Biografia
Enviado por fatimita22 • 4 de Diciembre de 2012 • 687 Palabras (3 Páginas) • 417 Visitas
El Ceibo es un árbol originario de América, de la zona subtropical, no muy alto, de tronco retorcido, pertenece a la familia de las leguminosas, por lo que las semillas se guardan en vainas encorvadas. Sus flores son rojas, de un rojo carmín.
Crece en las riberas del Paraná y del Río de La Plata, pero se lo puede hallar en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas a lo largo del país.
La madera de ceibo es muy liviana y porosa, y se la utiliza para la construcción de balsas, colmenas, juguetes de aeromodelismo.
Su presencia en parque y jardines argentinos, pone una nota de perfume y color. Y el admirador evita arrancar sus flores, debido a que sus ramas poseen una especie de aguijones.
Características del árbol y la flor
Clasificado por el naturalista sueco Carl von Linneo en 1767, el ceibo americano crece en tierras húmedas y de clima cálido. Su corteza era utilizada por los aborígenes por sus cualidades medicinales, mientras que su flor fue declarada, el 28 de diciembre de 1942, Flor Nacional de la Argentina.
El ceibo (Erytrina Crista-Galli), es un árbol de la familia de las Leguminosas, conocido también como seibo, ceibo macho, zuinandí, cresta de gallo y chopo. En la Argentina se lo encuentra en las zonas más húmedas de las provincias de la región chaco pampeana.
Su altura no supera los 10 m, con ramas retorcidas, que a veces parten desde la base mostrando un aspecto arbustivo y formando una copa amplia. La corteza es marrón grisácea, muy rugosa y poco consistente. Las hojas son caducas, coriáceas, de borde enteros y forma lanceolada. Se destaca por su floración de intenso color rojo que se produce entre noviembre y abril. Las flores son carnosas, dispuestas en racimos terminales de gran belleza, razón por la cual se lo utiliza como árbol de adorno. El fruto, una vaina de color castaño, encierra semillas duras. Su madera tiene escaso valor comercial.
Según la tradición guaraní, el ceibo es la representación de Anahí, una princesa indígena muerta por los conquistadores. También los timbúes, aborígenes del Paraná, le atribuían al ceibo dones fantásticos: creían que colaboró con los dioses en la creación de las islas del Delta, donde se asentó la tribu.
La leyenda de la flor del ceibo
Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños… Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.
Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a
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