Antesedentes De La Criminalidad

(La Criminalidad Femenina y su Vinculacion con las Adicciones a Drogas en el Norte de Mexico: el caso del Estado de Baja California)

Avance de investigación en curso Dr. Pablo Jesus Gonzalez Reyes

pglez@hotmail.com

Antecedentes Teoricos de la Criminalidad Femenina.

El involucramiento de las mujeres en las actividades delictivas fue un tema casi inexistente en las disciplinas de las ciencias sociales, por lo menos hasta el ultimo tercio del siglo XX. Los criminólogos, en su afán por aportar elementos explicativos de la criminalidad, se circunscribieron a la participación de la población varonil en el delito, dado que los registros oficiales del comportamiento criminal indicaban una mayoría abrumadora de varones en la incidencia delictiva. A partir de la década de 1970, empezó a surgir principalmente en los países anglosajones una significativa producción bibliográfica sobre la criminalidad femenina y un creciente interés por desentrañar las complejas relaciones entre genero y delito (Sanchez, 2004; Heimer and Kruttschbitt, 2006; Baral, Leighton and Flavin, 2010).

En el caso de America Latina, la existencia de estudios sistematizados sobre la evolución de la delincuencia femenina es aun mas limitada. La escasez de literatura sobre la criminalidad de las mujeres evidencia también el carácter marginal en que se situa a la mujer como participe de la delincuencia, lo que constrasta con el predominio de la etencion hacia la criminalidad masculina, como si la problemática en cuestión fuera solamente un asunto de varones, en el cual las mujeres se vuelven invisibles (Romeo, 2003; Sanchez,2004; Antony,2007)

La criminología tradicional que por muchos años ha ejercido una importante influencia en el ámbito del derecho penal y penitenciario, pone mayor énfasis en el individuo y su tratamiento, en comparación con el peso asignado al contexto social en que ocurren los ilícitos, Llevado al extremo el paradigma relacionado con este enfoque del delito, se pensaba que el crimen en las mujeres y los varones tenia un sustento de tipo biológico; pero al disociar la diferencia entre la naturaleza y cultura en el abordaje del delito en las mujeres, se terminaba cometiendo una aberración de genero (Palma, 2011).

Es por ello que muchas de las conductas que realizaba la mujer quedaban exentas de la reacción jurídico penal. Por ejemplo, el maltrato de menores se consideraba parte del derecho a la corrección de los hijos, el robo con arrepentimiento de la mujer y la devolución del objeto robado dejaban impune su ilícito. A su vez, otras conductas delictivas se convertirán en componentes de la cifra negra en virtud de practicas de “Caballerosidad” corrupción, o por ideologías que refuerzan la imagen de la mujer como victima y no como potencial victimizadora (Lima, 2004)

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