JUAN CRISÓSTOMO ARRIAGA (1806-1826)
Enviado por miriamprieto • 9 de Octubre de 2021 • Documentos de Investigación • 1.747 Palabras (7 Páginas) • 169 Visitas
JUAN CRISÓSTOMO ARRIAGA (1806-1826)
1.- BIOGRAFÍA
Juan Crisóstomo Arriaga Balzola nació en Bilbao el 27 de enero de 1806
y falleció en París el 17 de enero de 1826, días antes de cumplir los 20 años.
Pese a su juventud ha pasado a la historia de la música, sobre todo la española,
entre otras cosas porque fue el único compositor español de sinfonías de todo el
siglo XIX, en una época en que esta forma musical era abordada por todos los
grandes compositores europeos. Se le conoce como el “Mozart español” por su
precocidad, su facilidad compositiva y genio.
Recibió sus primeras lecciones de su padre y su hermano, para
convertirse más tarde en alumno de Faustino Sanz, violinista de la capilla de
música de la Basílica de Santiago. Empieza a componer ya a la edad de once
años, en principio música de cámara, un octeto, “Nada y mucho”, en 1817, o la
Obertura Nonetto, en 1818. En general, estas primeras obras imitan el estilo
italiano de la época y cuando escribe para el violín, su parte es virtuosística
mientras que el resto se reduce a un simple acompañamiento. Más tarde, con 13
años se atreve a emprender obras de mayor complejidad como la ópera en dos
actos “Los esclavos felices”, que tuvo excelentes críticas aunque
desgraciadamente se ha perdido en su mayoría, a excepción de la obertura. En
1820 compone un Cuarteto con variaciones para el violín y, con quince años, La
húngara, un conjunto de variaciones para violín y bajo que luego transformaría
en cuarteto de cuerdas. También realiza un “Stabat Mater”, obra que luego
presentaría en el Conservatorio de París, para su ingreso. Y es que allí es donde
va a continuar sus estudios a partir del otoño de 1821. El Conservatorio de París,
dirigido por Cherubini, representa en esos momentos el centro europeo más
importante para los músicos. Allí tendrá como maestros a Guerin y Baillot en
violín, a François Fétis en armonía y al propio Cherubini en contrapunto.
Sus rapidísimos progresos y sus grandes dotes para la composición
(extraordinario manejo del contrapunto, elegante escritura neoclásica, perfección
en las formas empleadas, que eran de capital importancia en la estética
tradicionalista de Fétis) hacen que a partir del curso 1823-1824, con sólo 17
años, sea nombrado profesor ayudante de su maestro.
En París escribe, entre otras composiciones, Tres Cuartetos y “La sinfonía
a grande orquesta”, obras ambas que, junto a la obertura para los “Esclavos
Felices”, están consideradas por los especialistas como obras maestras. En ellas
destacan unánimemente una técnica muy sólida y un gran dominio de la forma.
Aunque con su sello personal, recuerdan en gran medida, a otras composiciones
de Haydn, Mozart, Beethoven, Cherubini, Rossini o Schubert. Este hecho no es
sorprendente puesto que, como aventajado estudiante, debía haber analizado
en profundidad las obras de los grandes compositores clásicos y románticos.
Debilitado por una actividad muy intensa como compositor, ejecutante y
profesor, muere en París por tuberculosis. Enterrado en una fosa común, sus
pertenencias (el violín y sus composiciones) fueron remitidas a su padre en
Bilbao, y guardadas en un desván, donde fueron olvidadas hasta cuarenta años
después, cuando un sobrino nieto del compositor, Emiliano de Arriaga (que había
leído la reseña que del compositor hizo Fétis en su “Biographie universelle des
musiciens et bibliographie générale de la musique” -1835-) las rescató del olvido,
recomponiendo lo que quedaba de estas obras, muy maltratadas por la
humedad. En Bilbao, se creó en 1887 la “Comisión Permanente Arriaga” para
velar por el patrimonio del compositor y posteriormente, José de Arriaga e
Ygartua, hijo primogénito de Emiliano, se hizo cargo del legado y lo transmitió al
Ayuntamiento de Bilbao para la creación de un Museo Arriaga que centralizase
la exhibición y difusión de todos los materiales disponibles. A partir de entonces
la obra de Arriaga se va dando a conocer internacionalmente a través de
simposios (Berlín, 2006), tesis doctorales (M.W. Edson -1980-, S.K. Hoke-1983,
J.A. Gómez -1995-) y crecientes actividades en torno a su vida y obra. Hoy, tanto
el conservatorio de música como el primer teatro de Bilbao ostentan el nombre
del autor.
2.- Sinfonía en Re menor
Esta obra parece la más madura del compositor. Se supone que fue
compuesta entre 1824 y 1826. Sin embargo, se interpretó por primera vez en
1888, siendo publicada por la “Comisión Permanente Arriaga en 1933, con el
primer y el cuarto tiempo incompletos (faltaban 170 y 30 compases
respectivamente). La partitura de esta sinfonía no se editó hasta 1950, no siendo
hasta 1994, y tras un trabajo de revisión, cuando se pudo estrenar en París, en
el Theâtre des Champs Elysées, con Jordi Savall al frente de la orquesta “Le
Concert des Nations”.
Se trata de una sinfonía en cuatro movimientos que sigue las normas
compositivas del clasicismo, es decir, un primer movimiento extenso, que a
veces podía tener una introducción (como es el caso de la Sinfonía de Arriaga),
un segundo movimiento, generalmente lento, en una tonalidad que contrastaba
con la del tiempo inicial (La M, en Arriaga). El tercer tiempo era un minuetto,
concluyendo la obra en un movimiento rápido y brillante. En otras palabras,
Arriaga no se aparta de los esquemas clásicos de la composición sinfónica en
cuanto a la forma. Según los especialistas, el compositor está influido en
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