Juan Por Su Casa
Enviado por guta35 • 10 de Septiembre de 2014 • 363 Palabras (2 Páginas) • 189 Visitas
A lo largo de la historia ha existido lo que se conocen como “machistas” personas del género masculino que, por educación o trauma, desde su niñez han adoptado esa idea errónea de que las mujeres solo debemos servirles. Sin embargo, las mujeres no somos esclavas de nadie, deben ser completamente libres, ya no estamos en los años en que las mujeres solo se encargaban de idolatrar al hombre, de depender de este y sin derecho a opinar ni a estudiar para salir adelante por sí mismas. Ya no deben dejar que se les humille, no deben dejar que ellos se sientan superiores y deterioren su autoestima, deben convencerse de que ninguna mujer es inferior a ningún hombre. Aquí no pretendo dejar en mal a los hombres y hacer a las mujeres unas santas, ¡no!, pero sí que el hombre se aplique y reflexione sobre sus actos tan absurdos que realiza pes la verdad sirven para empeorar el mundo en que vivimos. Se dice que el 74% del género masculino está apoyando la liberación de de la mujer, para que viva como un ser humano y no como un objeto de la sociedad, o como un simple mueble de la casa y debemos celebrarlo, sin embargo queda mucho camino por recorrer. Parte de ese arduo camino debe ser la presión ante las autoridades: presidentes, gobernadores o los que están arriba del poder. El gobierno tiene como obligación abolir todas las prácticas que demuestren discriminación contra la mujer. Sabemos que dichas autoridades, de palabra, todas apoyan esta organización pero en los hechos, ya no son todas las que lo aplican adecuadamente; por tal manera se debe exigir permanentemente que estas hagan la impartición de justicia como debe ser, porque a las mujeres no nos sirve de nada su puro apoyo verbal si en los escenarios reales siguen dando la preferencia a los hombres.
Finalmente, quiero decir que estoy convencida de que la educación es un fuerte elemento que puede permitir un avance definitivo en el reconocimiento de la equidad de género. Por eso, fortalecer la educación en nuestra sociedad, empieza desde nuestro hogar, ya que nosotros la juventud somos la fuerza para corregir nuestro futuro.
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