Crónica De Chuck Berry Hail Hail Rock And Roll

Hail! Hail! Rock ‘n’ Roll (Chuck Berry 1986)

Corría el año 1986 cuando Chuck Berry subía al escenario principal del Fox Theatre, en Saint Louis, Estados Unidos. La fecha exacta fue el 16 de octubre, justamente dos días antes de su cumpleaños número 60. Lejos quedaban aquellos años en los cuales Berry daba el puntapié inicial al Rock and roll, a través de las combinaciones y los acordes de su Gibson que empaparon la historia de la música y lo hicieron grande arriba y debajo del escenario.

El rostro de Chuck ya no es el mismo: las arrugas y el sudor sin control corren por su frente, mientras el rockstar gesticula sus mejillas dándole swing a ese particular bigote, lo que le brinda un toque especial a la interpretación de sus canciones, transmitidas a un público que entiende perfectamente lo que Berry quiere comunicar. A pesar de cualquier desagravio físico o facial propio de sus “casi sesenta”, su habilidad con las seis cuerdas sigue intacta. Un chaleco rojo fuego, el pelo enredado y endemoniado, su “paso de pato” y su buena química con el público hacen que cada show sea único e irrepetible. Su cara festiva y su risa constante muestran claramente que el pionero del rock está festejando un nuevo aniversario de vida haciendo lo que más le gusta: Rock and roll…

La fiesta de Berry es completa cuando es acompañado por grandes músicos de la historia del rock, dando a entender que todos quieren estar en el cumpleaños de “ese” afroamericano que sin dudas marcó sus vidas artísticas y les impregnó un estilo de música que los llevaría al estrellato. Un escuálido Keith Richards acompaña al viejo Chuck en Guitar Jam, bendiciendo nuestros oídos y portándonos amor a nuestros corazones rockeros, mientras se mezclan acordes de gran porte musical y dos genialidades de la viola en la historia de la humanidad. Es increíble cómo el Stone y Berry enlazan sus notas, cómo se compaginan en un solo sonido que hace vibrar a cualquier amante de la música, más allá de su edad, gustos o posturas musicales. Otro que no quiere quedarse afuera de la fiesta de Berry es Julian Lennon, el hijo de Jhon Lennon y Cynthia Powel, que disfruta interpretando vocalmente el clásico Johnny B. Goode, mientras Berry se desvive haciendo el paso del pato como si todavía tuviera 20 años. Ese baile marcó generaciones, con un Chuck que mueve sus rodillas y produce el delirio de todos sus fans. ¿Quién no habrá querido hacerlo alguna vez?, pero solamente él sabe la mecánica de un paso que se adueñó de todas las miradas del mundo de la música. A su vez, Berry colabora con la entonación de Julian Lennon, brindando esa voz tan particular, casi desafinada pero que tanto seduce en cada interpretación. Además de dichos intérpretes, varios más quieren hacerse lugar al lado del rey, entre ellos Eric Clapton, Robert Cray, Etta James y hasta el gran Jerry Lee Lewis, quien alguna vez quemó su propio piano en señal

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