Discurso Acto 20 De Junio
Enviado por alevacasti • 7 de Junio de 2013 • 1.612 Palabras (7 Páginas) • 737 Visitas
l 3 de junio de 1770 nació Manuel Belgrano en Buenos Aires. La casa de la familia estaba ubicada en la calle Santo Domingo 430 (actualmente, la calle lleva el nombre Belgrano). Así se presenta en su Autobiografía:
“El lugar de mi nacimiento es Buenos Aires; mis padres, don Domingo Belgrano y Peri conocido por Pérez, natural de Onella, y mi madre, doña María Josefa González Casero, natural también de Buenos Aires. La ocupación de mi padre fue la de comerciante, y como le tocó el tiempo del monopolio, adquirió riquezas para vivir cómodamente y dar a sus hijos la educación mejor de aquella época".
Manuel Belgrano, Autobiografía.
Hacia 1750, el padre de Belgrano pasó de Génova a Cádiz para ejercer el comercio y después de naturalizarse español, viajó a Buenos Aires donde prontamente, se convirtió en un prominente comerciante. Con una buena posición económica, le brindó a sus hijos varones una buena educación. Así lo recuerda Belgrano:
"Me proporcionó la enseñanza de las primeras letras, la gramática latina, filosofía y algo de teología en el mismo Buenos Aires. Sucesivamente me mandó a España a seguir la carrera de las leyes, y allí estudié en Salamanca; me gradué en Valladolid, continué en Madrid y me recibí de abogado en la cancillería de Valladolid.
Confieso que mi aplicación no la contraje tanto a la carrera que había ido a emprender, como el estudio de los idiomas vivos, de la economía política y al derecho público, y que en los primeros momentos en que tuve la suerte de encontrar hombres amantes al bien público que me manifestaron sus útiles ideas, se apoderó de mí el deseo de propender cuanto pudiese al provecho general, y adquirir renombre con mis trabajos hacia tan importante objeto, dirigiéndolos particularmente a favor de la patria.”
Manuel Belgrano, Autobiografía.
Estudió las primeras letras en su casa, con maestros particulares, como era habitual en esa época. Luego, ingresó al Real Convictorio Carolino donde se graduó en 1786. Viajó a España y se graduó en Leyes en la Universidad de Salamanca a los diecinueve años de edad.
Aún en España, complementó sus estudios con la lectura de las obras de Montesquieu y de los enciclopedistas (Diderot, D'Alembert, Rousseau, Voltaire, D'Holbach, Quesnay y Turgot). Se interesó mucho por las ideas de Gaspar de Jovellanos, que por entonces, había redactado un informe sobre la ley agraria, criticando las formas en las que se explotaba la tierra en Andalucía, ya que se producía poco; propuso formas alternativas de división de la tierra y el aumento de producción de la misma. También estudió idiomas y realizó prácticas profesionales en algunos bufetes de abogados.
En 1794, regresó a Buenos Aires, habiendo sido designado Secretario del Real Consulado.
Sus amores
Uno de los mitos de la historia argentina puso en duda la masculinidad de Manuel Belgrano. Tal vez, sus modos delicados, su voz aflautada, la enfermedad venérea que padecía (sífilis), las representaciones generadas a través de la iconografía, contribuyeron a la construcción de esta idea. Pero para ser fieles a la historia, debemos decir que hubo en la vida de Belgrano muchas mujeres, tanto en España durante su juventud como en el Río de la Plata y, a pesar de estar ocupado en actividades periodísticas, políticas y militares, no dejó de destinar tiempo a cultivar relaciones amorosas.
En la época, las tertulias eran espacios apropiados para mostrar en sociedad las cualidades de las jóvenes casamenteras y para arreglar su matrimonio. El matrimonio de las hijas de las familias de la elite era una cuestión de importancia, ya que de esa manera, se controlaban los destinos de la descendencia. Por eso, en los arreglos matrimoniales el amor era lo de menos. Sólo en algunos casos, se iniciaba una relación amorosa, tal es la historia de Belgrano y María Josefa Ezcurra.
En una de las tertulias que frecuentaba, conoció a María Josefa Ezcurra en 1802, cuando él había regresado a Buenos Aires. Era la mayor de la familia Ezcurra. Ella había contraído matrimonio con Juan Esteban Ezcurra, un primo que llegado de Navarra, había logrado hacer fortuna rápidamente pero que, disconforme con los ideales de la Revolución de Mayo, regresó a la península ibérica y dirigió sus negocios desde allí. Estuvieron casados durante nueve años; ella quedó en Buenos Aires gozando de las libertades de una viuda sin hijos de los que hacerse cargo.
Luego de la creación de las baterías sobre el río Paraná para impedir el avance de los realistas y de enarbolar por primera vez la bandera de la patria, Belgrano regresó a Buenos Aires. Se encontraron nuevamente y se enamoraron, él tenía algo más de cuarenta años y ella tan sólo veintisiete.
Cuando le ordenaron a Belgrano partir hacia el norte para comandar el ejército patriota,
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