Biografia De Paula Jaraquemada
Enviado por mortalkombatulti • 29 de Octubre de 2014 • 414 Palabras (2 Páginas) • 333 Visitas
“Paula Jaraquemada Alquízar”
-Naci en Santiago en junio de 1768 y fallecí, en la misma ciudad, el 7 septiembre de 1851.
-Mis padres fueron Domingo de Jaraquemada y Cecilia de Alquizar. Mi niñez y adolescencia deben haber transcurrido como la de todas las mujeres de fines del siglo 18 , es decir, debió haber aprendido las primerass letras y recibido una educación sólida en aspectos morales, y práctica en asuntos domésticos.
-Mi figura pública se la debe a la Guerra de la Independencia. En 1818, enterada de la Sorpresa de Cancha Rayada que fue el día 19 de marzo en que organice a militares e inquilinos en la hacienda de Paine y le ofrecí estas fuerzas al general José de San Martín.
Apoyo a la Independencia
-Junto a sus hombres -transformados ahora en soldados, yo fui a entrevistarme con San Martín, a quien proporcionó además otros elementos que eran necesarios, tales como caballos, alimentos y pertrechos. Su hacienda se transformó en hospital de sangre, pues allí fueron remitidos los heridos en Cancha Rayada, y también sirvió de Cuartel General para San Martín.
-Finalizada la guerra, yo realice un activo labor en beneficio de los desamparados. Se cuenta que en una oportunidad llege a salvar a una mujer conocida como "La Caroca", condenada a la pena de muerte por sus crímenes.
La visita de los Realistas
-Yo Paula Jaraquemada soy conocida como una mujer de carácter decidido y altivo. Un ejemplo de ello es lo que hice una vez con las tropas revolucionarias, habían salido de la hacienda. Inesperadamente, recibi la visita de una avanzada de las fuerzas realistas en la cual batalle hasta la muerte con ellos.
-Mi política era conocida y por ello no le extrañó que los "maturrangos" aparecieran por esos parajes. Según dice la tradición, se habría producido la siguiente conversación entre el oficial al mando y ella.
- Oficial: las llaves de la bodega.
- Doña Paula: ¿Necesita usted víveres? Los tendrá en abundancia.
- Oficial: las llaves pido.
- Doña Paula: las llaves no se las entregaré jamás. Nadie sino yo manda en mi casa.
Molesto, el oficial habría ordenado a sus hombres hacer fuego y Paula, entretanto, habría avanzado hacia la tropa, desafiándola. Los soldados, desorientados, no habrían sabido qué hacer, al igual que su comandante quien, entonces, ordenó incendiar la casa.
Ante esto, yo partí a buscar un brasero y lo lance rodando por el suelo: "¡Allí tenéis fuego!". Nuevamente impresionado, el oficial, sin saber cómo proceder, decidió partir.
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