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Análisis Señor Presidente


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2014  •  397 Palabras (2 Páginas)  •  314 Visitas

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“Se acostaban separados, sin desvestirse, y dormían como ladrones, con la cabeza en el costal de sus riquezas: desperdicios de carne, zapatos rotos, cabos de candela, puños de arroz cocido envueltos en periódicos viejos, naranjas y guineos pasados”.

(Primera parte, En el Portal del Señor, página 7, El Señor Presidente)

“En las gradas del Portal se les veía, envueltos a la pared, contar el dinero, morder las monedas de níquel para saber si eran falsas, hablar a solas, pasar revista a las provisiones de boca y de fuera, que de guerra andaban en la calle armados de piedras y escapularios, y engullirse a escondidas cachos de pan seco”.

(Primera parte, En el Portal del Señor, página 7, El Señor Presidente)

“Los domingos caía en medio de aquella sociedad extraña un borracho que, dormido, reclamaba a su madre como un niño. Al oír el idiota la palabra madre, que en boca del borracho era imprecación a la vez que lamento, se incorporaba, volvía a mirar a todos lados de punta a punta del Portal, en frente, y tras despertarse bien y despertar a los compañeros con sus gritos, lloraba de miedo juntando su llanto al del borracho”.

(Primera parte, En el Portal del Señor, página 8, El Señor Presidente)

“El idiota cayó medio muerto; llevaba noches y noches de no pegar los ojos, días y días de no asentar los pies. Los mendigos callaban y se rascaban las pulgas sin poder dormir, atentos a los pasos de los gendarmes que iban y venían por la plaza poco alumbrada y a los golpecitos de las armas de los centinelas, fantasmas envueltos en ponchos a rayas, que en las ventanas de los cuarteles vecinos velaban en pie de guerra, como todas las noches, al cuidado del Presidente de la República, cuyo domicilio se ignoraba porque habitaba en las afueras de la ciudad muchas casas tal vez, como dormía porque se contaba que al lado de un teléfono con un látigo en la mano, y a qué hora, porque sus amigos aseguraban que no dormía nunca.”

(Primera parte, En el Portal del Señor, página 10, El Señor Presidente)

“Por el Portal del Señor avanzó un bulto. Los pordioseros se encogieron como gusanos. Al rechino de las botas militas respondía el graznido de un pájaro siniestro en la noche oscura, navegable, sin fondo…”.

(Primera parte, En el Portal del Señor, página 10 & 11, El Señor Presidente)

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