Eratostenes
Enviado por lexii • 30 de Abril de 2014 • 388 Palabras (2 Páginas) • 441 Visitas
ERATÓSTENES
Eratóstenes en sus estudios de los papiros de la biblioteca de Alejandría, encontró un informe de observaciones en Siena, unos 800 Km. al sureste de Alejandría, en el que se decía que los rayos solares al caer sobre una vara el mediodía del solsticio de verano (el actual 21 de junio) no producía sombra.
Eratóstenes entonces realizó las mismas observaciones en Alejandría el mismo día a la misma hora, descubriendo que la luz del Sol incidía verticalmente en un pozo de agua el mismo día a la misma hora. Asumió de manera correcta que si el Sol se encontraba a gran distancia, sus rayos al alcanzar la tierra debían llegar en forma paralela, si esta era plana como se creía en aquellas épocas, y no se deberían encontrar diferencias entre las sombras proyectadas por los objetos a la misma hora del mismo día, independientemente de donde se encontraran.
Sin embargo, al demostrarse que si lo hacían (la sombra dejada por la torre de Sienna formaba 7 grados con la vertical), dedujo que la tierra no era plana y, utilizando la distancia conocida entre las dos ciudades y el ángulo medido de las sombras, calculó la circunferencia de la tierra en aproximadamente 250.000 estadios (unos 40.000 kilómetros, bastante exacto para la época y sus recursos).
El gran hallazgo de Eratóstenes tuvo lugar un 21 de junio. Durante el mediodía de aquel solsticio de verano, el sabio tomó un papiro de la biblioteca y supo que en Siena un palo no proyectaba su sombra sobre el suelo; movido por su curiosidad científica, decidió comprobar lo mismo en Alejandría.
Al mediodía de ese 21 de junio se dio cuenta que sí proyectaba sombra. Ante el acertijo de por qué razón el mismo palo proyectaba sombra en un lugar y no en otro, Eratóstenes coligió hasta concluir que no podría deberse sino a que la tierra no era plana, sino que era redonda.
Eratóstenes midió los ángulos que formaban las diferentes sombras proyectadas por los palos en Siena y Alejandría, respectivamente, llevaron al sabio a deducir que existía una diferencia de unos siete grados.
Dedujo que si una circunferencia tiene 360º, la cincuentava parte de esta sería siete; teniendo en cuenta la distancia que existía entre las dos ciudades, que era de unos ochocientos quilómetros, dedujo la fórmula encontrando que la tierra debía medir aproximadamente cuarenta mil quilómetros.
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