Amado Nervo
Enviado por jasierrae • 26 de Mayo de 2013 • 727 Palabras (3 Páginas) • 278 Visitas
Amado Nervo era el seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz, poetay prosista mexicano, perteneciente almovimiento modernista. Nació el 27 de agosto de 1870 en la ciudad de Tepic, en ese entonces en Jalisco, hoy Nayarit,México y murió en Montevideo, Uruguay el24 de mayo de 1919. Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, no pudo ser miembro de número por residir en el extranjero.1
Poeta, autor también de novelas yensayos, al que se encasilla habitualmente como modernista por su estilo y su época, clasificación frecuentemente matizada por incompatible con el misticismo y tristeza del poeta, sobre todo en sus últimas obras, acudiéndose entonces a combinaciones más complejas de palabras terminadas en "-ismo", que intenta reflejar sentimiento religioso y melancolía, progresivo abandono de artificios técnicos, incluso de la rima, y elegancia en ritmos y cadencias como atributos del estilo de Nervo.
El sonoro nombre de Amado Nervo, frecuentemente tomado por seudónimo, era en realidad el que le habían dado al nacer, tras la decisión de su padre de simplificar su verdadero apellido, Ruiz de Nervo. Él mismo bromeó alguna vez sobre la influencia en su éxito de un nombre tan adecuado a un poeta.
La Amada Inmóvil
(fragmentos)
OFERTORIO
Deus dedit, Deus abstulit
Dios mío, yo te ofrezco mi dolor.
¡Es todo lo que puedo ofrecerte!
Tú me diste un amor, un solo amor,
¡un gran amor!
Me lo robó la muerte
...y no me queda más que mi dolor.
Acéptalo, Señor:
¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!...
“MÁS QUE YO MISMO”
¡Oh, vida mía, vida mía,
agonicé con tu agonía
y con tu muerte me morí.
De tal manera te quería,
que estar sin ti es estar sin mí!
Faro de mi devoción,
perenne cual mi aflicción,
es tu memoria bendita.
¡Dulce y santa lamparita
dentro de mi corazón!
Luz que alumbra mi pesar,
desde que tú te partiste
y hasta el fin lo ha de alumbrar
que si me dejaste triste,
triste me habrás de encontrar.
PoesíaY al abatir mi cabeza,
ya para siempre jamás,
el mal que a minarme empieza,
pienso que por mi tristeza
tú me reconocerás.
Merced al noble fulgor,
del recuerdo, mi dolor
será espejo en que has de verte,
y así vencerá a la muerte.
la claridad del amor.
No habrá ni noche ni abismo
que enflaquezca mi heroísmo
de buscarte sin cesar.
Si eras “más yo que yo mismo”,
¿cómo no te he de encontrar?
¡Oh, vida mía, vida mía!
Agonicé con tu agonía
y con tu muerte me morí.
De tal manera te quería,
que estar sin ti es estar sin mí.
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