Biografía de Efraín Huerta (1914 - 1982)
Enviado por zopilotito100 • 24 de Septiembre de 2012 • Trabajo • 3.756 Palabras (16 Páginas) • 689 Visitas
Biografía de Efraín Huerta
WEBMASTER: Justo S. Alarcón
EFRAÍN HUERTA
(1914 - 1982)
Nació en Guanajuato el 18 de junio de 1914; murió en 1982. Hizo sus primeros estudios en León y Querétaro. En la ciudad de México cursó la preparatoria y los primeros años de la carrera de leyes. Fue periodista profesional desde 1936 y trabajó en los principales periódicos y revistas de la capital y en algunos de provincia. Fue también crítico cinematográfico. Perteneció a la generación de Taller ¡1938-1941), revista literaria que agrupó entre otros, a Octavio Paz, Rafael Solana y Neftalí Beltrán. Viajó por los Estados Unidos y Europa. El gobierno de Francia le otorgó en 1945 las Palmas Académicas. En 1952 visitó Polonia y la Unión Soviética.
Dentro del grupo que integró la generación de Taller, Efraín Huerta se distinguió por su sana conciencia lírica, por su apasionado interés por la redención del hombre y el destino de las naciones que buscan en su organización nuevas normas de vida y de justicia. Sus primeros libros: Absoluto amor y Línea del alba están incluidos en Los hombres del alba, además de su obra publicada en revistas hasta 1944. El amor y la soledad, la vida y la muerte, la rebeldía contra la injusticia, su lucha contra la discriminación racial, la música de los negros, la política y la ciudad de México, son los temas más frecuentes de su poesía. Recibió el Premio Nacional de Poesía en 1976.
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"Efraín Huerta es uno de los poetas más importantes del siglo veinte en América Latina. Su exquisito manejo del arte poética aunado a su vitalidad expresiva lo convierten en uno de los epígonos de su generación. Es un poeta de ruptura; inmerso en su transcurrir histórico no duda en utilizar las técnicas neo-vanguardistas en forma magistral, creando espacios que no habían sido descubiertos en la expresión poética. Inmerso en una "estética de la impureza" , contrapuesta a la "poesía pura". Efraín Huerta se consideraba "el orgullosamente marginado, el proscrito", comprometido, como todo artista auténtico, con su propia conciencia. El poeta de la rebeldía, cuya obra recupera cada vez más la fuerza expresiva al paso del tiempo, es también el poeta del amor.
Su poesía tiene muchas vertientes y nos ofrece innumerables lecturas, bebamos aquí de la vertiente luminosa de su amor, de la patria de su corazón y de su juventud que lo llevó a trascender su generación cronológica como uno más de los poetas nacidos décadas después. Es el suyo un caso extraño por su constante ruptura con los moldes y por eso falta la distancia para comprenderlo en su justa medida y trascendencia dentro de la historia literaria del siglo veinte".
ABSOLUTO AMOR
Como una limpia mañana de besos morenos
cuando las plumas de la aurora comenzaron
a marcar iniciales en el cielo. Como recta
caída y amanecer perfecto.
Amada inmensa
como una violeta de cobalto puro
y la palabra clara del deseo.
Gota de anís en el crepúsculo
te amo con aquella esperanza del suicida poeta
que se meció en el mar
con la más grande de las perezas románticas.
Te miro así
como mirarían las violetas una mañana
ahogada en un rocío de recuerdos.
Es la primera vez que un absoluto amor de oro
hace rumbo en mis venas.
Así lo creo te amo
y un orgullo de plata me corre por el cuerpo.
Análisis
La visión de la Ciudad de México de Efraín Huerta en su poema Avenida Juárez
Leer los poemas de Efraín Huerta significa leer acerca de la Ciudad de México. Aún cuando el contenido de la obra de este poeta es vasta y abarca temas políticos, sociales, amorosos, culturales y artísticos, la preponderancia que da este autor a la vida urbana de la capital mexicana nos hace pensar que esta sea, muy probablemente, su preocupación temática más importante.
Sin embargo, tampoco resulta sencillo abordar el estudio de la ciudad desde los poemas de Huerta, pues la visión del poeta pudiera resultarnos contradictoria al oscilar entre la exaltación y el desprecio, como se hace patente de forma clara en dos poemas, que bien pudieran funcionar como unidad: Declaración de amor y Declaración de odio.
Si en el primero de estos poemas nos habla de la “pura, amplia, rojiza, cariñosa, ciudad mía” (Huerta, 2002), en el segundo la muestra como “ciudad negra o colérica o mansa o cruel, o fastidiosa nada más” (Idem). Esta contradicción no debe considerarse, en ningún momento, una debilidad en su obra, sino, por el contrario, como un recurso poético, mediante el cual, el autor nos deja ver las ambivalencias de una ciudad que a veces le es causa de regocijo, mientras que otras, de sufrimiento.
En este sentido, el poema Avenida Juárez se presenta como la síntesis de las dos visiones maniqueas presentadas en los ejemplos anteriores. Podemos encontrar un sentimiento predominante que no es ni amor ni odio, sino, más bien, desencanto. La voz narrativa muestra una terrible tristeza al enfrentarse a su ciudad, al notar que esa ciudad, a la que debería amar, no es más que un absurdo, un lugar donde el ambiente está impregnado de anomia y mediocridad. La desesperanza se hace patente desde los primeros versos por medio de comparaciones y metáforas que inmediatamente nos remiten a lo muerto y a lo deprimente.
El primer elemento que lleva a la voz narrativa a sentir el vació de la ciudad es el exceso de gente, pero la falta de humanidad; el ruido al que llama “un mar de voces huecas, un gemido de barbarie” (Huerta, 1986) , pues todo es escándalo sin contenido; el sentimiento de estar solo, pero rodeado de gente, personas anónimas con quien uno no puede identificarse, pues viven totalmente enajenadas.
Hay otro elemento poderoso que destruye la visión gloriosa de la ciudad: los cambios que ésta ha sufrido por la urbanización y la invasión de los valores estadounidenses. El poema se escribe a mediados de los años 50’s, cuando, tras la posguerra, Estados Unidos sufre una revolución cultural derivada del rápido desarrollo industrial y explota el consumismo, no solo dentro del país, sino en todos aquellos países con los que mantiene un intercambio comercial cada vez mayor; es en esta época en la que se sientan las bases de la globalización. Esta invasión de productos, ideas y valores norteamericanos han llevado a un cambio en la cultura y la sociedad mexicana. El ideal de progreso se vuelve el parecerse a los Estados Unidos, por lo que se adoptan sus modas y se desprecia la identidad nacional. Hablar inglés y ver películas de Hollywood
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