Biografia Josep Masdevall

JOSEP MASDEVALL

Médico español nacido en Figueras, provincia de Gerona, en fecha desconocida, y fallecido en la localidad cacereña de Trujillo en 1801.

Estudió medicina en la Universidad de Cervera, donde recibió el grado de doctor. Fue médico de Carlos III y Carlos IV, inspector de epidemias del Principado de Cataluña y miembro de varias academias nacionales y extranjeras. Gozó de gran renombre dentro y fuera de España, tanto por su actividad en diferentes epidemias de "calenturas malignas" como por la invención de un remedio compuesto por sales de amoníaco, ajenjo, tártaro emético y quina. Sus efectos en la epidemia de Cataluña de 1783, de Cartagena en 1786 y en otras posteriores de Italia y México, fueron considerados muy satisfactorios.

Masdevall fue en muchos aspectos un hombre plenamente moderno. Tenía, por ejemplo, un laboratorio químico en su casa y el remedio ideado por él fue el resultado de una paciente investigación. Por otra parte, sus supuestos terapéuticos eran básicamente distintos a los tradicionales. La función evacuante que había cumplido el antimonio en la terapéutica anterior la sustituyó por una acción curativa específica. Por lo tanto, no trataba de actuar pasivamente en un proceso morboso que debía de desarrollarse conforme a la naturaleza, sino, por el contrario, de intervenir en el propio proceso. La violencia del mal debía ser destruida sin esperar a los días críticos y la enfermedad cortada en el momento de su aparición. Masdevall, en lugar de obedecer a la naturaleza, intentaba dominarla, lamentándose de que los médicos no se aplicaran al estudio de la química.

Otro aspecto de importancia de la obra de Masdevall es la higiene industrial. En cumplimiento de su función como inspector de epidemias de Cataluña redactó, en 1784, un dictamen sobre "si las fábricas de algodón y lana son perniciosas o no a la salud pública de las ciudades donde están establecidas". Defiende en él que tales fábricas no son peligrosas e informa de pasada acerca de los comienzos de la industria textil catalana. López Piñero afirma que "la mentalidad de la exposición es la de una ardiente defensa de la industria frente a la agricultura como progreso económico y social; a ello va unida una falta de sensibilidad casi absoluta para ver y testimoniar las condiciones de la vida de los proletarios".

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