El Terrble Fuego En La Calle De San Marcos
Enviado por Solcitoreim • 11 de Noviembre de 2011 • 847 Palabras (4 Páginas) • 2.898 Visitas
Traducción:
Fui yo casualmente testigo presencial de lo que ocurrió ayer a las doce de la noche en la calle san marcos esquina de la Hortenza. Voy a darles una ligera noticia de la sensible catástrofe.
Cuando yo me del café de San Luis, vi que salía mucho humo una casa bastante vieja y observe que hasta mis narices llegaba el fuerte olor a maderas quemadas.
Cinco minutos después, el gobernador con su bastón dictaba órdenes y los guardias se arremolinaban y corrían de unos transeúntes a otros. Que momentos tan horribles!
Antes que comenzasen a funcionar las bombas, cuatro vecinas ya se habían desmayado. Cuando el primer bombero llego al segundo piso, el techo ya se había agrietado.
Pero como al que madruga, dios lo ayuda, este fue recompensado después por los vecinos en vista de los méritos que había hecho.
Cuando fije mi vista en la fachada, note que un vecino con un gorro blanco en la cabeza en un balcón abierto de par en par.
Señores! Exclamaba a gritos el pobre. Hay fuego en la casa!
Viendo que no podía salir por la puerta, el hombre quería tirarse de cabeza por el balcón; mas no lo hizo, porque un valiente municipal pudo separarle, agarrándole de un modo brusco del pescuezo.
Desde el año de la revolución de septiembre existe una lonja de comestible y bebidas espirituosas. Según me contaron unas vecinas muy amables que presenciaron cómo iba el voraz elemento apoderándose del portal del edificio de enfrente.
Los gritos de los vecinos se mezclaban con los estampidos de las botellas de alcohol al reventar. El tendero ante tanta pérdida se tiraba de los pelos y si no cogió la pistola de la hilera de guardias que tenía delante y se saltó la tapa de los sesos fue porque tenía garantizada su tienda por una compañía de seguros.
En medio de todo esto, la angustia de los vecinos, salían por los balcones muchos muebles que al chocar con el pavimento se convertían en astillas. Armarios de luna, prendas de abrigo, pianos de cola y cubiertos de plata caían estrepitosamente en medio de los adoquines.
Al tiempo, desgarraban el alma las vocecitas de una inocente criatura encerrada cuyos padres en los años infames, habían ido a comer un bistec con patatas según me dijo el comisario del distrito.
¡oh! hubiera sido necesario llevar un corazón de piedra para no conmoverse ante las voces de aquel chiquillo.
En tres horas y medias, la casa quedo reducida a un montón de pavesas. El tendero afligido no habiendo podido salvar ni un gramo de arroz.
Cuando el astro del día recorria las calles
Casualmente fui yo testigo presencial del horroroso siniestro que ayer ocurrió a las doce de la noche en la calle de San Marcos esquina con de la Hortaleza, y aunque tengo la cabeza perturbada voy a dar a ustedes una ligera noticia de la sensible catástrofe.
Cuando yo me retiraba
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