HOMERO
Enviado por RIIZ • 13 de Julio de 2015 • 418 Palabras (2 Páginas) • 169 Visitas
HOMERO
(Siglo VIII a.C.) Poeta griego al que se atribuye la autoría de la Ilíada y la Odisea, los dos grandes poemas épicos de la antigua Grecia. En palabras de Hegel, Homero es «el elemento en el que vive el mundo griego como el hombre vive en el aire». Admirado, imitado y citado por todos los poetas, filósofos y artistas griegos que le siguieron, es el poeta por antonomasia de la literatura clásica, a pesar de lo cual la biografía de Homero aparece rodeada del más profundo misterio, hasta el punto de que su propia existencia histórica ha sido puesta en tela de juicio.
Las más antiguas noticias sobre Homero sitúan su nacimiento en Quíos, aunque ya desde la Antigüedad fueron siete las ciudades que se disputaron ser su patria: Colofón, Cumas, Pilos, Ítaca, Argos, Atenas, Esmirna y la ya mencionada Quíos. Para Simónides de Amorgos y Píndaro, sólo las dos últimas podían reclamar el honor de ser su cuna.
Aunque son varias las vidas de Homero que han llegado hasta nosotros, su contenido, incluida la famosa ceguera del poeta, es legendario y novelesco. La más antigua, atribuida sin fundamento a Herodoto, data del siglo V a.C. En ella, Homero es presentado como el hijo de una huérfana seducida, de nombre Creteidas, que le dio a luz en Esmirna. Conocido como Melesígenes, pronto destacó por sus cualidades artísticas, iniciando una vida bohemia. Una enfermedad lo dejó ciego, y desde entonces pasó a llamarse Homero. La muerte, siempre según el seudo Herodoto, sorprendió a Homero en Íos, en el curso de un viaje a Atenas.
Es casi seguro que, hacia el año 1200 antes de Cristo, las ansias expansionistas de la civilización micénica toparon con Troya. Troya, por su poder y su situación estratégica, controlaba las ricas rutas comerciales entre el Mediterráneo y Mar Negro. Al dominar los estrechos que unían ambos mares, los troyanos podían comerciar libremente e imponer elevados peajes a los barcos extranjeros, lo cual aseguraba su prosperidad. Los intereses comerciales provocarían, por lo tanto, numerosos enfrentamientos entre Micenas y Troya.
Con toda probabilidad, pues, la Ilíada nos habla de unas civilizaciones y de unos conflictos que verdaderamente existieron, y que, al cabo de varios siglos, eran aún conocidos por transmisión oral. Tanto la Ilíada como la Odisea reflejan en tono épico las gloriosas hazañas de un pasado poblado de héroes, pero a la vez, aunque sin aludir a un periodo histórico claramente identificable, encierran un núcleo de verdad histórica: la expansión micénica por Oriente y la colonización griega.
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