Antipodes
Enviado por fabialunisaste • 27 de Febrero de 2013 • 682 Palabras (3 Páginas) • 245 Visitas
La relación sujeto-sujeto constituye el mundo del “tú”, la relación sujeto-objeto constituye el mundo del “ello”. La relación Yo-Tú no se encuentra , como la relación Yo-Ello, en el contexto del espacio y del tiempo. Para Buber, cuando entramos en la relación Yo-Tú, el otro deja de ser una cosa entre las cosas, deja de ser objeto de nuestra percepción o de nuestra experiencia. La relación Yo-Tú es siempre recíproca: el Yo afecta al Tú y el Tú afecta al Yo. Pero este verdadero encuentro, condición de posibilidad del diálogo, se da pocas veces y en forma esporádica. Nos sentimos más cómodos en el mundo del Ello pues es un mundo que ofrece seguridad, satisfacción y que no exige compromisos. En el mundo del Ello somos observadores, experimentadores, y nos valemos de las cosas y de los otros como si fueran instrumentos para nuestras realizaciones. En cambio, los momentos en los que se realiza el Tú nos llevan a peligrosos extremos. Por eso, los juzgamos inquietantes e inútiles. Pero ¿se puede vivir sólo en la forma de relación Yo-Ello? A esta pregunta responde Buber: “el hombre no puede vivir sin el Ello. Pero quien sólo vive con el Ello, no es un hombre”. La filosofía de Martín Buber trata con inusual hondura el problema de nuestra relación con nuestros semejantes, problema ético fundamental y de especial importancia en nuestros tiempos.
Síntesis del libro
Martín Buber comienza este libro analizando las preguntas formuladas por Kant: ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer?, ¿qué me cabe esperar?, ¿qué es el hombre? Dice Kant: “A la primera pregunta responde la metafísica, a la segunda la moral, a la tercera la religión y a la cuarta la antropología [...] En el fondo, todas estas disciplinas se podrían refundir en la antropología, porque las tres primeras cuestiones revierten en la última”. Buber adhiere a esta apreciación: la antropología filosófica es la disciplina filosófica fundamental.
La antropología filosófica se pregunta por el hombre en toda su compleja integridad. Se interesa por las diferencias entre los distintos pueblos pero sólo para buscar “lo uno en lo vario”. Compara al hombre con los demás seres vivos, con las demás cosas, pero para captar al hombre entero: “este hombre que, cualquiera sea el pueblo, el tipo o la edad a que pertenezca, sabe lo que, fuera de él, nadie más en la tierra sabe: que transita por el estrecho sendero que lleva del nacimiento a la muerte; prueba lo que nadie que no sea él puede probar: la lucha con el destino, la rebelión y la reconciliación y, en ocasiones, cuando se junta por elección con otro ser humano, llega hasta a experimentar en su propia sangre lo que pasa por los adentros del otro” (p. 19).
Buber hace breves exposiciones de las posturas filosóficas más destacadas sobre el tema del hombre. Se interesa especialmente por las posiciones de San Agustín,
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