas y le hizo jurar que completaría el mapa celeste.

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