Biografia Antonio de Arevalo
Enviado por Luis Castellar • 28 de Septiembre de 2018 • Biografía • 2.619 Palabras (11 Páginas) • 725 Visitas
I N D I C E
- INTRODUCCIÓN
- ANTONIO DE AREVALO RELACION CON CARTAGENA
- CONCLUSIONES
- BIBLIOGRAFÍAS
- ANEXOS
INTRODUCCION
Los últimos cuarenta años del siglo XVIII fueron decisivos para las fortificaciones de Cartagena, cuya construcción quedó terminada casi al final de la época española. Sus trabajos de ingeniería, aun causan asombro. Este es el valor de su obra, desde su arribo a la ciudad de Cartagena, un experimentado ingeniero militar que dejo un rastro de fortificaciones defensivas, reparaciones, planos y mapas a lo largo del litoral del Mar Caribe, desde de Maracaibo hasta el golfo del Darién.
Por las confrontaciones entre España e Inglaterra durante el siglo XVIII, toda esa zona recibió el asedio de los piratas y extranjeros, y con el vasto conocimiento adquirido como director de fortificaciones de Andalucía, quien mejor para reparar los daños causados, como lo hizo décadas antes en 1697 el ingeniero Juan de Herrera y Sotomayor con el ataque del Pirata Pointis.
Destruidos los castillos de la bahía por las bombas de los navíos de Vernon, el eterno problema de la defensa y fortificación del hermoso puerto de Cartagena se agravó una vez más, como lo descubrieron Drake y Piontis con sus ataque, la Ciudad es inaccesible por su frente marítimo, entrando entonces por Bocachica, con las defensas retrasaron muchos días el ataque al retirarse ordena dinamitar Castillo Grande y San Luis de Bocachica, Mientras los estudios para reparaciones de las fortificaciones se realizaron y analizaron para reestablecer las defensas definitivamente tras el ataque de Vernon en 1741 y por la estela de daños dejada, en 1743 se conoció un Nuevo Proyecto General de Defensa obra de Juan Bautista Mc-Evans, el cual se perdió en un naufragio.
Por órdenes, del Rey Carlos III, el encargado entonces para realizar el nuevo proyecto de fortificación de defensa fue obra de Antonio de Arévalo, en donde estableció:
- Que Bocachica era el punto fundamental de defensa que debía impedir el paso a la bahía.
- Que los ataque a la ciudad eran posibles solo por 3 puntos, Bocagrande, La Boquilla y la Zona de la Popa
La experiencia de los ataques anteriores no hacía más que confirmar las premisas de Arévalo.
Más de medio siglo de su vida transcurrió en América trabajando en las obras de Cartagena y proyectando otras en distintas provincias del Virreinato de Nueva Granada. Las incontables relaciones, informes y "discursos" que, firmados por su mano, se conservan, así como los numerosos planos que levantó y dibujó, nos revelan una vocación que, cultivada en el estudio constante, produjo los mejores frutos. Esto lo confirmamos visitando estas bellezas Ingeniería, arquitectura y durabilidad.
DON ANTONIO DE AREVALO, SU RELACION CON CARTAGENA
Antonio de Arévalo nació en el seno de una familia noble de la villa de Martín Muñoz de la Dehesa, un municipio del noroeste de la provincia de Segovia, Castilla la Vieja, en el año 1715, matemático e ingeniero militar, que nació desde 1742 – 1798 diseñó, dirigió y completó las obras de fortificación de la ciudad de Cartagena de Indias, convirtiéndola en la ciudad más fortificada y el puerto más seguro de la Corona Española en América.
El 1 de octubre de 1736, a los veintiún años, ingresó como cadete en el Regimiento de Orán, en donde estudio matemáticas y física en la “Academia de Matemáticas y Fortificaciones”, por tres años. Para 1739 viajo a Madrid a comparecer ante la “Real Junta de Fortificaciones” y obtuvo, previo un examen de esta, el grado de Subteniente de Infantería y la patente de “Delineador” apto para el ascenso a “Ingeniero Extraordinario”, sirvió durante un año.
El 4 de junio de 1741 le destinaron a Cádiz en donde obtuvo el grado de “Ingeniero Extraordinario y a las órdenes de Ignacio Sala, ingeniero director de las fortificaciones de Andalucía, donde adquirió conocimientos de la construcción de fortificación de Cartagena de Indias junto a otros ingenieros y militares.
Por pocos meses recibió órdenes de trasladarse a Barcelona para incorporarse a la expedición que se preparaba para Italia, pero al pasar por Madrid, se le fue comunicada una Real orden entregada por el Ministro José Campillo, se le mandaba a servir a las órdenes del Ingeniero Juan Bautista Mac-Evans, nombrado ingeniero director de las obras de Cartagena de Indias, Antonio de Arévalo se unió a él en San Sebastián y juntos embarcaron a bordo de la fragata “Nuestra Señora del Coro” el 6 de febrero de 1742, en unión a otros buques de la Compañía Guipuzcoana de Caracas, destinados a reforzar la guarnición de Cartagena.
En la travesía sostuvieron combates con navíos ingleses a costas de Puerto Rico durante un periodo corto estudio terrenos y levanto diversos planos.
El 16 de julio 1742 zarparon a tierra firme, pasando por la Guayra, Puerto Cabello y Maracaibo, en donde levanto diversos planos, según disponía la Real instrucción que había recibido de los altos mandos, y continuando así el viaje hacia Cartagena del arribo a puerto el 29 de noviembre, allí levanto un mapa de la Bahía de Cartagena.
Pasó a Santa Marta por orden del virrey Eslava, donde también levantó planos e hizo, además, las obras necesarias para ponerla en defensa, pues se esperaba un ataque de enemigos. Al regreso trabajó en el fuerte de San Sebastián del Pastelillo, en el baluarte de San José, en la construcción del cuerpo de guardia y cisternas del Castillo Grande y en los recalzos que se hicieron a la muralla de la Marina. Concluidas estas obras se iniciaron las del dique de Bocagrande, proyectado por don Ignacio Sala, y en ellas trabajó, aunque poco tiempo, pues el virrey Pizarro le ordenó que fuese a la villa de Honda a disponer, "para el beneficio del comercio", un puente de cal y canto sobre el río Gualí. Sacó de cimientos uno de sus cuatro pilares y, dejando planos e instrucciones, marchó a Santa Fe, donde elaboró el proyecto que ejecutó en gran parte de una calzada de media legua de longitud, con dos puentes, en una llanura anegadiza. De la capital del Virreinato regresó a Cartagena tan pronto como tuvo noticia del fallecimiento de su jefe, Mac-Evan.
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