Grupo Carso

Introducción:

Esta es la historia de una mujer en donde la palabra “amor” es la esencia de la misma recabando los sentimientos encontrados de los principales personajes de la historia.

No es otra historia de amor como las que siempre hemos visto, leído incluso vivido es algo completamente distinto, en una visión diferente el amor es el detonante de felicidad, alegría, motivación o también puede ser la perdición de muchos, soledad, locura, tormentos, etcétera.

A continuación demostrare en un breve resumen, lo que conllevan estos capítulos, en donde el título principal “La Sonrisa de una Mujer Afectada”, en donde los sentimientos son tan conocidos por el ser humano que hay ocasiones que en verdad debemos descubrir a fondo estos mismos.

En esta historia lo que conocemos como amor tiene otra definición completamente diferente a lo que comúnmente se le conoce.

Imelda Elisa Dávila una joven de 28 años que está a punto de casarse con Diego Bahena quien además de pagar la boda la sorprende con un viaje a París esto fue de luna de miel, ella se siente muy feliz para a la vez decía que no merecía tanto. De muy pequeña (desde los 9 años) ella fue abusada constantemente por su padre Rogelio Dávila, en consecuencia de proteger a su madre a su hermana Karina Dávila. Imelda cumple 15 años y en lugar de vivir un mundo de traumas y rencores ella decide ser una persona de éxito, se formo de un carácter fuerte el cual la hizo madurar, estudió para ser de las mejores y obtuvo su primer protagónico a los 21 años, la cual la obtuvo gracias a una audición de Vladimir Corbalán. Vladimir el hijo más pequeño de la familia Corbalán fue la alegría para su padre el señor Federico Corbalán, el tuvo dos hermanos Abraham de 2 años y Cristina de 4 años y medio. Vladimir creció sin mayores problemas, una de sus virtudes era observar y pensar, en un momento el se encontraba en un kiosco de pronto un hombre se le acerco y este le regalo un cofre con piedras preciosas; le dijo tú serás alguien importante y harás bastantes cosas para beneficio propio y de la gente en general. El señor Federico Corbalán tenía un código muy sencillo: “disciplina y decisión”. Vladimir en 1998 con 26 años de edad trabajaba en la destilería con su padre, en un instante se encamino a la parte en donde su padre se encontraba, trayendo con el su cofre junto con sus piedras preciosas, decidido encaro a su padre y con intención de enfrentarlo utilizó sus piedras para comenzar con su misión que alguna vez el hombre en el kiosco le dijo. Vladimir estaba cansado de las mentiras de su padre, enfurecido hizo que el señor Federico se desangrara por la nariz hasta su muerte. Diego Bahena era un contador de profesión y alcohólico por amor, su tristeza notoria lo hacía aislarse

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