Bernardo O’Higgins como estudiante

Bernardo O’Higgins como estudiante

Bernardo O’Higgins nació un día 20 de agosto de 1778 en el actual Chillán viejo. Fue hijo natural de Don Ambrosio O’Higgins, irlandés católico al servicio de la corona española, y de Doña Isabel Riquelme Mesa, hija de una familia de la aristocracia colonial.

Debido al interés por cuidar su carrera profesional, Ambrosio O’Higgins profirió no casarse con Isabel, de esta forma el pequeño Bernardo iniciará su vida con una condición de hijo ilegitimo; lo que unido a la separación de su madre, marcaran en él un cierto rasgo de soledad.

La tuición de su infancia fue encargada a Juan Albano Pereira, amigo de Ambrosio, para lo cual debió trasladarse a la ciudad de Talca, permaneciendo allí hasta cumplir los diez años de edad. Ya a esa altura de su vida, vuelve a Chillán siendo acogido por su madre, donde estudiara en una escuela administrada por los padres franciscanos.

Por aquel entonces, su madre había contraído matrimonio con Félix Rodríguez, de cuya unión nació Rosa Rodríguez, quien, años más tarde, por cariño a su hermano, se haría llamar Rosa O’Higgins.

Ambrosio O’Higgins buscó la mejor educación para su hijo, y es por ello que decidió que continuara su enseñanza en Lima, capital de virreinato del Perú, en el colegio de San Carlos, plantel de reconocida importancia. En los años siguientes, cambió nuevamente su residencia, esta vez su destino fue el continente Europeo. En Inglaterra permaneció desde 1795 hasta 1799 perfeccionándose en humanidades, matemáticas, dibujo, música y algunos idiomas como inglés y francés.

En Inglaterra también conoció a Carlota Eals, hija de un poderoso, quien marcaria para siempre su corazón con el sello del amor, esta mujer falleció prematuramente en 1803, pero ya no tenía una relación con Bernardo.

Sin embargo, lo más valioso de su estadía en tierras Británicas, fue la influencia política recibida de Francisco de Miranda, artífice y partidario de la Independencia de América. Al mismo tiempo, conoció una Europa convulsionada por los procesos políticos impulsados por la revolución francesa, que pretendía acabar con las instrucciones del antiguo régimen y dar origen a una nueva sociedad de hombres libres.

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