Jerarquía y dominancia.
Enviado por Martin Alonso Sandoval • 9 de Julio de 2016 • Documentos de Investigación • 1.644 Palabras (7 Páginas) • 329 Visitas
Jerarquía y dominancia
En términos generales, podemos definir a la jerarquía como la organización de personas o cosas en una escala ordenada y subordinante según un criterio de mayor o menos importancia o relevancia dentro de la misma; pero, hablando específicamente sobre los humanos, esta palabra hace referencia a un conjunto de personas que encabezan una organización jerárquica por ser las más importantes o relevantes.
El tema de la jerarquía no ha sido solamente estudiado en humanos, puesto que los animales también realizan este tipo de organizaciones, tal es el caso de los chimpancés o de las abejas. Pero la jerarquía más estudiada es la de los chimpancés. La etóloga Jane Goodall ha dedicado más de 30 años a observar el comportamiento de los chimpancés silvestres en Tanzania, llegando a la conclusión de que viven en grupos donde las jerarquías de dominancia entre los machos son un aspecto clave en su vida social. Muchos machos dedican una cantidad considerable de tiempo a mantener su posición jerárquica, muchas veces a través de conductas agresivas sobre los machos rivales (Audesirk y Byres, 2003).
Sin embargo, es en los humanos donde se muestra una interesante variedad de expresiones de jerarquía, mostrando tanto tendencias a competir para aumentar su prestigio, estatus o privilegios ganados, como a aceptar y subordinarse ante el rango de otros. En la mayoría de ocasiones, la importancia del mantenimiento de una jerarquía alta reside en que las personas (o grupos de personas) hegemónicas están socialmente mejor valorados que los demás, haciéndose esto evidente por la obtención de un mayor poder político, estatus social y un mayor acceso a recursos como la vivienda, la educación y otros (Petit y Costa, 2010).
Las sociedades humanas están bien estructuradas por donde sea que se les vea, basta con dar una vuelta por las calles para ver varios ejemplos de jerarquía y dominancia. Ejemplos claros del uso de la jerarquía los podemos ver en la Iglesia (en la cual hay una “cabeza” espiritual a la que llaman “dios” y una terrenal que tiene a su cargo una congregación, quienes aceptan y se subordinan a las autoridades), las tripulaciones (al mando de un capitán, quien ordena a los tripulantes dirigidos), la política (en la cual un líder ocupa el alto rango y es secundado por un cierto número de seguidores), etc. Siendo muy variados los rasgos o requisitos necesarios para ascender de jerarquía, como la inteligencia, las capacidades o habilidades, la belleza, el carisma, la edad, la situación económica, entre otros. Una conducta común en los subordinados es que estos tienden a imitar a las personas que se encuentran en la cúspide de la dominancia, aspirando a llegar a ser, algún día, como ellos. En ocasiones, esto podría llegar a ser un arma de doble filo, pues el individuo puede llegar a ejecutar acciones inhumanas bajo el pretexto de la imitación u obediencia a su superior.
Un estudio de marzo del 2014 de la Universidad de Viena (Austria) argumenta que los humanos son fundamentalmente sociales, concluyendo que la formación de jerarquías en nuestra especie parece ser una parte innata de la condición humana (Fuchs, Sornette y Thurner, 2014).
Identidad grupal y su conservación
En el lenguaje del sentido común, la identificación se construye sobre la base del reconocimiento de algún origen común o unas características compartidas con otra persona o grupo o con un ideal, y con el vallado natural de la solidaridad y la lealtad establecidas sobre este fundamento. La identidad es, entonces, un proceso de articulación, una sutura, una sobre determinación y no una subsunción. La identidad puede convertirse en un indicador de la permanencia de la gente en una comunidad singular, donde la comunidad define una residencia que señala los modos de pertenencia de las personas dentro de las movilidades estructuradas de la vida contemporánea (Hall, 2003).
Esto es lo que difiere a los grupos de personas: Que cada cual tenga una identidad propia que lo haga particular, en un contexto en el que se comparten valores, principios, interacciones, tradiciones, usos, costumbres, lengua, creencias, entre otras cosas no solamente materiales. La identidad grupal está determinada por la estructura grupal: tamaño del grupo, características de los miembros, normas grupales, distintividad, etc. La configuración de estos elementos tendrá influencia sobre la cohesión grupal: no es posible estar cohesionado en un grupo si no se pertenece a él a nivel psicológico. La cohesión es un proceso dinámico que se refleja en la tendencia de un grupo a mantenerse unido en la consecución de sus objetivos y/o para la satisfacción de necesidades afectivas de sus miembros (Bohórquez, Lorenzo, Reyes y Garrido, 2012).
Un problema común entre los diferentes grupos es la intolerancia, que surge básicamente por la característica de que cada grupo es distinto de otro. Cuando un miembro de cierto grupo se sale de las normas establecidas por el mismo, es burlado, rechazado y ridiculizado, llegando a ser este un gran problema para el individuo. Otro problema es el etnocentrismo, que se define como una actitud o punto de vista por el que se analiza el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura propia, implicando la creencia de que el grupo propio es el más importante, o que su cultura es superior a otras, conllevando al rechazo o formas de violencia indirectas hacia otros grupos humanos.
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