Alejandro Garcia
Enviado por ale1234569 • 6 de Noviembre de 2014 • 357 Palabras (2 Páginas) • 208 Visitas
Ale nació en un pueblo que no conoce en Rio Negro, su espiritu fue invocado por medio de la magia de tribus patagonicas ya olvidadas.
Vivió en Santa Cruz de pequeño en dónde fue iniciado en la cafeomancia, se traslado a La Plata en 3er grado. Inéditamente lo eligieron mejor compañero, evidentemente había niños peores que el susodicho.
Era un piromaníaco entuasiasta, un futbolista apasionado, le gustaba andar por los techos de las casas y lo relacionado con la computación. Conoció el amor y el amor le dijo ¨ voy a comprar puchos y vengo ¨.
El destino le dio una guitarra y un camino errático a andar. Por piedad de los profesores un día fue Técnico en Electrónica. Otro día desafino un piano en Bellas Artes. Un día despertó y uso sus artes místicas para sanar enfermos en algún hospital, mientras tomaba whisky, a la noche solía deambular catacumbas buscando amores perdidos.
Paso por Informática y perdió varios cds de Megadeth que todavía busca. Armo varias bandas con el mismo éxito, o sea, ninguno. Gano el premio revelación como ¨ borracho de vanguardia ¨.
Se esclavizo al metal en un programa de radio y quiso trepar la noche en otro. Le gustaba tanto los bares que se puso un disfraz y oficio de sonidista.
Perdió la cabeza por una chica divina que le enseño que todo lo que creía estaba errado, no pudo escucharla a tiempo.
Murió en la Facultad de Periodismo invocando a Chtulu pero renació de la mano de la secta de invocadores de Dagon quienes restituyeron el espiritu a su cuerpo.
Entreverado en la noche y de la mano de un circocambulante entre algunas de sus actividades puede recordárselo como: che pibe, asistente, cortaticket, pegador de carteles, mozo, escenógrafo, astrólogo, mago y malabarista.
Su ultima hazaña fue despedazarse en mil partes viajando en el tiempo, busco a la chica que lo encanto, la falta de previsión, un celular sin batería, la lluvia y una mirada le dijeron que habia restado doscientos mil puntos en ese intento.
Los viajes en el tiempo siempre salen mal.
Mañana quizás la suerte lo acompañe, mientras tanto como solía hacer durante siglos se refugia en canciones.
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