Biografia de Simon Bolivar

Simón Bolívar

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios. Nace el 24 de junio de

1783 en la ciudad de Caracas-Venezuela, descendiente de una familia de origen vasco que se hallaba establecida en Venezuela desde fines del siglo XVI, y ocupaba en la Provincia una destacada posición económica y social, Venezuela era entonces una Capitanía General del Reino de España entre cuya población se respiraba el descontento por las diferencias de derechos existentes entre la oligarquía española dueña del poder, la clase mantuana o criolla, terratenientes en su mayoría, y los estratos bajos de mulatos y esclavos.

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Simón Bolívar

Padres e Infancia

Sus padres fueron el Coronel don Juan Vicente Bolívar y Ponte, y doña Concepción Palacios Blanco. Los cuales pertenecían a una clase social llamada los criollos o mantuanos. Bolívar transcurrió sus primeros años en la ciudad de Caracas y Los Valles de Aragua sitio

donde se encontraba la hacienda de su familia era el menor de cuatro hermanos, a sus 3 años de edad muere su padre en enero de 1976 por lo cual su madre quedaría a cargo de los primeros años de su educación, poco tiempo después muere su madre en 1972 quedando huérfano a los 9 años de edad. Sus dos hermanas María Antonia y Juana contrajeron matrimonio y los dos varones Juan Vicente y Bolívar continuarían viviendo en la casa de su abuelo materno, Don Feliciano Palacios, la casa de la familia se encontraba al frente de la plazuela San Jacinto, en pleno centro de la ciudad, al morir su abuelo. Su tío y tutor Carlos Palacios velaría por la educación del joven con la ayuda de la negra Hipólita, su esclava y nodriza, luego en julio de 1975 con 12 años de edad sufre una crisis propia de la adolescencia, y toma la decisión de huir de la casa de su tío para irse a la casa de su hermana María Antonia donde sentía mayor afinidad afectiva.

A los quince años de edad, los territorios aragüeños cobrarían un mayor relieve en su vida cuando, por la mediación que realizó su tío Esteban (ministro del Tribunal de la Contaduría Mayor del Reino ante el rey Carlos IV), fue nombrado subteniente de Milicias de Infantería de Blancos de los Valles de Aragua.

Luego de esto tuvo la suerte de formarse con los mejores maestro y pensadores de la época, entre ellos Simón Rodríguez quien lo tuvo como interno en su casa, Entre aquel genial pedagogo y reformador social, y el niño Simón Bolívar, se estableció pronto una corriente de mutua comprensión y simpatía, que duraría tanto como sus vidas. Rodríguez se marchó de Caracas en 1797. Antes y después de ser alumno suyo, tuvo Bolívar otros maestros en Caracas, entre los cuales se cita a Carrasco y a Vides, quienes le dieron lecciones de escritura y de aritmética, a fray Jesús Nazareno Zidardia, al Presbítero José Antonio Negrete, profesor de Historia y de Religión, y a Guillermo Pelgrón, preceptor de latinidad. Recibió también lecciones

particulares de Historia y de Geografía que le dio don Andrés Bello, quien atesoraba ya en su juventud el caudal de conocimientos que habría de conducirlo con el tiempo a ser el primer humanista de América. Sin embargo, no fue suficiente para aquietar al joven Bolívar por lo cual sus tíos deciden enviarlo a Europa específicamente España para seguir adelante con su formación académica

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La lección de Andrés Bello a Bolívar, de Tito Salas

Vida en Europa

Corría el año 1799 cuando Bolívar desembarcó en tierras peninsulares (Madrid – España). Bajo la dirección Esteban y Pedro Palacios y la rectoría moral e intelectual del sabio Marqués de Ustáriz, a pesar de seguir sus estudios, el ambiente de la ciudad le seducía: frecuentaba los salones de lectura, baile y tertulia, y observaba maravillado la corte del reino desde los jardines de Aranjuez, lugar éste que evocaría en sueños delirantes en su lecho de muerte. Vestía de soldado en esos tiempos en los cuales España comenzaba a hablar de

Napoleón, y así visitaba al marqués de Ustáriz, hombre culto con quien compartía largas tardes de conversación.

A fines de 1800 pensaba en constituir un hogar, asegurarse descendencia, y regresar a su país, para atender al fomento de sus propiedades. Hubo un compás de espera: en la primavera de 1801 viajó a Bilbao, donde permaneció casi todo el resto del año

En una de ellas conoció a María Teresa Rodríguez del Toro, con quien se casaría el 26 de mayo de 1802 en la capilla de San José, en el palacio del duque de Frías. Mientras Bernardo Rodríguez, padre de la muchacha, decidía dar largas al compromiso, Bolívar los siguió hasta Bilbao y aprovechó para viajar a Francia: Bayona, Burdeos y París. Inmediatamente después de la boda, los recién casados se trasladaron a Caracas y, a pesar de los resquemores que canalizaban los criollos a través de sus conspiraciones, Bolívar permaneció junto a su esposa, llevando una vida tranquila. Esta serenidad conyugal, sin embargo, no duraría mucho: María Teresa murió pocos días después de haberse contagiado de fiebre amarilla, en enero de 1803.

Bolívar, desilusionado, decidió alejarse y marchó nuevamente a Europa.

Mientras el caraqueño Francisco de Miranda, desde Estados Unidos y las Antillas, reunía pacientemente apoyos para una expedición militar que diese la independencia al país, los acontecimientos en Venezuela comenzaban a tomar aires de revuelta. Ajeno a todo aquello, Bolívar se reunió con su suegro en Madrid, para trasladarse a París en 1804. A la sombra de Napoleón Bonaparte (quien no tardaría en proclamarse emperador de Francia) se había formado una clase aristócrata, hallada entre la burguesía, que se reunía en los grandes salones a los cuales asistía Bolívar en compañía de Fernando Toro y Fanny du Villars

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