Granada De Mano
Enviado por edgaralejandro • 7 de Marzo de 2014 • 2.366 Palabras (10 Páginas) • 618 Visitas
Una granada o granada de mano es una pequeña bomba con material combustible, del tamaño, forma y peso adecuado para ser arrojada con la mano. En la actualidad existen varios tipos de granadas que pueden ser lanzadas con fusiles y también lanzadores de granadas especializados.
Índice [ocultar]
1 Granadas artesanales
2 Granadas modernas
2.1 Granadas improvisadas en la guerra de trincheras
2.2 Las granadas industriales y la Gran Guerra
2.3 Las granadas en el período de entreguerras
2.4 Granadas de la Segunda Guerra Mundial
2.5 Posguerra
3 Otras granadas
4 Granadas de fusil y otros lanzadores
5 Véase también
6 Enlaces externos
Granadas artesanales[editar]
Granadas de mano francesas hechas de vidrio, de 1740.
Desde finales de la Alta Edad Media se comienza a incorporar el poder explosivo de la pólvora a la guerra, desde el siglo XV (pero desde antes de nuestra era se había usado ) se fabricaron proyectiles explosivos apropiados para la defensa de las plazas sitiadas. También se emplearon contenedores de material incendiario. Estos consistían en un simple cuerpo redondo de barro cocido o fundición de latón, al cual se le incorporaba pólvora negra en profusión y una mecha para encenderlo. Su empleo táctico era simple: se encendía la mecha y se los arrojaba a las partidas asaltantes que intentaban tomar las paredes de las fortalezas. Estos proyectiles fueron bautizados con el castellano nombre de granada, por la similitud a la fruta, apodo que fue adoptado por la mayoría de los ejércitos europeos. Si bien solían provocar al enemigo quemaduras graves y contusiones, su capacidad destructiva dejaba que desear.
Por ello ya en el siglo XVI algunos modelos de granadas originarias de Suiza incorporaban en su interior piedras o trozos de metal a fin de aumentar su efecto mortífero con metralla. Estas se llegaron a usar durante los combates navales, en el asalto y abordaje de buques enemigos. Para el siglo XVII las granadas se consideraban de un valor suficiente como para justificar la creación de cuerpos de granaderos, soldados de élite especializados en el uso de las mismas.
Hacia mediados del siglo XVIII, sin embargo, la mayoría de estas formaciones abandonaron la granada como arma y solo conservaron el nombre y algunos símbolos por inercia. Más adelante y desde 1830 estas unidades empezaron a considerarse obsoletas, y los regimientos de granaderos pasaron a cumplir función sólo en la revista. El Ejército Británico disolvió en 1850 su Guardia de Granaderos, y el resto de los ejércitos continentales harían lo propio. El advenimiento de medios de transporte como el tren y nuevas armas como cañones y fusiles de repetición (con mayor alcance y precisión), terminaron por sellar la historia de las granadas aparentemente hacia 1870.
Granadas modernas[editar]
Dos granadas modernas seccionadas. A la izquierda: granada de fragmentación DM61A1; a la derecha: granada para entrenamiento DM78A1.
Granadas improvisadas en la guerra de trincheras[editar]
Se produjeron avances militares y nuevas doctrinas derivadas de la experiencia británica en la Guerra de los Bóers, con masas de maniobra provistas de fusiles con alcance de tiro superiores a los 700 metros. Estos elementos armados llevaron inevitablemente a un nuevo tipo de guerra de estancamiento, en el que ambos bandos tendieron a protegerse tras parapetos, zanjas y trincheras. El primer ejemplo de este tipo de conflicto se dio en forma muy limitada en la Guerra de Secesión, pero fue en la Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905) cuando el estancamiento de la guerra de trincheras se hizo patente. Las líneas de tiradores solían encontrarse a menos de 60 metros. Por ello tanto rusos como japoneses se vieron obligados por las circunstancias a improvisar y revivir las granadas de mano. A los primeros ejemplares realizados en el mismo campo de batalla a base de botellas y dinamita les siguieron otros fabricados con tubos de acero y explosivo de alto poder, de calidad muy mediocre, pero que permitían despedazar un hombre si eran arrojadas con habilidad.
Las granadas industriales y la Gran Guerra[editar]
La inmensa mayoría de los ejércitos occidentales prestaron poca atención a esos sucesos de Oriente, hasta que la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cayó también en una guerra de estancamiento tan grande como nunca se había dado en la historia, muriendo cientos de miles de soldados en la "tierra de nadie" bajo las ametralladoras enemigas.
Las granadas de mano improvisadas con latas de conserva y explosivos por franceses, ingleses y alemanes no diferían mucho de los burdos ejemplares orientales, e incluso los primeros modelos fabricados en serie seguían esta línea burda y peligrosa. Los ingleses y franceses, por ejemplo, fabricaron en 1915 una línea de granadas conocida como "cepillo para el pelo" o "Pétards Raquettes", en el cual una lata con explosivo se ataba con unas vueltas de alambre a un mango de madera similar al de un cepillo, que servía para asirla. Poseían una espoleta de percusión, por lo que estallaban al chocar con algo duro. Estos a veces provocaban horribles accidentes al operarlas en los restringidos espacios de las trincheras.
Estos dispositivos fueron perfeccionados por los alemanes, que le adosaron un dispositivo de encendido más seguro, consistente en una mecha lenta y un detonador a fricción accionado mediante un cordel. Como este a veces se enganchaba provocando accidentes, se la rediseñó introduciéndolo en el mango ahuecado y así nació la Stielhandgranate, o "granada de mango", que con pocas modificaciones sería profusamente empleada por el ejército alemán durante los siguientes 35 años.
granada básica.
Tras perder cientos de vidas, los ingleses decidieron reemplazar sus temperamentales granadas improvisadas por un modelo estándar de la mayor calidad y seguridad posibles: la Bomba Mills. Esta consistía en una carcasa segmentada esférica de hierro fundido. La misma tenía un tapón roscado en la parte inferior donde se le introducía un mecanismo con cebo, mecha y multiplicador (conjunto que venía separado y permitía transportar las granadas dentro de las trincheras sin peligro). Era ensamblada antes del combate atornillándole el mecanismo, y quedaba lista para arrojar. Poseía además un pasador que trababa una palanca. Al retirarse el pasador, saltaba la palanca por medio de un muelle, y este movimiento brusco percutía un fulminante que prendía una mecha de 7 segundos, conectada al explosivo principal, de amonal-amatol o alumentol. Se trataba de una granada precisa, segura y mortífera. Su mecanismo de ignición, con diversas modificaciones,
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