Jose Lizarraga
Enviado por ks10y7 • 5 de Junio de 2014 • 2.452 Palabras (10 Páginas) • 589 Visitas
Germen de ideas
La inventiva guatemalteca es innovadora en sus propuestas, pero es un trabajo en solitario que, además, necesita mayor apoyo institucional e industrial para desarrollarse.
Texto y foto: Ingrid Roldán Martínez
Algunos elementos caracterizan a los inventores, quizá los dos más importantes son su determinación y creatividad para encontrar soluciones que a nadie se le habían ocurrido. Los resultados surgen de mucho trabajo, de ensayos previos, de no rendirse ante el error y, sobre todo, de invertir dinero y tiempo.
Pero ser inventor en Guatemala conlleva otros inconvenientes. Todo empieza con el sistema escolar, que no está orientado a desarrollar la creatividad. Todavía es común que a los estudiantes se les enseñe a memorizar fórmulas, números, datos, sin investigar el porqué de las cosas, salvo el caso de algunas carreras universitarias que lanzan el reto a sus alumnos de crear cosas nuevas, como en la carrera de Diseño Industrial de la Universidad Rafael Landívar.
Rafael Sosa, inventor de la válvula para ahorrar agua, que saldrá a la venta pronto.
Tampoco el gobierno ha dado mucho apoyo ni económico ni institucional para desarrollar este tipo de propuestas. Aunque lanzó el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2005-2014, en el cual se contempla el tema, el comisionado presidencial, ingeniero Héctor Centeno, reconoce que actualmente no hay un monto fijo para el apoyo a los inventores. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y otras instituciones han organizado semanas científicas para que los más entusiastas expongan su trabajo. Además han dado algunos reconocimientos, pero nada más. La misma sociedad desconoce el aporte de estas mentes creativas.
Aún así, en solitario, hay guatemaltecos que le han apostado todo a una idea y han escrito su nombre en la lista de inventores: han patentado su creación, la han hecho funcionar, aunque ello no se traduzca en una actividad proporcionalmente rentable.
La válvula inteligente
Un caso es el de Rafael Sosa quien ha invertido tiempo y dinero en crear una válvula para evitar el desperdicio de líquidos al llenar un recipiente y no perder tiempo vigilando a que éste llegue a su límite. Se puede aplicar tanto en una pila como en una bañera e incluso en el depósito de un retrete.
Ha utilizado hasta sus últimos recursos no sólo en la etapa de investigación sino para el trámite de las 81 patentes que ha registrado en igual número de países, incluidos Estados Unidos, China, Japón y Rusia. En esto ha gastado 380 mil dólares. “Conseguir la patente de Guatemala es lo más sencillo que hay; en otros países son más meticulosos”, agrega.
El mecanismo de la “válvula inteligente”, como la llama su autor, se instala manualmente, es automático y no necesita electricidad ni baterías. No requiere mantenimiento y se coloca directamente al grifo por medio de una manguera. Está hecha con plástico polipropileno. Contiene en total 48 diminutas piezas, mide seis por seis centímetros, más 16 centímetros del tubo que expulsa el líquido.
Sosa la patentó con el nombre de Válvula Magneto Hidrostática, pero para uso comercial se llama “Chayito” en honor a su mamá. Crearla le llevó tres años, tiempo en el que también diseñó las distintas máquinas para producir un modelo.
No ha contado con ningún apoyo institucional, pero su empeño es a toda prueba. Ahora está montando la fábrica para comenzar a venderla pronto y recuperar algo de lo invertido. También tiene una página en Internet donde expone los beneficios de su producto, el cual considera, sin duda, el mejor.
Aspecto legal
La patente es el mecanismo jurídico que se utiliza para proteger las invenciones por un plazo determinado.
La ley que rige en estos casos es el Decreto 57-2000, Ley de Propiedad Industrial que tiene por objeto la protección, estímulo y fomento a la creatividad intelectual.
En el Artículo 4 describe la invención como “toda creación humana que permita transformar la materia o la energía que existe en la naturaleza, para su aprovechamiento por el hombre y satisfacer sus necesidades concretas”. El título III se refiere a todo lo concerniente a las invenciones.
Según el documento Patentes de Invención y Diseños Industriales publicado por la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca), en el 2002, las invenciones de productos son: “aquellas creaciones que tienen forma tangible. La ley les define como cualquier substancia, composición, material (inclusive biológico), aparato, máquina o cualquier otro objeto”.
La legislación guatemalteca permite obtener patentes para invenciones o para modelos de utilidad.
Estos últimos son las mejoras o innovaciones a productos existentes y ya patentados.
Los derechos exclusivos para la patente de invención se obtienen por un plazo de 20 años a partir de la fecha en que se presenta la solicitud. El de modelos de utilidad es de diez.
Estufa que ahorra árboles
También Marco Antonio Alvarado ha sufrido desencantos. Construyó un invento que cambió la vida de muchas personas, pero los beneficios económicos no siempre los ha recibido él.
La estufa comal de gas sustituyó a la leña en muchas tortillerías de la capital guatemalteca y sus alrededores. Ahora, en estos establecimientos ya no necesitan un espacio grande para almacenar la leña, ni tienen que lidiar con el humo ni el hollín. Ocupan el espacio para vender otros productos alimenticios como verduras y golosinas. Ello sin contar la disminución en la tala de miles de árboles.
Todo empezó a principios de los años 1990. Alvarado empezó a buscar alternativas con respecto al uso de leña para la cocción de las tortillas. Su estufa utiliza gas, pero además contempló un mejor aprovechamiento del calor con materiales aislantes y refractarios, para lo cual usó una mezcla de arena debajo del comal de metal.
Aunque el cambio no fue fácil, desde 1992 a la fecha, la fábrica Turbo Mac, de Alvarado ha producido más de siete mil estufas de distintos tamaños. “En la ciudad ya se ha llenado el cupo, la gente ya casi no usa leña”, comenta, aunque reconoce que el producto todavía no han llegado a todas las regiones del país.
No ha faltado quien copie los diseños y lucre con ellos. Alvarado cuenta el caso de una persona que había trabajado con él y empezó a vender copias de la estufa. Basado en su derecho y en que había iniciado ya los trámites para patentarla, entabló un juicio que se prolongó
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