BIOGRAFIA DE AVICENA
Enviado por stephaniermrz • 17 de Julio de 2014 • 1.572 Palabras (7 Páginas) • 512 Visitas
Avicena (nombre latinizado de Ibn-Sina, Abú Alí). Filósofo, médico y enciclopedista tadzhiko, de la Edad Media. Vivió en Bujará y en Irán. Aún conservando fidelidad al Islam, contribuyó en gran medida a difundir entre los árabes -y, a travésde ellos, en los países de Europa-, la herencia filosófica y científica del mundo helénico, ante todo la doctrina de Aristóteles. Avicena hizo mucho para consolidar el pensamiento racional y propagar los conocimientos de las ciencias naturales y de lamatemática. En su doctrina filosófica, conserva las tendencias materialistas e idealistas de Aristóteles, retrocediendo, en algunas cuestiones, del aristotelismohacia el neoplatonismo. Avicena desarrolló por sí mismo la lógica, la física y la metafísica de Aristóteles. Reconocía el carácter eterno de la materia, a la que veía como causa de la diversidad de las cosas singulares, se manifestó contra las supersticiones astrológicas y de otro tipo. Su obra principal, "Dònish-Nameh" ("Libro del saber"), contiene una exposición sucinta de sus concepciones lógicas y físicas.[1]
AI-Shaq al-Rais, “el primero de los sabios”: así se llamaba en Oriente a Abu Ah al-Hosain Ibn Sina, conocido en Occidente con el nombre de Avicena. Figura entre los personajes más extraordinarios de la historia de la civilización, caracterizándose por ser un:
Filósofo de sabiduría enciclopédica
Científico
Investigador
Teórico eminente de la medicina
Conocedor de la práctica clínica
Poeta
Músico
Gran visir (primer ministro)
Prisionero cargado de cadenas
Viajero infatigable que recorrió vastas regiones de Asia central y de Persia
Autor de una obra monumental que abarca casi todas las esferas del conocimiento de su época.
Este gran pensador fue también un hombre cuya rectitud y nobleza de carácter han dado origen a muchas leyendas que se han conservado hasta hoy.
Nace en el año 370 de la Hégira, hace ahora exactamente mil años según el calendario cristiano.
Hijo de Abdallah, funcionario de Balja (en la parte septentrional del Afganistán actual), y de Sitora, hija de un campesino humilde de la pequeña población de Afshana, cerca de Bujara, Avicena fue un ser excepcional desde su infancia.
A los diez años había terminado ya los estudios escolares y podía recitar de memoria todo el Corán. A los dieciséis sus conocimientos de medicina eran tan completos que se le encomendó cuidar de la salud del propio emir de Bujara, cuya curación abrió al joven facultativo las puertas de la célebre biblioteca del emir, conocida con el nombre de “Santuario de la sabiduría”. “Hacia los dieciocho o diecinueve años --contaría más tarde Avicena a su discípulo y biógrafo Yuzyani— estaba ya tan familiarizado con toda la ciencia filosófica, la lógica, la física, las matemáticas, la geometría, la aritmética, la astronomía, la música, la medicina y muchas otras disciplinas que no encontraba a nadie que pudiera igualarme.” Y no se trata de una exageración de su parte, su memoria y la amplitud y la profundidad de sus conocimientos eran en realidad asombrosas.
Cuando se quemó la biblioteca de Bujara, la gente se consolaba diciendo “El Santuario de la Sabiduría no ha perecido: se ha trasladado al cerebro de Al-Shaij al-Rais”.
Si se considera la relativa brevedad de la vida de Avicena (57 años) puede decirse que se trata de un caso de creación titánica.
El sabio escribía o dictaba sus obras en cualquier lugar o circunstancia de día y de noche, en prisión y durante sus viajes, incluso a caballo. Según los cálculos del erudito iraní Said Nafissi, Avicena escribió (o se le atribuyen) 456 libros en árabe y 23 en persa.
Situación política en su nacimiento
Vino al mundo el gran sabio y filósofo en una región del Asia central que entonces formaba parte integrante del Imperio abasida. Este inmenso Estado, fundado en la fe islámica y que se extendía desde los confines del actual Afganistán en el este hasta España en el oeste, comenzaba entonces a desintegrarse políticamente. Varios soberanos, celosos de la independencia de sus respectivos reinos, lograron reducir la influencia en ellos del califa de Bagdad a una simple autoridad simbólica. Pero este desmembramiento, en vez de generar la decadencia cultural, iba a enriquecer la civilización islámica con los aportes culturales y científicos de cada uno de esos nuevos Estados, cuyos soberanos se disputaban la presencia en su territorio de sabios y pensadores.
Tan brillante civilización se propagó pronto por Occidente, siendo uno de los fermentos del Renacimiento europeo. Avicena es una las más eminentes figuras de esa epopeya cultural. Su influencia alcanzó a todo elIslam y, penetrando en Europa a través de la España musulmana o al-Andalus, se mantuvo viva durante varios siglos. Por eso puede considerarse al gran pensador y sabio islámico, situado en una encrucijada de civilizaciones y de épocas diferentes, como un genio de toda la humanidad.
Aportes científicos
En los catálogos de las
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