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Enviado por Christopher Kleriga • 28 de Septiembre de 2015 • Biografía • 1.596 Palabras (7 Páginas) • 313 Visitas
Cinco
Mil
Quinientos
Cuarenta y siete
Días
Prólogo
Una autobiografía. Bien, desearía creer que esto es fácil de escribir, pero no tengo inspiración, ni siquiera se si puedo escribir lo que soy, escribir lo que he vivido. No se si he vivido.
Mañana tengo que entregar 25 cuartillas de mi. ¿Realmente importa si puedo escribir lo que soy?
Empecé ideando un titulo, no sabia cual, ya que no soy para nada creativo. Elegí este titulo porque es la cantidad de días que llevo disfrutando la vida.
Mi mamá era católica, mientras que mi padre no creía en nada que no fuera de este mundo. Ella, como toda su familia iban a misa cada domingo. Un domingo, los abuelos de el, lo llevaron a misa, a la misma iglesia a la que ella iba. Era obvio que el destino los había puesto juntos, en esa capilla. Se vieron, y no fue un amor de primera vista porque ella decidió hacerse la difícil, como toda mujer. Paso una semana, y el, indudablemente regreso a la iglesia sin que sus abuelos le obligaran a ir, regreso solo para verla. Decidieron salir y tener
su primera cita, definitivamente se habían enamorado. Lo hicieron oficial, se volvieron novios, para después casarse. Y tuvieron la decisión mas importante de su vida, tener un hijo, para eso tuvieron que hacer muchos cambios y tomar mas decisiones, como mi nombre. La casa y lo demás que cualquier pareja normal planearía para tener un hijo.
Nací el 24 de marzo del 2000. Ese día, mi mamá empezó con las contracciones temprano. Ellos se dirigieron al hospital, donde atendieron a mi mamá. El parto fue normal. A las 2:27 pm nací. Obviamente no recuerdo nada de esto así que me baso en lo que mis padres me contaron.
No recuerdo muy bien mi infancia, pero recuerdo perfectamente a mi mascota, se llamaba Terri y estaba durmiendo, el perro se acerco, y todos mis familiares se asustaron, mi mamá grito Terri ven
para acá, pero Terri me salto y en ese momento todos se alarmaron. Afortunadamente el dio un
salto muy grande que prácticamente me salto, al ver esto, todos se empezaron a reír.
Al año, me fueron a bautizar, yo estaba emocionado porque me habían hablando mucho del bautizo. Pero al llegar escuche una niña llorar, eso me hizo entrar en pánico y asustarme, arruino todos los consejos que me dieron. Cuando fue mi turno, ya estaba muy nervioso y empecé a llorar.
Cuando tenia 4 años, fui al parque empecé a empujar a una amiga en el columpio, pero de repente quite mis manos y el columpio se me vino encima.
¿Tengo que seguir escribiendo sobre mi? No suena interesante, tal vez debería describir como me siento ahora, porque “No puedes saber quien eres si no sabes como te sientes” Y ahora, son las 2:00 de la madrugada y me encuentro hablando y pidiéndole consejos a
Sophia para terminar de escribir esta autobiografía. Tal vez no sea la mejor corrigiendo mis errores ortográficos, pero si es la mejor, bueno no, por lo menos esta despierta aguantándome.
Mi primer día en la escuela fue triste, no quería separarme de mi mamá, sabia que ella regresaría, pero el miedo y los nervios que sentía porque estaría solo, en donde nadie conozco, me hicieron llorar, entonces, apareció mi tía, y no sabia que hacia ahí, después me enteraría de que ella trabajaba ahí, era maestra, así que me hizo sentirme seguro y deje de llorar. Me gustaba mi escuela, me sentía cómodo, no me tarde en hacer amigos, a todos, excepto a la maestra.
Ella era mala, y si no nos comíamos nuestro lunch completo, nos regañaba.
Recuerdo que mi tía no se llevaba bien con esa
maestra, así que siempre me defendía.
Siempre me gustaba estar vestido de cualquier personaje, mi favorito, cualquiera de los power rangers. En navidad me disfrazaba de Santa Claus
Me regalaron mi primer piano a los 5 años, sin saber tocarlo aprendí mis primeras melodías tratando de imitar canciones de videojuegos. Me intereso la música y también mas instrumentos, como la guitarra y un poco el acordeón. Quería ser músico de grande, porque
aparte de que me gustaba, pensaba que era un empleo fácil, solo tocar instrumentos y ya.
Después, la flauta fue clave para aprender las notas básicas, siento que si no hubiera aprendido a tocar la flauta, no podría tocar ningún instrumento, fue la base de todo lo que sé sobre la música.
Mis papás trabajaban, así que me dejaban en la casa de mi abuelitos. Mi abuelita era ama de casa, pero se la pasaba casi todo su tiempo jugando conmigo, pateando la pelota o viendo como preparaba la comida.
Ponía su música, bailábamos. Mi abuelito me contaba las historias de cómo era que iba de casería con su papá y lo que encontraba. A veces repetía sus historias pero eso no le quitaba lo emocionante que era escuchar sus recuerdos.
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